|She is like the moonlight
caring but cold.
She is showing away,
but she still afraid.
Afraid of the darkness she become|
«Berenice Black no quería ir a la Luna, quería aprender a brillar en la oscuridad como ella»
»...
chapter 1: El de el tren y el sapo ┏━━━━━━━━━━━━━━━┓
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Berenice no era capaz de creer que estaba en King Cross.
Y que finalmente su mano estaba ocupada por un baúl y no por el frío agarre de su madre, mientras que la otra se enlazaba con la de Regulus. Walburga Black parecía encantada con la escena, sus dos herederos tan unidos que conmovían a su corazón de granito. Y si a eso le sumabas el hecho de que el "maravilloso" temperamento de ambos niños encantaba a los sagrados 28, pues la mujer estaba más que contenta de exhibir a sus hijos.
— Es hora, niños— la matriarca de la familia atusó las túnicas azul rey de los mellizos—. Ya sabéis que debéis hacer, sed un orgullo que haga honor al apellido. Y tomad este dinero, dadle este otro a vuestro hermano— Por primera vez en mucho tiempo las palabras de su madre no habían sido frías y huecas, esta despedida se diferenciaba mucho en las que ellos solían vivir cuando iban a despedir a Sirius.
Berenice miró por última vez a su madre, con el desafío pintando sus ojos perla. Desvió la mirada hacia su padre al sentir el familiar apretón en el hombro, que dictaba mucho de ser afectuoso. —. Mantén tus...habilidades a raya, Berenice. No queremos que caigan en malas manos ¿verdad? O al menos, no todavía.
La ojigris se despidió de sus padres, sin poder aguantar por mucho más la presión en su pecho. Casi pudo oír el— cuídala y vigílala— que su padre le había dicho a sus hermanos.
Sirius se había adelantado nada más divisar los rizos rebeldes de James Potter, y Berenice pensó que lo mejor sería no estar con él, al menos no en su primer viaje. Subió al tren y junto con Regulus buscó un compartimento vacío.
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— No puedo, Reese. Esto pesa mucho— Llevaban un rato intentado subir el baúl, pero ni siquiera juntos podían con el peso.
La puerta del compartimento se abrió, Sirius les ayudó a subir el baúl y luego se sentó dejando ver tras él a unos muchachos.
— Menos mal que soy vuestro hermano mayor, ¿Eh, clones?— Regulus y Berenice bufaron mientras le daban un puñetazo a Sirius en cada brazo—. Vale, venga parad. Os presento a los chicos más geniales de Hogwarts; Remus Lupin— un chico castaño sonrió y la chica Black hizo lo mismo—. Peter Pettigrew— uno más menudo hizo un ademán con la mano— Y James Potter...
El último se acercó a los mellizos con una sonrisa de oreja a oreja, parecía que hasta sus ojos sonreían. Eso le encantó a Berenice, y tan solo viendo al grupo los mellizos habían entendido porque Sirius se llevaba tan bien con esos chicos.