CAPÍTULO 19

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Ya estábamos en Kaisaki. Por insistencia de Ichiro estaba esperándole en su cuarto. Estaba sentada de espaldas en su cama.
-Ya estoy aquí.
La puerta se cerró y escuché sus pasos acercarse.
-Quítate la chaqueta.
-¿Qué?
-Hazlo.
Resoplé y me quité la chaqueta.
-Ahora súbete un poco la camiseta.
-Ichiro, sé lo que quieres hacer y no lo necesito. Soy un ghoul, la herida va a curarse enseguida.
-Es una herida profunda.
Ichiro se sentó en la cama, levantó un poco mi camiseta y noté como pasaba la gasa por la herida. Solté un leve quejido.
-No sé si lo habrás notado, pero tus heridas tardan más en curar que la de cualquier otro ghoul.
-Lo sé, y eso es porque no lo soy al cien por cien.
-¿Sigues teniendo ese complejo?
-Siempre lo tendré.
-¿Y por qué no vas al hospital con cualquier excusa para que te quiten ese trozo hígado?
-No es tan fácil. El hígado ya es completamente parte de mí. Además que los médicos no te quitan órganos así como así. ¿Acaso no lo sabías?
-Algo he leído. Pero no entré en detalles. Soy un ghoul, ¿crees que alguna vez se me ha pasado por la cabeza ir al médico?
-En cualquier caso diría que no, pero siendo tú me espero cualquier cosa (suelto una leve risa).
-(Sonríe levemente) Hikari, eres de lo que no hay.
-Literalmente.
Ambos nos quedamos en silencio unos segundos pero después comenzamos a reír.
-(Riendo levemente) Ya está, trata de no hacerte daño de nuevo.
Asiento todavía riendo un poco y bajo mi camiseta. Me pongo la chaqueta de nuevo y le miro unos segundos, después me levanto.
-Gracias.
Sin esperar su respuesta salgo de la habitación. No había nadie en la sala. En fin, voy a salir a despejar la mente. Espero que Akiyama vuelva pronto...

Estoy en el lago pensando en que puede estar pasándole a Akiyama ahora. No soy capaz de quitármelo de la cabeza. Me siento culpable por haberme ido...
-¡Hikari!
Esa voz me saca de mis pensamientos, giro la cabeza y veo que es Kenta el cual va hacia aquí rápidamente y se lanza a darme un abrazo.
-(Tratando de recuperar el aliento y separándose del abrazo) ¿Cómo estás? Antes te he visto con un montón de personas por el puente, no quise acercarme ni llamar, pero ya no aguantaba más, ¿qué te ha ocurrido? Tienes la chaqueta llena de sangre.
-Es largo de explicar... Pero tranquilo... Estoy bien... Solo tengo una herida en la espalda...
-¿De verdad qué estás bien?
-Sí.
Kenta suspira y coge mi cara entre sus manos para después darme un beso.
-No te pongas tanto en peligro, por favor...
-He estado en situaciones peores.
-Vente a mi casa, quédate conmigo aunque solo sea esta noche.
-Tengo un asunto pendiente para esta noche...
-¿No piensas descansar?
-No puedo...
-Pero...
-Kenta, por favor, sé lo que hago.
Kenta asiente, después se levanta y yo también.
-¿Cómo van las cosas por la cafetería?
-No es lo mismo sin ti. ¿Volverás algún día?
-Lo dudo... Pero ya iré a visitaros.
-Ya sabes que puedes contar con nosotros. Especialmente conmigo.
-(Asiento) Lo sé, gracias.
Kenta me abraza de nuevo, en ese momento veo a Taro y sus ayudantes caminando hacia aquí así que pego un empujón a Kenta y lo tiro al suelo. Taro ya sabe de este tema, pero no quiero que vea como nos abrazamos... Veo como Kenta iba a levantarse así que le pego una patada con la cual empieza a rodar colina abajo cayendo al lago.
En ese momento llegan Taro y sus ayudantes.
-Hikari, ¿qué haces aquí?
-He salido a... Dar un paseo...
-Volvamos juntos a Kaisaki entonces.
Asiento y los cuatros nos ponemos a caminar, miro hacia atrás y veo a Kenta salir del lago. Junto las palmas de mis manos para tratar de pedirle disculpas, después vuelvo a mirar al frente para que Taro no sospeche pero no puedo evitar mirar unas cuantas veces de reojo. Me siento mal por haberle hecho eso a Kenta... Pero no se me ocurría otra cosa...

Ya estamos de nuevo en Kaisaki. la sala seguía vacía. Decidí ir a mi cuarto, pero por el pasillo escuché a Kiatzu, me pegué a la puerta de su cuarto para escuchar mejor.
-Ichiro tiene razón, Kiatzu... ¿Por qué eres tan raro...? ¿No puedes ser un ghoul normal...?
¿Que hace hablando solo.
Decidí abrir la puerta de su cuarto lentamente y le vi dando vueltas por la habitación con los brazos cruzados.
-¿Kiatzu?
Él se paró en seco y me miró.
-Hikari, ¿necesitas algo?
-No, simplemente te he oído hablar solo.
-Ah, sí, lo suelo hacer mucho. ¿Sabes como está Yuki?
-No, no he querido molestarla.
-Ya...
-Te preocupas mucho por ella.
-Es una chica genial, es inocente, pero a la vez muy fuerte. Es cabezona al máximo, capaz de lo que se proponga y...
Reí levemente tras escuchar sus palabras. Él paró de hablar y se rascó la nuca avergonzado.
-¿He hablado muy alto?
-Un poco, pero tranquilo, queda entre tú y yo.
Le guiñé un ojo y él sonrió.
-Hay que ser pillín.
Ambos nos dimos la vuelta dando un respingo al escuchar la inesperada voz de Naoki. Kiatzu se sonroja.
-Bueno, yo mejor me voy. Hasta luego chicos.
Salí rápidamente de ahí dejando a Naoki y Kiatzu solos, me da que van a tener conversación para rato.
Yo por otra parte fui a la habitación de Yuki. Antes de entrar llamé a la puerta, al no recibir respuesta entré. Ella estaba tumbada en su cama mirando al techo. Cerré la puerta, me acerqué y me senté en la silla del escritorio.
-¿Cómo estás?
-Bien...
Está claro que esta no es la Yuki de siempre.
-Tranquila, Akiyama estará bien, es un hueso duro de roer y...
-¿Y si no lo está? ¿Y si ha sido la última vez que le hemos visto vivo?
Yuki parecía más madura que nunca. Incluso su voz sonaba diferente.
-Seamos positivas, no podemos limitarnos a pensar eso.
-Pero... Pero...
Yuki no pudo continuar hablando ya que rompió a llorar. Me levanté de la silla y simplemente la abracé. Para Kaisaki esté está siendo de los momentos más difíciles seguro...

¿Yo un ghoul? - Segunda temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora