El Gran Reinicio Parte I : Despertar

Capítulo 83 : Asalto Parte 2

Ha comenzado el verdadero combate, tanto Merlín como el ser de las vendas elevan sus manas provocando que la presión en varios kilómetros a la redonda sea sofocante, no estoy nervioso o impaciente, la guardiana de Sakir rápidamente resguarda a su ama colocándose delante de ella.

- Merlín, ataquemos los dos. – Dice el ser de las vendas.

- Estoy de acuerdo, Guille ha conseguido un aumento considerable en su poder. – Responde Merlín.

Ninguno oculta sus ansias de luchar, perfecto, con un movimiento sutil casi imperceptible la sombra de Merlín se estira para cercenar mis pies, a pocos milímetros de hacer contacto conmigo doy un Salto Espacio Temporal y aparezco detrás de él, como lo esperaba las sombras se redirigen, nuevamente doy un pequeño Salto para estar sobre su cabeza la cual sujeto con mi mano derecha, voy a reescribir las runas pero el ser de las vendas interfiere, por el rabillo de mi ojo puedo notar como uno de sus vendajes se dirige peligrosamente a mí, puedo evitarlo sin problemas no obstante ese vendaje se divide en múltiples partes provocando que mi visión sea nublada por ese mar de roñosas telas que alguna vez fueron blancas, Merlín se recupera y me ataca con un número similar de subdivisiones en su sombra.

En las afueras del castillo la mayoría de sus habitantes han notado que dentro de esa imponente estructura que se erige hay liberaciones de manas provenientes de 3 poderosos seres, una gran masa de lacayos se apresuran en ir a ayudar al combate.

- ¡Rápido escorias sin valor corran como si sus patéticas vidas dependieran de eso! – Grita un comandante que encabeza el escuadrón de los Licántropos.

Era un Licántropo De Las Nieves, esta variante de los Licántropos posee un pelaje blanco y ojos de color celestes, algo más bajos y débiles que los Licántropos convencionales, compensan esto con su gran agilidad y velocidad natural. El comandante apresura a sus subordinados los cuales replican su grito para que todos oigan sus palabras.

- ¡Solo dos kilómetros más y llegaremos, colaboren con los demás escuadrones, incluso con los despreciables Draconicos, cualquiera que se oponga yo mismo haré que!...

El comandante y sus subordinados comenzaron a emocionarse por la eventual batalla, hasta que todos detienen su acometida de golpe, el comandante de ese escuadrón observa fijamente en dirección del castillo, no pronuncia una sola palabra. No es solo su escuadrón quien se dirige al castillo, todos los escuadrones lo hacían desde distintas posiciones, y, al igual que ellos, están boquiabiertos y espantados por la escena que está sucediendo frente a sus ojos.

- ¡BROOOOOOOM!

Un estruendo se expande por todas direcciones, una explosión tan poderosa que ilumina todo como si fuera un segundo Sol el cual apareció repentinamente en la cima del castillo, las zonas cercanas ceden por la onda expansiva, casas y edificios que resistían los implacables vientos de la zona son desplomados por la fuerza de esa explosión, los escombros vuelan sin control hiriendo y asesinando a aquellos menos habilidosos que no lograron activar su mana para protegerse, restos de cuerpos cubren las calles de la fortaleza.

- ¡Comandante hemos sufrido múltiples bajas necesitamos reagruparnos! – Grita desesperada la mano derecha del comandante, quien al igual que él es una Licántropo De Las Nieves.

Pese a su claro tono angustiado el comandante no reacciona, ella no comprende que le ocurre hasta que ve su rostro, ella no estaba al tanto de la situación detrás de todo, tan solo seguía ordenes sin cuestionar, hasta ese momento, la expresión de quien admiraba provoco en ella un asco y repudio total, pese a que sus subordinados se encontraban agonizando... él sonreía de una manera en la que sus labios comenzaban a sangrar por la tensión ejercida, era observar a un maniaco el cual no podía contener su alegría.