A ocurrido, de alguna manera, hemos vuelto a ser una familia, tanto yo como Ignacio nos perdonamos, hemos logrado avanzar, transcurren los minutos y nos tranquilizamos, nuestros ojos hinchados aun permanecer como prueba fidedigna de nuestra reconciliación, cuando los tres dejamos de abrazarnos, escuchamos un quejido, es papá, había perdido la conciencia cuando Sylvana lo ahorco hace unos minutos, todos observamos al ahora lamentable sujeto de traje elegante, Ignacio comienza a caminar hacia él, Vilma quiere detenerlo pero la observo a los ojos, ella comprende mi señal, "no intervengas", Ignacio se detiene frente a él.
– Fue una herida superficial, a pesar del flujo de sangre, no corres peligro, y, en cuanto al golpe que recibiste en el estómago. – Se arrodilla, palpa las costillas y el tórax de papá. – No posees un solo hueso roto, no fue un simple puñetazo, es como si hubieras sido empujado y nada más, de lo contrario, hubieras sufrido más de alguna fractura o hemorragia interna.
Ignacio se levanta y da la media vuelta, camina hacia su maletín, lo recoge y vuelve con papá, extrae un par de guantes quirúrgicos, una botella de solución salina, gaza, aguja, hilo, limpia la herida de la cabeza, luego la cierra con puntos, finalmente coloca una gaza, todo en un tiempo ínfimo, ha sacado a relucir su capacidades, es increíble, papá no ha vuelto a pronunciar una sola palabra desde que recupero la conciencia.
– Listo, ya no tendrás ningún problema, la cicatriz será prácticamente invisible, además de que esta ubicada en el cuero cabelludo, así que nadie lo notara.
Ignacio guarda sus utensilios de regreso en su maletín, se coloca de pie, esta de espaldas a papá, esa mirada serena en su rostro lo indica, ha dejado atrás ese tormentoso pasado, el me observa, es la misma expresión que usaba cuando éramos niños.
– Es momento de retirarme, mocoso. – Sylvana coloca una mirada seria. – Eres igual a tu madre, no puedo creer que tanto esa idiota como su hijo sean tan similares en siempre colocar a los demás por sobre ustedes mismos, te repetiré lo mismo que le dije a esa idiota hace muchos años. – Entrecruza sus brazos. – Por muy fuerte que seas, sigues siendo uno solo, confía en tus amigos, ellos no están solo para ser protegidos por ti, también te apoyaremos cuando lo necesites. – Sylvana suspira y da la media vuelta, me observa de reojo. – Ahora vas a poder centrarte en tus estudios en Electus Magicae, espero grandes cosas de ti, mocoso, termina rápido esa etapa y únete al Gremio, te has ganado un cupo por méritos propios, los demás también están expectantes por como evolucionaras a lo largo de estos años. – Comienza a caminar hacia la puerta de esta habitación.
– ¡Sylvana! – Ella se detiene, me observa, estoy sonriendo eufóricamente. – Gracias por todo, espérame, no te defraudare.
– Esa sonrisa, definitivamente son iguales, adiós mocoso.
– Adiós Sylvana.
Ella deja la habitación y este hogar, puedo notar como se aleja por su flujo de mana, entonces desaparece de la cuidad, ha regresado al Gremio mediante un portal, siento como alguien toca mi espalda, es Eri, cuando me giro ella coloca suavemente sus manos en mi rostro, cierra sus ojos.
– "Sanación, Nivel 3"
La hinchazón n mi rostro desaparece por completo, el diente que había perdido se regenera, la sangre se detiene, pese a todo, no sufrí heridas considerables luego de recibir esa golpiza, debo agradecerle a las Hadas por esto, cuando estoy recuperado ella no deja de mirarme, más bien, es cosa de ambos, nos perdemos en nuestro mundo, no puedo dejar de apreciar su rostro.
– Guille ya está recuperado así que suéltalo de una vez.
Vilma aparece entre nosotros, nos separa, luce algo enfadada, se centra en Eri, la analiza de pies a cabeza.
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El Gran Reinicio Parte I : Despertar
FantasyGuillermo (Guille) ha vivido toda su vida bajo la sombra de sus hermanos quienes son conocido como los Prodigios. Él no posee un sueño o una ambición que seguir, ahora con 19 años debe por primera vez decidir qué camino seguir. Luego de un año desde...