CAPÍTULO 39

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Tras un largo rato de limpieza, por fin acabamos, al menos Kenta, Kiatzu y yo. También he llamado a Hiroki y está mucho mejor, ahora solo queda ver que ha hecho Ichiro...
-¿Ichiro?
-Pasa.
Abrí la puerta y le vi tumbado en la cama con el móvil y el cubo al lado de la estantería con el trapo en el borde. Estaba todo limpísimo y no podía evitar mirar boquiabierta mientras entraba.
-¿Esto lo has limpiado tú?
-(Reincorporándose) ¿Quién sino?
-Cuando quieres eres muy ordenado. El problema es que nunca quieres (río).
-Ja, ja, ja, que graciosa.
-Es la verdad.
Dije acercándome y sentándome en la cama a su lado. En ese momento, coge entre sus dedos, el colgante que llevaba puesto.
-Pensé que ya no lo tenías.
-Lo he encontrado limpiando, se lo enseñaré a Yuki cuando vuelva.
-Yo nunca me lo quito, lo llevo desde que me lo regaló.
-Eso es porque te gusta y tienes mucho cariño a Yuki.
-Es porque me da pereza quitármelo.
-Seguro, venga, no pasa nada por decirlo.
Ichiro suelta el collar y se tumba ignorándome completamente para después ponerse los cascos.
-¿Sabes? No me imagino como hubiesen sido las cosas sin conoceros.
Dije tratando de llamar la atención de Ichiro el cual siguió a lo suyo.
-Las cosas han cambiado mucho... Tú también... Recuerdo cuando aprendí a vigilar contigo, lo pasé algo mal pero me di cuenta de que tienes sentimientos y de que no eres tan malo. Y... Bueno, es una tontería seguir hablando, porque no me escuchas con los cascos así que...
En ese momento, Ichiro se quita los cascos y se reincorpora.
-Estaba escuchándote todo el rato. No tenía música puesta, simplemente quería saber lo que decías.
-Lo suponía. Quería ver como reaccionabas. Por cierto, Yuki tarda bastante.
-Conociéndola, se habrá entretenido por ahí.
-Voy a salir a buscarla por si acaso. Ya sabes como están las cosas con el tema de los cadáveres y tal...
-Lo sé. Te acompaño.
-No es necesario, no tardaré.
Sin dejarle responder, me levanté y salí de su cuarto para después irme de Kaisaki.
Decidí enviarle un mensaje a Yuki para que me dijese donde estaba pero no contestó así que me puse a buscar por los posibles lugares pero sin mucho éxito hasta que me senté en la hierba del lago y decidí llamarla.
-¿Hola?
-Yuki, soy yo, ¿dónde estás? Te he escrito y no me has contestado.
-Perdona, voy ya para el lago.
-Yo ya estoy, te espero.
-Adiós.
Colgué y me tumbé en la hierba soltando un suspiro. A decir verdad no estaba tan alegre como siempre... En fin, hablaré con ella ahora.

Tras un rato, llegó Yuki y nos pusimos a caminar.
-Está atardeciendo...
-Has estado todo el día fuera y muy callada, ¿qué ocurre?
-Nada...
-Yuki, te conozco...
-Es que... No sé lo que va a pasar con Maiko... Cada vez es todo más peligroso... He visto a unos cinco miembros de la ABG paseándose por todos lados y... No quiero que las cosas se repitan como aquella vez...
-Yo tampoco sé lo que va a pasar... Y es cierto que todo es aún más peligroso, pero no podemos rendirnos, Akiyama confiaba en nosotros y no vamos a defraudarle.
Yuki me mira y después se sube a un pequeño muro del parque al cual habíamos llegado sin darnos cuenta y comienza a caminar.
-¿Sabes? Creo que nunca he aportado nada importante a Kaisaki...
Yuki se para y se queda mirando al sol el cual se iba ocultando dejando un anaranjado paisaje.
-Todos... Hacéis cosas importantes, yo sin embargo... Soy la más molesta... Y supongo que por eso Ichiro no me tiene mucha simpatía... Y no le culpo... Desde pequeña soñé con hacer cosas importantes que ayudasen a todos pero... Me di cuenta de que no puedo pretender ser humana y hacer lo mismo que todos... No me arrepiento de llegar a Kaisaki, pero sí que echo de menos a mi familia... Probablemente no estarían muy orgullos de mí...
Yuki se giró y me miró fijamente.
-¿Tú que opinas, Hikari?
Me quedé mirándola. Su voz no era de enfado, de frustración ni tampoco tristeza, era tranquila y sincera.
-Yo creo que sin ti faltaría un pilar de Kaisaki. Eres tan importante como cualquiera de nosotros. Tu familia estaría muy orgullosa de ti. Eres muy valiente y sabes como manejar las situaciones.
Yuki se bajó del muro y continuó mirándome con atención.
-Cada uno tiene su propio toque que le hace único y especial, no nos hace especiales tener una característica en especial pues la mas común puede ser la más especial si esa persona tiene la chispa necesaria.
Yuki me miró con un brillo en los ojos y yo saqué de mi sudadera el collar que me regaló para enseñárselo.
-Eres muy especial Yuki, no todos tienen tu chispa, y eso es algo con lo que tú has nacido y nadie podrá reemplazarte por muchos intentos que haya.
A Yuki se le formó una enorme sonrisa y me abrazó con fuerza.
-Gracias Hikari... Gracias por ser mi ejemplo a seguir...
-¿Yo? (Separándome del abrazo) ¿No era Kaneki?
-(Riendo) Sí, pero él no existe como tal, tú sí.
Reí y nos dimos otro abrazo, después, nos sentamos en los columpios a contemplar el atardecer.
-Me gusta sentir que tengo una hermana...
Dijo Yuki con la mirada fija al frente y una sonrisa mientras balanceaba un poco los pies.
-Y a mí...
-Tú tienes a Hiroki...
-Él es chico, y ciertas cosas no se pueden hablar con él...
-Como por ejemplo el tema de Ichiro...
-¡Yuki!
Yuki rió y salió corriendo, yo la perseguí tratando de alcanzarla.
-¡Yukiko Asaki, retira eso!
-¡No! (Ríe)
Continué persiguiendo a Yukiko mientras la escuchaba reír. Me alegro de que se sienta mejor y que haya podido ayudarla ¡pero eso no quita que haya dicho eso!
-¡Yukiko!
-¡Venga, corre! ¡O le diré a Ichiro que te gusta!
-¡Ni se te ocurra! ¡Vuelve aquí! ¡O le diré a Kiatzu que te gusta!
-¡¿Qué?!
Yuki corre aún más rápido mientras la persigo sin parar. ¡Esto no va a quedar así!

¿Yo un ghoul? - Segunda temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora