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Llegue a casa y todo me daba vueltas, me tumbé en la cama y me quedé durmiendo, aun vestida. Harry todavía no había llegado a casa porque no había escuchado su puerta cerrarse. Me preguntaba dónde estaría y por qué no iba a venir a dormir a casa. Tal vez no quería estar cerca de mí después de habernos besado, nunca hubiera pensado que él diera el primer paso y me gustaba. Pero no podía tener nada con él, no con el mismo chico que vendía droga a menores y se metía en follones con la policía. No me lo merecía. Ya había tenido que aguantar mucha mierda con mi madre como para que ahora me tocara sufrir de nuevo. Harry sería una distracción, si él daba otro paso y en ese momento a mí me apetecía, iba a hacer lo que me diera la gana, lo que quería. Todo lo que vino después a mi mente se nubló y mis ojos se relajaron completamente cuando me que sobada.

***

¿Dónde estaba? ¿Por qué me dolía tanto la cabeza? Yo solía tener aguante, ¿será la edad? Me reí al pensarlo, solo tenia 17 años. Espera ¿seguía borracha? ¿Por qué me reía de esa tontería?
Me levanté de la cama y me di cuenta de que aún llevaba la ropa de ayer, tacones incluidos. Intenté agacharme para soltar la hebilla, pero cuando lo hice un líquido que ardía pasó por mi garganta intentando buscar una salida al exterior. Pote ahí, en el suelo, pero menos mal que no manche mis tacones favoritos. Era los únicos que tenía, porque eran los únicos que me gustaban. Fui al cuarto de baño y limpie el vómito. Después baje a la cocina, la casa estaba en pleno silencio porque eran las doce del medio día. ¿Habrá vuelto Harry? No lo quería ni ver. ¿Como se suponía que tenía que actuar a partir de ahora? ¿La barrera de amistad ya la habíamos sobrepasado o se trataba de un error? Cada vez que me hacía preguntas se generaban una serie de pitos que hacía que me doliera aún más.
Mi padre no estaría orgulloso de mí, pero a estas alturas quién lo estaría.
Escuche pasos que se acercaban a la cocina. ¿Por qué siempre tenía la mala de suerte de que alguien se levantara a la misma vez que yo y me viera con estas pintas? En el cristal del horno me peine un poco el pelo con los dedos, porque sabía que en el fondo no quería estar hecha un desastre delante de Harry. Y sé que suena mal, pero quería que viese que no me había afectado nada lo del beso, aunque me sentía culpable por no poder recordad como sabía su boca, o como de suaves eran sus labios porque iba completamente bajo los efectos del alcohol. Si es que soy una desgraciada.
Raoul aparece por la puerta, sereno como siempre, como se nota que ayer estuvo toda la noche en casa y pudo descansar. Últimamente tenía ojeras pronunciadas y oscuras bajo los ojos y sabía que era porque le tocaba estar presente en esas fiestas de mierda. Harry también tenía el mismo rasgo en su rostro y era una pena, porque ambos tenían un rostro angelical cuando dormían las horas que son recomendadas.
Detrás de él apareció Harry, lo miré, pero desvíe la mirada rápidamente. Regla número 1: actúa normal. Seguro que no fue el único que beso que dio anoche.
Olvidad lo que he dicho antes de que cuando no duerme no tiene un rostro angelical.
Lo único que me chocaba es que tenía los ojos rojos, y no sabía si es que había estado fumando o había estado llorando. Tratándose de él me tiro más por la primera opción.
Un recuerdo me vino la cabeza. Yo con un tipo, y en el otro lado Harry y una chica. Todo me vino de golpe y volví a sentir las cosquillas en el estómago que sentí anoche. Le puse colorada como un tomate y lo disimulé mirando me las uñas. No me habían dicho nada aún, y estaba segura de que se habían percatado de mi presencia, hasta donde sabía aún no había conseguido ser invisible, aunque era un súper poder que siempre había querido tener, ¿quién no?

—Buenos días Carly, ¿qué haces a estas horas despierta? —me preguntó Raoul.

—Tenía que levantarme temprano porque quiero empezar a estudiar de literatura.

