Ángel Caído | Harry Styles

26

Keira Elliott

Después de salir del instituto y que Peyton me recogiera decidió llevarme a comer con él. Últimamente estábamos pasando mucho tiempo juntos y estaba empezando a sentir cosas que no deberían de ser correctas si recordamos que Peyton es el hijo del esposo de mi madre. Una vocecilla en mi interior me decía que no pasaba nada, porque él y yo no éramos hermanos y no habíamos mantenido una relación fraternal cuando éramos pequeños. Los dos sabíamos que esto no estaba bien, pero la que más se preocupaba y hablaba del tema era yo. Él siempre me decía que no me calentará tanto la cabeza y que disfrutase del tiempo que esto durase. Nos habíamos enrollado unas cuantas veces, pero obviamente sin nadie en casa. Ya sería demasiado bochornoso que mi madre o su padre nos pillara haciendo tal cosa. Teníamos suerte, ya que mi madre y su padre no solían estar mucho tiempo en casa.

Solo fueron unos cuantos besos tontos, no llegamos a nada más serio, no por nada en especial, es que no estamos preparados para dar un salto tan grande en nuestra relación. Para muchos esto será una tontería, pero creo que llevar la relación a tal extremo podría hacer que la situación se volviera incómoda cuando estábamos delante de nuestros padres. 

No le había contado nada sobre lo mío con Peyton a Carly por miedo a su reacción, no quería perder a la única amiga que tenía en estos momentos.
Entre los cristales ví una maraña de pelo que me recordó a Carly, esa chica tenía el mismo color y físicamente también se parecían. Un momento. Era Carly.

-Peyton, vamos al aseo.-dije atropellando la voz.

-¿En serio?

-Rápido, coge todas tus cosas, date prisa.

Estoy segura de que piensa que lo llevo al aseo para hacer otras cosas, pero no dejaría mi hamburguesa a medias ni para liarme con el tío más buenorro que exista.

-Peyton, he visto como Carly iba a entrar en este sitio y no podía dejar que nos viera a los dos juntos, ya sabes que esto lo tenemos que mantener en secreto y aunque sea mi amiga no quiero que nadie se entere.

Sus ojos se entristecieron, no le gustaba que le recordara todo el rato que lo nuestro tenía que mantenerse en secreto, pero era cierto, qué íbamos a hacer entonces. Nuestra familia sería criticada y tachada y no me apetecía hacer sufrir a mi madre.

Le acaricié la mejilla con delicadeza en modo de disculpa y sus ojos buscaron los míos como si de una necesidad se tratara. No pude contenerme y acerqué mis labios a los suyos. Cuando me dí cuenta Peyton me agarró por la cintura y me sentó en el mismo lavabo. Que frío estaba. Sus dedos acariciaban mis muslos y mis piernas naturalmente se abrieron para dejarle un hueco entre ellas.
Note como su mano derecha subía más de la cuenta y con una sonrisa en la boca acerque mi mano y se la aparté un poco. No me apetecía hacer nada más en ese sitio sinceramente. Él también me dirigió una sonrisa sincera.

-¿Cuánto tiempo vamos a tener que estar aquí? -preguntó.

-No tengo ni idea.

-¿Y pretendes estar escondidos aquí durante todo el rato que ellos estén aquí?

-No sé, pero es lo que vamos a tener que hacer, no nos queda otra opción.

-Yo creo que sí, pero tú no quieras aceptarla. De todas formas podríamos salir como hermanastros que somos.

-¿No te parece un poco raro que salgamos los dos juntos del aseo?

-No quiero aparentar una cosa que no soy.

Peyton estaba empezando a cabrearse y lo entendía completamente, si yo fuera él no estaría saliendo con una chica como yo. Lo que tampoco entendía es que como un chico como él estaba aguantando todo esto cuando podía tener a la chica que quisiera.

-Ven aquí -le ordené.

Lo agarré de la cintura y lo estreché contra mis brazos. Su boca quedaba justo a altura de mi cabeza y me plantó un beso. Me encantaba cuando hacía eso, me parecía tan tierno.
Después nos quedamos en silencio, simplemente disfrutando de nuestra compañía.

[capítulo veintiseis]
[completo sin editar]