Transcurrieron muchas horas, cada vez me acostumbraba más en comprender el cuerpo de cada una de ellas, las zonas exactas donde satisfacerlas, al mismo tiempo, ellas se esforzaban por mí, lo único que tenía en mi mente era el hacerlas felices, al comienzo fui muy suave con todas, la expresión de dolor al entregarse por primera vez hacia que me preocupara por ellas, pero me sonreían y decían que estaban bien, aun así las trate con sumo cuidado, al pasar el tiempo fui aumentando mi ritmo, poco a poco dominaba las artes del placer, más bien, todos mejorábamos al conocernos mejor, en esta habitación solo nos centrábamos en nosotros, olvidamos el resto del mundo, no solo era lujuria lo que había en nuestro interior, era más que eso, pensábamos en cómo hacer feliz al otro, Wendy, al ser una maga Sanadora, comprende muy bien el cuerpo, nos instruyó en los temas relacionados al embarazo, mediante magia se podría prevenir ese resultado, era lo que todos acordamos, después de todo, no estamos en condiciones de tener un descendiente, estoy a nada de ingresar a la Universidad, y no podré volver a verlas por un tiempo, pero, cuando termine ese proceso, quiero normalizar todo con ellas, en palabras sencillas, dimos todo de nosotros para que nunca olvidemos esta noche.
No recuerdo el momento en que cerré mis ojos y me entregue al cansancio, fue en algún lapso de la noche, cuando estaba seguro de que ellas ya no podían continuar, deje que fueran durmiendo, una a una, hasta que todas se encontraban soñando, la última imagen que guardo en mi mente es verlas a todas con esa expresión de satisfacción en sus rostros mientras dormían plácidamente.
Un tenue rayo de Sol ingresa por la separación de entre las cortinas, aunque como dije, es tenue apenas visible, por la posición en la que ingresa, ha de ser muy tarde, claro, esa última imagen, las podía observar perfectamente sin la ayuda de la luz colgante que iluminaba la habitación para espantar la oscuridad, es decir, términos en horas de la mañana, las manchas de color rojo en las sabanas son prueba de que ellas se han entregado a mí, un olor extraño está presente en la habitación, el sudor que nos inundaba se ha secado por el paso del tiempo, siento mis brazos entumecidos, tanto Wendy como Eri se han aferrado a cada uno, por su parte Bianca está durmiendo con su cabeza apoyada sobre mi pecho y el resto de su cuerpo me envuelve como si fuera una especie de almohada, estamos desnudos, las ropas que nos cubrían están desparramadas por el suelo de la habitación, las vuelvo a observar, algo muy cálido desborda desde mi pecho, esta sentimiento, es felicidad, debido a que me muevo levemente, ellas se despiertan, abren lentamente sus ojos, son los seres más hermosos que he visto en mi vida, no puedo dejar de observarlas, sonrío mientras todas se fijan en mi rostro.
– Buenos días, dormilonas.
Digo con un tono muy cálido, demuestro el amor que ciento por ellas, como resultado, se aferran aún más a mi cuerpo, con una fuerza acogedora.
– Buenos días, querido. – Responde Bianca.
– Buenos días, amor mío. – Dice con una voz muy dulce Wendy.
– Buenos días, Guille, mi amado Guille. – Eri lo dice con una radiante sonrisa en su rostro.
Nos mantenemos observándonos sin decir una sola palabra, expresábamos lo que sentíamos sin la necesidad de pronunciar nada.
– Sospecho que es muy tarde, está a nada de oscurecer.
Lo digo mientras me centro en aquel tenue rayo de Sol que comienza a desaparecer a cada segundo que transcurre.
– Es normal, después de todo, parecía que nunca llegarías a tu límite, querido. – Bianca tiene una sonrisa juguetona al momento de decir esas palabras.
– Aun puedo sentirlo. – Eri tiene el rostro de color rojo.
– Superaste lo descrito en los libros de medicina sobre la duración de un coito regular, aunque no es que me esté quejando. – Wendy esconde su rostro en mi brazo. – Fuiste fantástico. –Lo dice susurrando, pero puedo escucharla.
ESTÁS LEYENDO
El Gran Reinicio Parte I : Despertar
FantasyGuillermo (Guille) ha vivido toda su vida bajo la sombra de sus hermanos quienes son conocido como los Prodigios. Él no posee un sueño o una ambición que seguir, ahora con 19 años debe por primera vez decidir qué camino seguir. Luego de un año desde...