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J' «salió» de nuestras vidas, se mantenía al margen, por fin un poco de paz, temporal, pero paz al fin y al cabo.

Como ya os había contado, tuve un *periodo azul, un tiempo en el que mis calificaciones bajaron a causa de no poder dejar de pensar en Yellow.

*Blue en inglés también significa tristeza, así que azul aquí tiene el mismo significado.

Una de las asignaturas que llevaba fatal era biología, la profesora era la directora de clase de Yellow así que decidí matar dos pájaros de un solo tiro: Por un lado necesitaba poner al día mis apuntes, esa era la condición que la maestra me había puesto para mejorar mis calificaciones, y por el otro, pedirle el cuaderno a Yellow era una buena forma de acercarme a ella y conocerla un poco más.

Me bastó el sábado para transcribir los apuntes de Yellow a mi cuaderno, no era tanto como pensé al principio, eso y porque me esforcé de veras en realizar dicha empresa. Juro que no se me había ocurrido darle una ojeada detallada al cuaderno de Yellow hasta que al caer la noche del sábado la curiosidad me pudo. Revisé cada hoja esperando ver mi nombre escrito, un garabato o cualquier cosa que hiciera referencia a mi. No había nada, NADA. «¿No se supone que las chicas rayan las hojas de atrás con cursis mensajes de amor?» pensé mientras miraba un retazo de hoja en la que parecía haber jugado tres en línea, era lo único que había sobrevivido de unas tres o más hojas arrancadas.

Al no ver nada me decepcione un poco, algo era verdad o había escogido el cuaderno que no tenía garabateado mi nombre por todo lado o ella había arrancado las hojas llenas de corazones. Esa noche no pude dormir mucho, mis pensamientos estaban sumidos en el hecho de que no había nada allí para mi.

El sol asomó la cara indicando que había llegado el domingo, el día más aburrido de todos y por consecuencia yo también lo estaba. Pasé un buen rato pensando en las posibles razones por las que esas hojas estaban arrancadas, una gran forma de pasar el domingo. «Una hoja en blanco, un lienzo» pensé. Me había decidido en dejarle un mensaje a Yellow, allí, en el blanco de sus hojas traseras.

Le dibujé un corazón alado, de tinta roja y líneas negras. Me sentía orgulloso de lo que había creado, ni *Albrecht Dürero hubiera podido hacer algo así. como toque final escribí «Je T'aime» medio del corazón.

*De hecho el artista Alemán jamás hubiera hecho tan malo como mi dibujo.

No podía esperar por devolverle el cuaderno a Yellow. Me la imaginaba viendo la última hoja del cuaderno, asombrada, enternecida, incapaz de no hablar de mi con sus amigas y todo eso. Infortunadamente mi imaginación se vio truncada por la realidad de que no hubo oportunidad de acercarme a ella en el primer descanso. Yellow se mantuvo alejada de mi; quizá por problemas que ella tenía o quizá solo deseaba estar con sus amigas, el porqué resultó más amargo de lo esperado. En fin, solo se me ocurrió entregarle el cuaderno a una de sus amigas e indicarle que había algo para Yellow.

Fue casi al final del segundo tiempo de descanso que Yellow se acercó a mi, ella había visto el dibujo y la emoción de saber lo que pensaba me colmaba el corazón..

—¿Te gustó el dibujo que hice? —Le pregunté antes de que ella dijera algo.

—Sí, si me gusto... —Tomó aire y continuó —¿Por qué lo hiciste?

—Sabes bien porque lo hice. —Respondí.

—No quiero causarte problemas yo conozco a J' y lo mejor es que tú y yo seamos solo amigos. —Suscitó Yellow con desaire

—¡¿Es en serio?! —Alegué escéptico, incrédulo de sus palabras.

—Tú no sabes lo que él es capaz de hacer fuera de estos muros...

—¡Puedes parar de una puta vez! —Acalle a Yellow. —¿Crees que me importa lo que pueda hacer él? —Insistí.

—Pero... —Yellow trató de decir algo más pero advirtió que nada me haría cambiar de opinión.

—Aquí la que importa eres tú. Él no es más que un idiota con el ego inflado que piensa que puede hacer lo que se le da la gana por el simple hecho de que está desperdiciando su vida —Continué diciendo mientras que Yellow era incapaz de mirarme a los ojos. —Que vengan a por mi, no le tengo miedo. —Culminé con la respiración agitada.

—Es en serio, no quiero que nada te pase. ¡Seamos solo amigos por favor! —Esto último sonó más como una súplica que cualquier otra cosa, noté como la voz se le afligió al decirme que fuéramos solo amigos.

—¡Haz lo que quieras! —Fue mi respuesta, antes de irme al salón.

No podía creer que Yellow pensara que renunciar a mi a causa de J' fuese lo mejor para los dos. Estaba consumido en rabia, de hecho al llegar al salón de clase abolle de una patada un asiento viejo que nadie utilizaba. No quería hablar con nadie, deseaba que ese día terminara de una buena vez.

La campana final había sonado, aparentemente Yellow se había ido a su casa, mientras nuestra clase se quedaba un par de minutos más en el salón a causa de que el profesor al mando tenía algo importante que decir. Me sentí aliviado por el retraso del profesor, sabía que así no tendría que verla al salir del salón o del instituto. Camine rápido a la salida, si había alguna posibilidad de que Yellow estuviera por ahí esperándome para hablar conmigo, la evitaría a toda costa. Llegué hasta las puertas y allí estaba, de pie, mirando por encima de todos a que yo apareciera entre la multitud.

Pasé frente a ella sin siquiera mirarla.

—¡Espera por favor! Quiero hablar contigo. —Exclamó.

—Ve y habla con J' y a mi no me jodas. —Repliqué

—Por favor cálmate, solo quiero hablar. —Insistió.

Seguí caminando sin girar a verla.

—¡Espérame! Necesito hablar, por favor. —Dijo mientras me alcanzaba corriendo. —Caminas muy rápido ¿Sabías?

—¿Qué quieres? —Inquirí con rabia.

—Perdóname por favor. —La agitada respiración le cortaba la voz a Yellow.

—¿Para qué quieres que te perdone? Fuiste muy clara con eso de ser amigos ¿No? —Alegué con hastío.

—Lo siento ¿Si? Estoy confundida, no esperaba que después de lo que sucedió el otro día, llegases tú e hicieras un dibujo tan lindo y ya sabes, me confundes cada vez más. —Expresó Yellow con desesperación.

—¿Cómo carajos te confundo? No me vengas con eso, estoy aquí frente a ti, plantandole cara a todo el maldito mundo con tal de estar a tu lado y sigues confundida. ¡Jódete! Déjame en paz. —Grité.

Ella empezó a llorar.

—Eres igual a todos los hombres, igual de orgullosos que no les importa lastimar a los demás. —Sollozó Yellow con tristeza.

Su llanto apaciguo mi ira, ella se quiso ir en ese momento pero la detuve tomándola de las muñecas. Tire de sus brazos y la acerqué a mi hasta poder abrazarla. (El llanto de una dama es muy efectivo para hacer que uno deje de estar enojado)

—¡Suéltame! No quiero estar contigo.

—No lo haré, pídeme cualquier cosa menos que te suelte. Me da rabia que no comprendas el hecho de que estoy dispuesto a tomar todo tipo de riesgos para estar contigo. Te amo Yellow y eso no va a cambiar ni por él ni por nadie. Deja de llorar.— Le levanté el rostro, vi como ella se secaba las lágrimas. —¿Dónde está la sonrisa que me enamoró?— Le sonreí y ella me sonrío. —Ahí está, no vuelvas a llorar por favor, odio verte así y más si yo soy el responsable.

—No quiero que nada te pase.—Alegó preocupada.

—Nada me pasará. Lo prometo.  

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