Namarië

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- Pero Thranduil, ¿Qué sucede?

Thranduil se detuvo un momento en el pasillo y volteo para confirmar que Kael aun venia un poco distante de ellos.

- ¿Por qué lo acariciabas?- le dijo muy molesto pero sin levantar la voz.

- No lo acariciaba, solamente detenía la sangre de su herida. Thranduil ¿qué sucede? Tú no eres así.

- Creo que Kael me mintió, nos mintió a ambos.

- ¿Cómo nos mintió?

- Ven vamos al despacho.

Kael llego hacia ellos justo a tiempo para emprender de nuevo el camino hacia el despacho.

En el despacho Kael se sentó de inmediato no se sentía muy bien y trataba en vano de limpiarse la sangre con la mano. Arvenien veía nerviosa a Thranduil mientras este se caminaba de un lado a otro en la habitación.

- Kael – empezó Thranduil a hablar tratando de estar calmo - ¿Cuál es tu verdadero motivo al venir aquí?

- Ya se lo dije, señor. – decía Kael un poco fastidiado.

- Me dijiste que vienes a notificarle a Arvenien que su padre está enfermo y que desea verla.

- Así es.

- Entonces puedes explicarme por qué mis mensajeros que arribaron hace un momento me dicen que vieron a Rauros cerca de Lorien y se encontraba en muy buena salud.

Kael se sorprendió grandemente y de inmediato dirigió su mirada hacia Arvenien que estaba de la misma manera.

- Y eso fue ayer – continuo Thranduil. – responde.

- Yo....- decía Kael ahora con la mirada puesta en el suelo.

- Dime la verdad, vienes a llevártela de mi lado ¿no es así? Y me parece que ya sabes la situación que tenemos aquí con respecto a la promesa de mi padre, así que dime ¿Quién te ha informado sobre ello?

Kael no sabía que decir, empezó a tragar saliva mientras trataba de contener la fría mirada de Thranduil sobre él.

- Fui yo. – La voz de Arvenien era serena y al mismo tiempo nerviosa.

Thranduil se quedó de una pieza al escucharla.

- ¿Qué? – dijo el rey mientras lentamente dirigía su mirada hacia ella, la chica veía hacia el suelo visiblemente avergonzada.

- Yo fui quien le conto todo a Kael, y le pedí que viniera por mi utilizando esa excusa sobre mi padre. – Arvenien apretaba sus puños tratando de controlar sus nervios, amaba a Thranduil pero lo había visto muchas veces molesto y en cierta forma sentía miedo de su enojo.

Thranduil se quedó callado por un momento pero luego empezó a reír por lo bajo de una forma irónica. Luego añadió.

- ¿Tan desesperada estas por deshacerte de mí? – decía Thranduil apretando los dientes, con la mirada fija y caminando lentamente hacia ella. - ¿Ha sido tu vida tan infeliz en este lugar que mueres por irte?

- No, Thranduil. Yo sabía que no me dejarías ir solo así, por eso que decidí hacerlo de esta manera.

- ¡Mintiéndome! – Thranduil hablo tan fuerte que la chica dio un respingo y Kael de inmediato se puso de pie.

- ¡No le hables así! - le dijo Kael poniéndole una mano sobre el hombro al rey quien inmediatamente le dio un manotazo.

- ¡tú no te metas! ¡No eres nadie aquí, puedo echarte a ti y a tus hombres en este instante!

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