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Capítulo XXXV "Castillo de Naipes"

-¡Alicia como sigas corriendo te juro que te mato! -le grité a la chica que se suponía que pretendía enseñarme algo increíble.

-¡Hazme caso y sigueme! -dijo Alicia que ya estaba algunos metros por delante de mi.

-¡Te odio!

-¡Cuando lleguemos me amarás! -dijo la chica rubia sin parar de correr- te lo aseguro.

Decidí hacerle caso y seguí corriendo, aunque esta situación era realmente ridícula, podiamos haber ido andando con más calma, pero no, Alicia tenía que decidir que quería correr. ¡Luego en gimnasia no corria tanto! Maldita rubia... esto me recordaba a aquella vez que tuve que salir corriendo y me topé con Zack por el camino, creo que corríamos del exnovio de Alicia después de haberle pegado un puñetazo, aunque no lo tenía demasiado claro. La verdad es que ese día fue un buen día, Zack me llevó a aquel lago y pasamos la tarde juntos, hablando, discutiendo por ridiculeces y haciendo una multitud de tonterías. Sinceramente, todas las aventuras que he vivido con mis amigos son dignas de mención, porque más increíbles no podrían ser. Supongo que se debe a que ellos en si son increíbles, nunca me había sentido tan querido en un sitio, salvo aquí...

-¿Queda mucho? -le pregunté a la chica viendo que se habia detenido- hace un largo rato que hemos dejado las casas atrás, no creo que aquí haya mucho más.

-Te sorprendería la de cosas que se esconden en los lugares que menos esperamos -dijo Alicia aportando algo de misterio a la situación.

-Sinceramente, a estas alturas no se que pensar de ti -dije caminando a su lado- me das miedo.

-Esa es la idea -dijo la chica sonriendome.

-¡Ey! No seas cruel -dije riendome.

-Lo intentaré -dijo ella aferrandose a mi brazo de forma cariñosa- estamos cerca.

La chica se adentró en un pequeño bosque y avanzó hacia el frente mientras esquivaba árboles. Parecía tener bastante claro a donde se quería dirigir, lo cual me sorprendía bastante teniendo en cuenta que Alicia y orientación no eran muy compatibles realmente. Aún así, siendo consciente de que quiza la chica estaba perdida y me llevaba a un sitio que ni ella sabía dónde se encontraba exactamente, decidí seguirla. La verdad es que confiaba lo suficiente en Alicia como para permitir que me llevase a mitad de ninguna parte, a fin de cuentas ya lo hice, cuando fuimos a por su hermano.

-Y ya hemos llegado -dijo Alicia atravesando unos últimos arbustos.

Al cruzar vi una enorme casa, algo destartalada y antigua, las ventanas estaban rotas y no habia puerta por lo que era obvio pensar que se trataba de una casa abandonada, no entendía el por qué Alicia me había traído hasta aquí, supongo que lo descubriría muy pronto...

-Siempre vengo aquí -dijo la chica entrando por la puerta- casi nadie sabe de su existencia por lo que es un sitio muy tranquilo y no está casi dañada, sólo las ventanas, la puerta y algunos pequeños desperfectos por el interior de la casa. Es muy antigua y cada vez que entro me pregunto por qué sus dueños se fueron dejándolo todo aquí.

Pasamos por el salón y descubrimos una enorme mesa de comedor dispuesta, con platos, vasos, cubiertos... algunos vasos estaban rotos y en el centro de la mesa descansaba la lámpara de araña del techo, la cuál di por hecho que se descolgó por la inexistencia de mantenimiento. La chica me llevó a la planta de arriba y se dirigió a un cuarto, al entrar me fijé en las sabanas de color rosado que seguian en perfecto estado, sin embargo, las cortinas de seda rosa estaban desgarradas. Por el resto, los muebles estaban perfectamente, la chica abrió el armario y este se encontraba lleno de vestidos y otras prendas de ropa de una niña de quiza siete u ocho años.

-¿Entiendes lo que te digo? -dijo la chica dirigiéndose a la mesita de noche y abriendo una cajita de música en cuyo interior se encontraba una bailarina la cuál giraba mientras la música sonaba- se fueron de golpe. Huían de algo... pero no se de que.

-¿Acaso importa? -dije mientras observaba mi reflejo en el espejo de la cómoda. No estaba muy limpio por lo que mi reflejo no era del todo claro.

-Desde hace años vengo aqui cuando me pasa algo -dijo la rubia mirándome detenidamente- y nunca he entendido qué pudo pasar aqui.

-¿Nunca has pensado que quizá simplemente se mudaron? -pregunté mirándola detenidamente.

-Lo dudo porque... -comenzó a decir cuando me empezó a sonar el móvil sin parar.

Eché un vistazo y eran notificaciones de todas mis redes sociales, hablaban de un video de DalasReview y por algún motivo me mencionaban a mi. No tenía ni idea de lo que podía haber pasado, por lo que Alicia y yo decidimos reproducir el video, y aunque se cortaba mucho debido a la falta de internet, pudimos verlo perfectamente y ambos nos quedamos alucinados de lo que en aquel video se decía...