Ángel Caído | Harry Styles

21

No puedo creer que todo lo que tenía planeado se hubiera ido a la mierda, al garete, sin más.
Había contratado a un experto para poder coger a Carly, pero nunca había imaginado que ese hombre fuera capaz de asesinar a esa chica, y más sabiendo que no era ella a la que estábamos buscando.
Me parecía todo muy raro, algo seguro se me escapaba de las manos y no llegaba a entender del todo bien como algo así había sucedido.

—¿Cómo has sido capaz de asesinar a esa inocente chica? — pregunté exigiendo una respuesta rápida y coherente.

—Lo siento, de verdad, no me haga daño. Haré lo que sea para recompensar los daños que esto pueda suponer al plan, pero por favor no la pague conmigo, ni mucho menos con mi familia, os lo suplico.
Me encantaba escuchar esas suplicas por parte de este hombre indefenso. Me hacía sentirme más fuerte y con más poder. Había llegado a ser todo lo que un día mi padre me dijo que no iba a conseguir. Ser una persona que transmitiera poder y miedo y la sensación que en estos momentos estaba en mi cuerpo era buena, muy buena.

—

Pero que iba a hacer yo con el cuerpo sin vida de esa chica, eso no es lo que quiero.

—Pero sin embargo, si que quiere el cuerpo sin vida de la otra chica, como quiera que se llame. ¿No lo entiende que ambas cosas están mál? ¿O acaso solo tiene sensibilidad para lo que le conviene?

No me lo podía creer, me estaba echando en cara todo esto, era una persona fuerte también, que no se dejaba pisar por cualquiera, y que no se callaba ante una injusticia. Bueno si lse callaba él, alguien lo tendría que hacer.

—¡Peyton! ¡Rápido! ¡Ven aquí!

A los pocos segundos apareció, era lo más parecido a un siervo que había tenido en mi vida. Era un chaval muy majo, pero tampoco pondría la mano en el fuego por él. Él decía que no sabía nada acerca de Carly, pero yo tenía fotos de su hermanastra, según él, una don nadie que no conocía, con ella y tenía claro que sabía más de lo que me contaba, pero no quería deshacerme de las pocas personas Co las que contaba. Si algo había aprendido es que la esperanza es lo último que se pierde.

[capítulo veintiuno]
[completo sin editar]