Raoul asintió con la cabeza y yo mientras intentaba buscar la mirada de Harry, la cual estaba perdida. Este chico ayer tomó algo que no debería de haber hecho y hasta él lo sabe. Me estaba ignorando. Está bien, si ahora íbamos a jugar al juego de "Oye, éramos amigos" yo también me sabía las reglas del juego.
Pero en el fondo me daba pena, la amistad que habíamos construido en tan poco tiempo era tan grande, pero no lo suficiente para que hubiera confianza para contar nuestros secretos y como nos sentíamos realmente el uno con el otro, pero qué era lo que sentía, ¿acaso tenía nombre?
No quise quedarme más tiempo en la cocina y cogí mi vaso de leche de avena y me subí a mi cuarto. En estos momentos sentía frustración ¿por qué no tenía el valor suficiente para encarar las cosas?
Subí las escaleras como puede y me tire de un salto a la cama cayendo boca abajo.
Cogí mi móvil para ver si Keira me había dicho algo acerca de Peyton. Esos dos no saben lo que vi ayer, y mejor que siga así. No quiero que su relación sea diferente porque ya no sea secreta. Tenía tres mensajes sin abrir de un número desconocido, el mismo que me había estado mandando mensajes amenazándome, tanto a mí como a mis amigos.
Los abrí y se me cayó el móvil al suelo. Eran tres fotos mías de ayer. La. Misma ropa, los mismos zapatos, el peinado, el mismo puto sitio, no se trataba de photoshoot. En una de las fotos salía yo, con el chico enganchado a mi cuello, en la otra salía Harry con la chica tocando su nuca. Y la tercera era la peor de todas, alguien había estado presente cuando nos besamos. Alguien había estado siguiéndome y persiguiendo mis huellas, pero para colmo también las de Harry. Esto había llegado demasiado lejos, ¿quién coño iba a tener tanto tiempo libro como para seguir a una cría como yo?
Baje las escaleras de dos en dos y cuando llegué a la cocina me dirigí a Harry.

—¿Las has visto no? —dijo serio. Era la primera en toda la mañana que escuchaba su voz y hoy estaba más ronca que nunca.

—¿Te refieres a las fotos? ¿Las tienes? —pregunté hiperventilando. Estaba a punto de un ataque de ansiedad. Nunca había tenido ninguno, pero había leído que muchos testimonios lo primero que sienten es que no pueden respirar correctamente, y eso era justo lo que me estaba pasando a mí.

—Relájate, no pasa nada —dijo con una voz suave— Lo vamos a solucionar todo juntos. —Intentó tranquilizarme, pero no me ayudó, conté hasta diez despacio y empecé a respirar con más calma.

—¿Pero es que no te das cuenta? Alguien estuvo detrás de mi durante toda noche y estuvo haciendo fotos, esto no me puede estar pasando, no a mí — decía en voz baja y rápidamente.

"Esto no me puede estar pasando, no a mí, no a mí, esto no me puede estar pasando" una y otra vez dando rumbos por mi cabeza.
Apoye la espalda en los azulejos fríos de la cocina y me deslicé hasta quedarme hecha un ovillo apartada de ellos, que se quedaron paralizados sin saber como actuar ante un ataque como aquellos.

—Tengo que ir a denunciarlo.

—No, no, no. Esto no se soluciona así, esa gente no le teme a la policía. Sería una tontería, lo único que haría sería cabrearlos más.

—Pero es lo correcto.

—¿Quién nos lo puede asegurar?

[capítulo dieciocho] [completo sin editar]

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[capítulo dieciocho]
[completo sin editar]

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Ayer estuve 7 horas en urgencias porque no nos atendían, al final todo estaba bien, pero me arrepentí mucho de no haber llevado el móvil conmigo porque así habría escrito al menos tres o cuatro capítulos. No olvidéis que me queda nada para terminar todos mis exámenes y que en las vacaciones de Navidad  voy a actualizar más que nunca.
Espero os haya gustado el capítulo de hoy aunque sea muy corto. 💜

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Ángel Caído | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora