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Nos despedimos de Raoul, Dean y Oliver y nos dirigimos hacia su coche. Es viejo, pero con encanto, es el coche que le pega a Harry. Abro la puerta y me siento en al asiento del copiloto. Espero a que arranque el coche, pero eso no sucede.

—¿Pasa algo?—le pregunto preocupada.

—¿Qué te pasa?¿ Es por algo que te he dicho?

—Es complicado...

—Dímelo— me interrumpe serio.

En estos momentos desearía no estar bajo los efectos del alcohol.

—Es por mi madre, ella era alcohólica, por eso mi padre y yo nos vinimos a

California el año pasado. Ahora, ella está muerta y mi padre ha tenido que ir a Londres para resolver asuntos.

—Menuda putada, pero si os fuisteis de Londres hasta aquí fue por qué ella era una hija de puta ¿verdad?— pregunta.

—Sí, ahora me tienes que responder a una pregunta.

—De acuerdo, elígela bien.—me guiña un ojo.

Desde que lo conocí me quede con al intriga de una pregunta que ya le hice en su momento, pero que no quiso contestarme.

—¿Por qué los chicos que intentaron violarme dijeron que lo iban a hacer por ti?— le miro a los ojos, pero él la esquiva.

—Somos una banda y yo soy el líder, solo querían hacer ver a los demás que ellos son importantes y que pueden hacer cualquier cosa para que no me elijan como líder nunca más.

—Pero vaya tontería, la gente de la banda sabe que eso está mal, porque siguen siendo personas y hacer eso no te convierte en un líder, sino todo lo contrario, debería de ser menospreciable tener a un líder que haya violado a una chica.

—Tienes toda la razón, pero te sorprendería saber las ideologías de las personas que forman parte de la banda.

—Y si no estás de acuerdo ¿por qué formas parte de ella? Y lo más gracioso ¿Por qué eres su líder?

—No tienes porque sacarle un sentido, ya te he respondido a la pregunta, esto es difícil, es información controversial.

Me quedo callada todo el camino, escuchando música. No hace falta que le indique el camino, después de haberme acompañado ya dos veces a mi casa ya se lo sabe de memoria y lo agradezco porque después de nuestra conversación no me apetece volver a dirigirle la palabra. Él podía preguntarme cualquier pregunta, pero si lo hacía yo entonces me respondía borde. Hipócrita de mierda.
Cuando llegamos a mi casa, me solté el cinturón y salí corriendo del coche, pegue un portazo y me dirigí a la puerta, rebusqué las llaves en mi bolso, pero aún estaba mareada y seguro que Harry pensaba que era penosa. Pero si nunca me había importado lo que decían se mí, no iba a empezar a empezar a hacerlo ahora. Sale del coche y camina en mi dirección.

—¿Estás buscando esto?— señala mis llaves.

—Sí.— le respondo seca y se las arrebato de sus manos gigantes.

—Joder, como estamos ¿no?

Lo que me faltaba.

Ángel Caído | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora