|She is like the moonlight
caring but cold.
She is showing away,
but she still afraid.
Afraid of the darkness she become|
«Berenice Black no quería ir a la Luna, quería aprender a brillar en la oscuridad como ella»
»...
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«La Luna la saludaba cómosiempre, sutil y fría, su luz entrando por una de las alargadas ventanas de la Torre de Astronomía e iluminando las estrellas doradas de la bóveda. Los ojos grises de la chica reflejaban la inmensidad que se alzaba en el cielo, su tan amado cielo, aquel que tenía todas las respuestas. Para ella era casi ridículo y carecía de sentido la razón de porqué los humanos, sobre todo los muggles no solían prestar atención al cielo, el que siempre había estado, desde los comienzos de los tiempos hasta la actualidad, el que estaría en un futuro y había presenciado absolutamente cada pequeño detalle de la historia de cualquier persona. Si se debía de alabar o buscar alguna deidad, Berenice alabaría a la bóveda celeste sin duda alguna.
Varios libros también eran bañados por luz de luna resaltando sus bellas y viejas encuadernaciones y resaltando a su vez las preguntas que viajaban por los pensamientos de la chica Black, de forma errante y dispersa sin formularse del todo. Su mirada buscó la constelación de Cygnus, recordando el cuento que su tío le había contado el día anterior. Cuento que dudaba que poseyera cualquier atisbo de realidad, o al menos, estaba muy, muy escondida.
"—Las estrellas están escuchando este cuento a la vez que nosotros, Berenice. ¿Las ves?— dijo Cygnus, apuntando a la ventana—. Están pendientes, ellas escuchan ¿lo haces tú...?—la joven afirmó, por lo que su tío continuó hablando—. Bien— asintió—. Sin embargo, ahora no te contaré una historia de mis viajes. Ahora te pasaré un legado de nuestra familia— dijo, viendo cómo la curiosidad aparecía en los ojos de su sobrina—. Hace milenios, cuando todo fue creado, la ambición del ser humano superaba la inmensidad del firmamento. Era ser necio, oscuro y falto de luz pero sin embargo la ansiaba, la necesitaba. Se llenaba la cabeza de preguntas, incapaz de encontrar a su alrededor algo duradero, no efímero ni incapaz de apagarse. El motivo de por qué no lo encontraban era sencillo, se creían el ser superior, lo más grande casi a la altura de su creador. Tanto así que jamás osaban mirar hacia arriba, siendo este un acto de aceptar que había "algo" por encima de ellos. Odiaban a los árboles, pero estos no se movían como ellos, odiaban a las jirafas, pero estas no hablaban como ellos y además estos seres no eran inmensos, sólo un poco más altos. Únicamente miraban a lo que tenían enfrente, al fuego que rápidamente se apagaba y el que traía consigo la sensación de frío cuando se iba. Necesitaban luz permanente, durante el día y la noche. Una noche, una mujer se estaba lavando la cara en el lago al sentir como sus ojos estaban empañados, se los limpió y justo en aquel momento distinguió una luz, un faro muy potente que parecía residir en las aguas. Decidió adentrarse en ellas, ahogándose en desesperación al no encontrar aquel brillo. Y justo entonces, sin siquiera pensarlo, miró hacia arriba, encontrándose con la luz que había decidido ser su amiga, nadó hacia ella y cuando salió a la superficie se la encontró a demasiada distancia. Pero estaba ahí al fin y al cabo. Quiso gritarle pero el sueño la venció al alcanzar la orilla. La mañana siguiente, al despertar subió la mirada para buscarla, pero esta vez se encontró con un brillo cálido cegador, totalmente diferente al de la noche, pero similar de alguna manera. Las estrellas se dieron cuenta de aquella mujer y decidieron que cuando se encontrase cerca de la muerte, bendecirían con su poder a su familia y su legado, por atreverse a buscar luz. Atreverse a vivir en la oscuridad. Y cuando el momento llegó, la mujer forjó un cristal en la luz de la luna y lo bañó en rayos de sol, dándoselo a sus hijos bajo la atenta mirada de los astros advirtiéndoles de su poder. Y las estrellas decidieron mostrarse a toda la humanidad, acompañando a la reina luna. Dado el momento, el legado de la mujer comenzó a mirar al cielo, todo el mundo empezó a hacerlo encontrándose con la luz del Sol y la Luna"