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Estuve toda la tarde cocinando, no sabía qué le podía gustar a Dolores, no quería que tuviera que comer por compromiso la verdad. Por otra parte, sabía que Dolores era como una abuela que se lo come todo, incluso las sobras que están circulando durante días y nadie las quiere. 

Tecleé en el buscador de google "Recetas para ocasiones especiales". Sí, tenía que seguir una receta porque en mi mente no estaba registrada ninguna que sirviera para una cena elegante. Quería dejarlo todo listo antes de las 8 porque quería ducharme y vestirme para la ocasión. Me apetecía dedicarme un poco de tiempo a mí misma, por eso, quería estrenar un vestido de seda rojo que tenía el armario durante tanto tiempo que se me había olvidado hasta cuándo me lo compré, pero sabía que esta noche me lo iba poner.

Me decidí por un pollo al limón, teníamos todos los ingredientes y creo que podía incluso hasta quedarme medianamente bien. Es solo pollo, ¿no?

Me entretuve fileteando el pollo, cortando las patatas y la cebolla. Siempre me había gustado cocinar, pero no sé por qué tenía una presión en el pecho que no me dejaba respirar. No quería quedar como una inútil delante de Dolores.

Tuve que ver el vídeo al menos 3 veces para organizarme mentalmente, pero al final lo había entendido. Primero puse las patatas cortadas a la mitad en una olla para cocerlas antes de ponerlas en la sartén. Sazoné el pollo y cuando ya estaba un poco dorado lo metí al horno. En la misma sartén, añadiendo aceite tenía que freír las patatas hervidas y añadir champiñones troceados. Después, tenía que mezclar harina con leche y añadirlo a la sartén. Finalmente, introducir el pollo en la sartén y dejarlo todo reducir. El limón en rodajas los añadiría después. 

—Huele que alimenta—dijo Harry entrando en la cocina. Me abrazó por detrás y me levantó.

—¡Harry!—grité. Me había asustado, no pensaba que me iba a levantar por los aires así por qué sí. Empezó a girar conmigo en los brazos. 

—¡Que se me quema el pollo!

—¿Ah, sí?—preguntó coqueto. 

Lo iba a matar, pero me soltó antes de tiempo. Me dio un beso dulce en la mejilla que hizo que le tuviera que ofrecer una sonrisa sincera. 

Apagué el fuego. 

—¿Vas a vestirte mejor para la cena, no?— le pregunté señalando su pijama. Estaba monísimo, pero quería que esta noche fuera perfecta. 

—Es mi tía, no pasa nada. 

—Pues a mí me gustaría que te vistieras un poquito, aunque fueran unos vaqueros y una camisa.

—Que pereza.

—Pues es una pena, porque esos vaqueros negros que tienes te hacen un culo que lo flipas —dije, sabiendo que eso alimentaría su orgullo y podía hacer que se los pusiera. 

—No puedes estar mirándome el culo con mi tía delante.

Me reí a carcajadas. 

—Tengo que ducharme— afirmé lentamente, no quería separarme de él. 

—Puedo acompañarte si quieres— respondió intentando seducirme.

—Va a ser que no. 

Y lo dejé ahí, en la cocina, mirándome con la boca abierta para después dedicarme una sonrisa, mientras que negaba con la cabeza. 

Llevaba uno pelos de delito. No me entretuve en la ducha, bueno hice un mini-concierto, ¿eso se denomina entretenimiento? El agua estaba demasiado caliente y me estaba dejando la piel roja, pero se sentía tan bien que no hice nada para evitarlo. 

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2020 ⏰

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Ángel Caído | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora