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Estaba sentada en la barra con una copa en mis manos, un poco de vodka con Fanta de limón. Ya era la sexta que me había bebido desde que había llegado al pub con Raoul. Oliver y Dean llegaron un poco más tarde y ahora estábamos los cuatro sentados en la barra hablando de chorradas cada vez se notaban más las copas que nos habríamos tomado. El pub, al ser viernes, estaba lleno de cuerpos jóvenes que saltaban de un lado a otro al ritmo de la música moderna.

—¡Eh, me encanta esta canción!— exclamó Raoul.—¡Vamos a bailar!

—Id vosotros.—dijo Dean mirándonos a Raoul y a mí— Oliver y yo estamos esperando a...

Antes de que Dean terminase la frase, la mano de Raoul se enroscó en mi brazo y me dirigió hasta el centro de la pista.

—¡Estás loco!— dije sacudiendo los brazos.

—Calla y baila.

Sus pies se movían de una manera penosa debido a las copas de más que se había tomado, pero aún así se nota que es un bailarín excelente, sus caderas masculinas iban de un lado al otro y esto me hace pensar "¿por qué baila mejor que yo?".

—¿Dónde has aprendido a moverte así?— le pregunto riéndome.

—No sé— contesta entre carcajadas.

Continuamos bailando hasta que nos agotamos y nuestros pies empiezan a pesar toneladas a causa del alcohol. La cabeza me daba vueltas y le dije a Raoul que deberíamos de volver con Dean y Oliver. Cuando vamos al encuentro de los otros dos chicos, me llevo una sorpresa. Harry está hablando amistosamente con ellos, va vestido entero de negro, como Raoul. Me acerco tímidamente.

—¿Qué pasa Mr. Styles?— le pregunta Raoul con tono amistoso mientras se abrazan.

Entonces sus ojos verdes me miran y por un momento parece que se queda petrificado.

—Hola, vaya sorpresa— dice incrédulo y se acerca para darme un beso en la mejilla para saludarme. Espero que no se de cuenta de que mis mejillas están ardiendo por el alcohol y por la vergüenza que me da estar aquí con sus amigos.
Me giré a la barra y llamé al camarero.

—Póngame dos chupitos por favor.

—Marchando.

Me vuelvo para mirar de nuevo a Harry y me doy cuenta de que este no ha dejado de mirarme. Sus ojos son tan verdes que me recuerdan a un bosque, pero no uno bonito donde hay conejos y poco más, me recuerdan a un bosque tenebroso, con animales salvajes y plantas venenosas. Me doy otra vez la vuelta hacia la barra y cojo primero un chupito y me lo bebo de un trago y acto seguido cojo el segundo y hago los mismos movimientos. Siento el líquido bajando por mi garganta hasta mi estómago, me quema la garganta y arrugo la cara. Me doy la vuelta por última vez.

—No sabía que ibas a venir tú también— le digo sinceramente.

—¿Tienes algún problema con que yo esté aquí?— dice serio.

—No, que va, solo lo decía porque tus amigos no me habían dicho nada.

—¿Y ahora te juntas con ellos?— pregunta susurrándome cerca del oído para que los demás no se den cuenta de que la conversación tiene que ver con ellos.

Ángel Caído | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora