Una verdad en medio de la guerra

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Meses habían pasado desde la despedida en el campamento. Sucesos nuevos y preocupantes era el pan de cada día. La Guerra avanzaba y la Alianza se completaba. Gil- Galad y sus huestes se unían a Elendil y sus ejércitos. Así como enanos, también.

Rauros trato en vano que Otharelen se quedase en Gondor con la familia, ella era una guerrera y como tal debía ir a la guerra. 

- ¡Killiom! - El comandante entró apresurado por la puerta de Palacio. 

- Aquí estoy comandante - dijo Killiom, quién estaba más que listo con su armadura puesta.

- El rey Elendil lo ha aprobado, toma suficientes hombres contigo y dirígete hacia Mordor tomado el camino del río grande. Ve tras Oropher y Amdir. Han desobedecido las órdenes de Gil-Galad y se han apresurado. Lleva a Kael y a Otharelen contigo. - Rauros tomó el rostro de Killiom y colocando su frente sobre la de él, le habló en un susurro

-  Killiom si corren demasiado peligro no dudes en hacer la retirada, ayuda a Oropher en lo que puedas pero sin arriesgarse mucho.

- Así lo haré Comandante. 

- Que Eru vaya con ustedes hijos míos. - dijo fuertemente Rauros para que todos los presentes escucharán.

Killiom reverenció a Rauros y salió de inmediato y Kael lo siguió.

Rauros veía a su hija preocupado, Otharelen lo notó y corrió hacia su padre y lo abrazó.

- No te preocupes padre, regresare a ti, te lo prometo. 

-Más te vale hija mía, sé que eres sabia.

Ella le sonrió dulcemente y le besó la mejilla. Rauros pudo devolverle una leve sonrisa. Cuando ella se alejó siguiendo a Killiom y Kael, Rauros suspiró elevando al cielo una oración a Erus pidiendo por la seguridad de los suyos.

 Al salir por las grandes puertas de Gondor, detrás de ellos un pequeño ejercito hombres armados y listos lo seguían. Debían interceptar y apoyar a Oropher y Amdir en su ataque.

El corazón de Otharelen estaba esperanzado, hacia tanto que no contemplaba a su amado, que tan sólo verlo a la distancia entre las filas de los elfos, le daría la vida y energía que necesitaba para seguir viviendo y luchar.

El corazón de Otharelen estaba esperanzado, hacia tanto que no contemplaba a su amado, que tan sólo verlo a la distancia entre las filas de los elfos, le daría la vida y energía que necesitaba para seguir viviendo y luchar

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Cuando los tres guerreros y el pequeño Ejército llegó, los elfos estaban enfrentados ante orcos y trolls en las puertas de Mordor, se dieron cuenta en seguida que tenían dificultades debido a la poca cantidad de elfos que eran.

 Killiom,ordenó el ataque de inmediato, Oropher se sintió aliviado al ver a la gente de Gondor llegar en su apoyo, y pensó en la promesa de Rauros hacia él.

Todos luchaban, sin embargo, muchos elfos estaban cayendo y eso le estaba rompiendo el corazón a Oropher. Intentaba darle claridad a su mente que no se dio cuenta cuando un orco se aproximó demasiado, cuando sintió la presencia del orco tras él giró de inmediato, pero este logró clavar su lanza en el lado derecho de su pecho muy cerca del corazón hiriendolo de muerte, pero Oropher inmediatamente clavó su espada en medio de los dos ojos del orco, y este cayó muerto sobre Oropher quién debido a la herida no pudo sostenerse en pie. No podía moverse, por el peso del orco y el dolor que le causaba en el pecho la herida, sentía como la sangre y la vida salían de su cuerpo.

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