¿Qué acaba de pasar...? Era lo que mi mente repetía una y otra vez.
Había pasado media hora, pero yo seguía sintiendo sus dedos en mi espalda...
-Mila! -levantó la voz Dinah. -Estás ida! Céntrate! Vamos a sacar las pizzas del horno! Ve, y llama a Lauren y dile que ya están! -dijo mientras ayudaba a Normani.-
-Ya regreso! -dijo mientras salía de la casa.-
Salí, y ella sentada al borde del la piscina.
Tomé una respiración profunda y me acerqué.
..........
Narra Lauren
-Lauren... -giré mi rostro y la vi a mi lado de pie. -Ya están las pizzas...-
Cuando se disponía a ir, la llame.
-Camila! -ella se giro mientras yo me levantaba. Pase una mano por mi cuello nerviosamente... -Yo... Quiero pedirte perdón por la situación de antes... Estuvo fuera de lugar. No fue mi intención incomodarte...-
-No me incomodaste Lauren. Solo... Me tomó por sorpresa... Pero todo está bien. No te preocupes. -me regaló una sonrisa tímida para después darse la vuelta e irse.-
..........
Habían pasado tres días desde ese suceso. Supe que Dinah era maestra de gimnasia de la pequeña escuela, y Normani era bailarina. No me sorprende para nada. Ella bailaba muy bien. La había visto bailar en la clínica.
Fui a la cocina, y me encontré con Eugenio.
El se giro, y me sonrió de forma cálida.
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-Hola Lauren! Buenos días! -dijo mientras se sentaba y bebía de una taza. -Quieres café? Esta recién hecho!-
-Buenos días! Son las 7 de la mañana, así que no sé si son tan buenos... -rio.-
-Voy con Mike y Alejandro al banco de la capital a mirar unos presupuestos. Por eso me he levantado de la cama tan temprano... -se levantó, y puso la taza en el fregadero. -Es horrible salir de la cama tan temprano...
-Si, y más cuando está una mujer tan bella como Camila en esa cama.
-Definitivamente, Lauren. -sonrió. -Ten buen día!
-Tu también Eugenio!
.........
Estaba cortando leña, para llevarla a la casa. Al parecer, va venir una pequeña tormenta.
-Hola Jauregui! -me giré, y era Dinah.-
-Hola Dinah, cómo estás? -deje a un lado el machete mientras me secaba el sudor de la frente con la camiseta.-
-Bien! Viniendo de la escuela. Al parecer, Mila hablo hace un momento con Eugenio, y dice que Mike, el y Alejandro tendrán que quedarse en un hotel de allá. -dijo mientras se sentaba.-
-Por la tormenta, no? -ella asintió.-
-Lauren, Mani me contó de donde se conocen... -dijo un poco cohibida.-
-Entonces ya sabes que estuve en la clínica de rehabilitación con ella... -suspire.-
-Yo... -la interrumpí.-
-Ahórrate el discurso. -la miré. -Y deja de mirarme con esa lástima en lo ojos, Dinah.
-No es lástima. No conozco tu historia Lauren. Solo sé que estuviste con Mani en la clínica. -ella me miró más atentamente. -Mila lo sabe?
-No... Y prefiero que no lo sepa. Al menos, no todavía.
-Te entiendo. Por cierto, Clara, Sinu y Mila están preparando el almuerzo. Yo y Mani, estaremos todo el día en la habitación viendo series. Con la tormenta en lo único que se puede hacer. Bueno, y no solo ver series... Ya sabes. -me guiñó un ojo.-
Negué sonriendo mientras la veía irse.
..........
-Que bien huele! -dije entrando a la cocina. Las tres se giraron y sonrieron.-
Me acerqué a la mesa.
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Iba a coger un poco de aguacate, pero Camila me dio un manotazo.
La miré sorprendida, mientras nuestras madres reían.
Después de almorzar esa deliciosa comida, fregar y ordenar la cocina, nuestras madres fueron cada una a su habitación a descansar.
Camila dijo que también se iba a descansar.
Miré el piano que estaba en la sala... Hacía tanto tiempo que no tocaba...
Me acerqué, y me senté en frente de el.
Lleve mis manos a las teclas, mientras escuchaba la melodía...
He esperado cien años
pero esperaría un millón más por ti.
Levanté la vista, y Camila me miraba emocionada mientras se acerba a mi.
Se acercó, y se apoyó en el piano viéndome...
Nada me preparó para
lo que es el privilegio de ser tuya.
Si tan solo hubiera sentido el calor dentro de tu caricia...
Si yo solo hubiera visto como sonríes cuando te sonrojas...
O cuando se curvan tus labios cuando te concentras lo suficiente...
Hubiera sabido
para lo que he estado viviendo durante todo este tiempo.
Para lo que he estado viviendo...
Levanté la mirada, mientras Camila me miraba con lágrimas en los ojos.
Llevé mis dedos a mi mejilla izquierda para secar la pequeña lágrima que caía de ella.
