Otharelen entró silenciosamente a la tienda de Killiom y Kael, se sentó en una orilla de la cama junto a Kael y empezó a observar detenidamente su cara y notó como los golpes empezaban a tornarse violeta. Kael despertó y de un salto se sentó en la cama un tanto avergonzado pues tenía su torso descubierto.
- ¡¿Que te ocurre Otharelen, que haces aquí?!
- Quería comprobar que tan lastimado estas...
- Si vienes a reclamarme por favor mejor vete.
-¿ Reclamar que?
- Ya sabes, lo de haber golpeado a tu elfo.
- ummm, no, no quiero reclamar nada, estaba preocupada por ti hermano. Siento tanto no haber hablado contigo antes y explicarte acerca de todo lo que viste.
- ¿Tú sabías que yo sabía?
- Sí. Te vi un día observandonos en la colina. No eres muy hábil para esconderte ¿lo sabías? Además, hemos vivido tanto tiempo juntos que logró identificar de inmediato tu presencia, así como la de Killiom y papá.
- ¿Estas segura de lo que estas haciendo?, es decir, es un elfo... ¿Ya meditaste eso?
- Bastante. Y aunque sé lo que va a pasar, no puedo dejar de sentir esto Kael.
- hermana escucha, ¿que va a pasar cuando el comandante se entere? ... bueno, supongamos que logras que lo acepte, ¿te irás a vivir con Thunder entre los elfos del Bosque Verde? ¿Que va a pasar cuando te hagas una anciana y el siga siendo tan joven y reluciente como ahora? ¿Crees que te seguirá amando?
- Eso sería muy raro...
Por un momento se vieron serios el uno al otro para luego soltarse en una carcajada.
- Sé que piensas que soy una tonta -prosiguió Otharelen - pero me gusta en verdad y si cuando sea vieja él ya no me ame, entonces lo dejaré ir, pero habré vivido una vida a su lado y eso será más que suficiente.
Kael la veía tiernamente, le dolía hasta el alma escuchar sus palabras, pero su sincero amor no le permitía ser egoísta con ella, quería verla feliz aunque no fuese a su lado pero en su pecho se ocultaba un terrible miedo a verla sufrir por el elfo.
- No lo sé hermana, no quiero que sufras. Debes decírselo al comandante, si él lo aprueba, entonces yo también lo haré.
- ¿acaso no eres el más lindo hermano del universo?- dijo Otharelen pellizcando la mejilla de Kael.
- ¡Aaaaayyy! ¡¡¡Suelta, que no ves que ese elfo me ha golpeado sin piedad!!! ¡Entre tú y él van matarme!!
- ¡No seas tan llorón! Ten esto, te traje ropa limpia. Levantate es hora del desayuno.
Otharelen salió de la tienda sonriente. Mientras Kael se quedó pensativo en su cama, hacia años había decidido amar a Arvenien en silencio pues sabía que el comandante jamás permitiría que el la tomará por esposa y veía como ella lo amaba, pero como a un hermano. Decidió ser fuerte cuando ella llegase a amar a otro hombre, que en este caso resulto ser un elfo. Dolía y dolía intensamente.
************************************
Thunder yacía sentado dentro de la tienda pensando y meditando en las preguntas de Kael, tanto que no sintió cuando Otharelen entró y se sentó a su lado, no fue sino hasta que el olor de ella sorprendió a su olfato cuando de un salto empezó a buscarla con la mirada y la encontró justo detrás de el.
- Hola
La sonrisa de la chica siempre apretaba el corazón de Thunder provocando en él una amplia sonrisa como respuesta.
- Hola, que haces aquí tan temprano.
- vengo a dejarte está ropa limpia. Traos me pidió que te la trajera.
- Gracias, supongo que ya te contó lo de anoche.
- Si, y quiero disculparme contigo en nombre de mi hermano. Cuando el bebe, se pone temperamental.
- Esta bien, él lo sabe todo, sobre lo que hacemos.
- lo sé, ya hablé con él.
- ¿y qué dijo?
- Dice que debo hablar con mi padre, y si él lo aprueba entonces él también lo hará.
Thunder empezó a admirar la fortaleza de Kael. En su lugar él no dejaría que otro tan plácidamente le robada su ser amado. Que difícil se volvió para él entender a los hombres.
- ¿Crees que estaría bien decírselo a papá? - interrumpió Otharelen el pensamiento de Thunder.
- Bueno, no lo sé. En todo caso tendría que ser yo quien hablé con el, pero...
- ¿pero?... ¿no me digas que le tienes miedo?
- ¿Que? No, es sólo que respeto mucho a tu padre, mi pa.... Mi señor Oropher dice que es un hombre confiable y muy respetable.
- Si, suele ser muy duro a veces pero es un hombre razonable y bueno, probablemente quiera matarte porque intentas quitarle lo más valioso que tiene en su vida .. su hermosa hija..
- ¡Que vanidosa eres! A ver déjame ver bien si es cierto eso...- Thunder tomó el rostro de Otharelen entre sus manos y con sus palmas presionó sus mejillas haciendo que sus labios quedarán con una forma de puchero.
Otharelen lo miraba sorprendida, mientras Thunder sonreía divertido al verla tan graciosa y no perdió oportunidad de darle un pequeño beso en los labios sin soltar su rostro. Otharelen se sonrojo, y Thunder le plantó dos besos más, como si estuviera besando a un pequeño bebé, lleno de ternura y diversión. Llevo la cabeza de Otharelen hacia su hombro abrazados y acariciando su cabello empezó a hablarle suavemente .
- ¿Arvenien?
- ummm
- prometeme que no importa lo que pase, lo que te enteres sobre mi vida, no te alejaras.
A Otharelen le pareció algo extraña su expresión pero estaba pasando la también que no dudo en hacerle promesas.
- te prometo que estaré siempre cerca de ti, te prometo que voy a amarte y que haré lo que sea por que seas feliz.
- Tú eres mi felicidad.
- entonces, estaré contigo.
Ambos se quedaron abrazados, enlazando su corazón más fuertemente.
- Mi señor Thunder! .- Hyarion llamaba a la puerta de la tienda.
- Es Hyarion quédate aquí iré a ver que pasa.
Thunder salió por un momento bastante breve, regreso con un rostro diferente y apresurado.
- Creo que debemos ir donde tu padre. Ve adelante y yo iré tras de ti sólo me visto y ...Otharelen, no olvides tu promesa.
- No lo haré. - Otharelen besó tiernamente a Thunder en los labios y salió de la tienda.
- Mi amada Arvenien, creo que muy pronto tendrás que saber la verdad.
Noticias del Bosque Verde habían llegado, un llamado urgente del rey Oropher. Algo que cambiaría la historia de amor entre Thunder y Arvenien.
ESTÁS LEYENDO
ESTELGALEN
FanfictionLa era elfica finalizaba, con la cuarta edad del sol comienza entonces la era del dominio de los hombres, por lo que los elfos y demás criaturas privilegiadas partirán hacia las tierras imperecederas. Dejando atrás una multitud de recuerdos y experi...