No fuiste mi primer amor pero si el último

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            Antes de empezar quiero agradecer a mi escritora favorita @MissMirkwood, por ayudarme en mi portada, eres genial. Ya falta poco para el fin, agradezco a los que han seguido mi historia hasta ahora, muy agradecida.

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Cuando Arvenien tenía 14 años, el rey Elendil decidió que se daría un programa especial de estudios seglares y de entrenamiento a adolescentes entre los 14 y 18 años de edad, seleccionados, por supuesto, el fin era que sus nietos pudieran estar entre el grupo y hacerse diestros. Rauros cómo pariente cercano, se le dio la oportunidad de enviar a uno de sus hijos adoptivos, en este caso fue Kael, quien a la sazón tenía 16 años en ese entonces. Por dos largos años Kael vivió en el palacio junto a otros chicos, no se le permitió visitar a su familia todo ese tiempo como parte de su entrenamiento especial.

La joven Arvenien se aburría desoladamente, después de su entrenamiento solía ir a un granero un poco alejado de la ciudad con Kael, siempre tomaban comida de la alacena y llevaban su libro favorito. Lo habían hecho desde niños. Pero ahora estaba sola, no hacía amistad con las jóvenes de su edad porque a ellas "solo les interesan los vestidos lindos y hablar de chicos", es lo que le respondía a su abuela cada vez que le sugería hacer amistad con determinada muchacha.

Fueron dos largos años en ese aspecto, pero en otro mejoró mucho. "Cuando Kael venga se va a sorprender de lo mucho que he mejorado" se decía así misma. Le escribía sin falta cada mes, contándole todo lo que pasaba en casa, el nuevo libro que leía, lo pesado que Killiom se portaba cada vez y lo mucho que lo extrañaba todos los días.

Kael y Arvenien se convirtieron en inseparables desde niños, desde que Rauros salvo a los dos niños de morir quemados cuando unos asesinos los dejaron huérfanos y destruyeron completamente su casa. Rauros y sus hombres llegaron justo a tiempo para encargarse de los malhechores, cuando logro escuchar un llanto dentro de la casa. Encontró a dos niños abrazados en una esquina mientras el fuego poco a poco se acercaba peligrosamente, Rauros no dudo en correr hacia ellos y tomarlos. Killiom apenas tenía 8 años y protegía con todo su corazón a su hermanito quien no dejaba de llorar llamando a su madre, con apenas 5 años.

El corazón de Rauros se enterneció demasiado por ellos y cuando los mantuvo a salvo en su casa decidió que podía darles un hogar y educación. Arvenien era una niña muy pequeña en ese entonces, así que llevo a los muchachos al orfanato y se encargó de todo el gasto económico para ellos.

- Cuídalos, vendré por ellos cuando tengan suficiente edad para tener una educación superior. – Le encomendó Rauros a la encargada del orfanato, y ella cumplió con esa comisión.

Pasados algunos años, Rauros los llevo a su casa de nuevo. Arvenien tenía 8 años apenas y cuando Rauros los presento ella corrió de inmediato hacia Kael.

- Ven conmigo, desde hoy serás mi amigo y jugaremos mucho.

- Hija – le interrumpió Rauros – desde hoy es tu hermano, ambos lo son.

- ¡Mejor aún! – dijo la niña sonriendo, tomo de la mano a Kael – ven, vamos te enseñare el jardín.

Los niños se alejaron, Kael era ya un niño por entrar a la adolescencia pero no pudo decirle "no" a la simpática niña que deseaba jugar con él. Killiom sin embargo era un muchacho mucho más áspero, debido a lo sufrido durante niño, era mucho más reservado y serio. Pero Rauros supo ganar su respeto y cariño, por lo que siempre trataba de estar cerca de él.

Así empezó esa gran amistad entre ellos, aunque Kael no lo sabía con certeza su corazón siempre estuvo inclinado a ver a Arvenien mas que solo su hermana, trato mucho en entrar en razón, pero su corazón siempre le ganó. La cercanía, la complicidad y la confianza que tenían el uno al otro solo hacía que ese sentimiento creciera más, y mayor aún cuando iban creciendo.

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