Un día comenzaba, eran las 7 de la mañana y una chica de Rosewood todavía no despertaba, por lo tanto su madre decidió llamarla desde el piso de abajo de su casa. O mejor dicho la casa de sus abuelos.
-¡Lidia, despierta!-gritó su madre.
-Ya estoy despierta, mamá- dijo con voz somnolienta.
Apartó las sábanas, se levantó, cogió el móvil junto a sus auriculares. Fue en busca de su ropa mientras buscaba la canción perfecta para comenzar el día. Se dirigió al baño ya con la ropa en la mano, y se vistió con un estilo informal.

Salió del baño, cogió su mochila y su carpeta, luego de eso bajó las escaleras, dejó la mochila y empezó a prepararse su desayuno, y su almuerzo para el recreo de ese día. Cuando estuvo listo su desayuno, empezó a comer mientras leía algún libro de su aplicación favorita. Leía versiones sobre Harry Potter, Shadowhunters, Orgullo y Prejuicio, etc. A las 8 menos 5 estaba lista y esperando con su madre junto a la puerta a su hermana pequeña, Sara. Una chica bastante directa y que no se guardaba sus opiniones. Aunque era una chica bastante callada, cuándo hablaba no dejaba a nadie sin que se sorprendieran de su agilidad en dejar calladas a más de una. Cuando tenía tres años no saludaba a casi nadie con un beso o al menos todos los días, un día su tío se fue de viaje a Alemania y antes fueron a despedirse de él. Su madre le pidió que le diera un beso, y ella le contestó "hoy no toca" y su madre empezó a gritarle para que se lo diera. Pero su tío para que no se enfadara su madre con ella, le dijo que se lo daba otro día. Pero ella le dijo que "otro día tampoco". Empezaron a reírse y todavía a día de hoy lo recuerdan y lo cuentan como una anécdota.
-Sara, el instituto no es una pasarela para que estés rizándote el pelo. Cuando tengas que salir y te arregles, no se va a notar la diferencia.
-Ya voy mamá, me estoy poniendo la mochila- dijo ella llegando al comedor.
Salieron las tres y se montaron en el coche. Llegaron al instituto en poco tiempo, se bajaron del coche y su madre les deseo suerte y que se portaran bien. Subieron las escaleras, y se separaron en el primer rellano, a causa de que la clase de Sara estaba en ese pasillo. La de Lidia quedaba en un piso más arriba. Era su último año en el instituto y se iría de allí, comenzaría una nueva vida, lejos de sus padres, su hermana y su abuelo. Y sus amigas, había estado con ellas toda la vida. Le daba nostalgia, era una época bastante agradable y buena de su vida. Sin contar la gran pérdida que le habían supuesto las muertes de sus abuelos. Todos, salvo su abuelo materno, habían muerto, su abuelo paterno murió de asfixia ya internado en el hospita había sido toda su vida un fumador. Tenía 7 años y siguió llorando su muerte hasta después de 5 años de la defunción de una de las personas más importantes de su vida. Le siguió la muerte de su abuela paterna, 4 años después. También murió ingresada, se suponía que tenía el pie malo, no que podría morir por ello. Y la más reciente, su abuela materna, su segunda madre, era todo para ella. Sufrió a comienzos de curso en el mes de noviembre el día 4 un infarto cerebral, también conocido como derrame cerebral. Estuvo 20 días ingresada, luego volvió a casa y pasó tanto tiempo como pudo con ella. Pero en febrero recayó y una serie de cosas provocó que se marchase de su lado, solo pudo estar con ella una vez cuándo estuvo ingresada en esa ocasión. Murió el día anterior de su cumpleaños, sus padres regresaron para su cumpleaños por la madrugada, pero no se lo dijeron. Después de hacerse las fotos de la graduación la cuidadora de su abuela vino al instituto por ella y por su hermana, llegaron a su casa y le pidieron a ella y a su hermana que preparasen un bolso. Cuándo leyó en su móvil el mensaje de su madre que le destrozó por completo, diciéndole que su abuela se había marchado del mundo. Cogió la rosa que le regalaron sus padres y la llevó para que cuándo enterrasen a su abuela estuviera encima del ataúd. Ese fue el momento más triste para ella.
Dejando a un lado los momentos tristes, llegó a su clase y saludó a los pocos que había allí. Llegó su amiga Inma, y estuvieron hablando sobre el viaje que harían en verano. Al rato llegó su amiga María con su habitual entusiasmo y contestando mal a aquellos que querían mosquearla. Y siguieron hablando de ese viaje, como siempre en la clase de ciencias, faltaban dos de las cinco amigas. Laura no cursaba esa clase, y bueno Ángela estaba ocupada con otros asuntos que parecían mucho más importantes que el viaje con sus amigas.(Novio)
Las tres primeras horas pasaron rápidamente. Salieron todas las amigas, menos Ángela por razones obvias, a casa de María. Todo iba sucediendo como cualquier lunes, pero Lidia se quedó algo más rezagada al ajustarse los cordones de sus zapatos, y justo cuándo estaba cruzando, un coche apareció de la nada y salió disparada por el choque. Ese día fue el peor de todos aquellos que estaban en ese instituto, pero sobre todo para sus amigos. Y su familia ya ni mencionarlo. Se preguntaban de dónde demonios habría salido ese coche y cómo ella no lo había visto si era muy cuidadosa en todos los aspectos. Ese día comenzó con un trayecto hacia la muerte, el paso transitorio fue el coma.
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La última voluntad
Teen FictionElla una chica amable, buena persona, inocente y sensible. Un accidente que descolocara la vida de los de su entorno, le proporcionará el beneficio de poder realizar su sueño. Aunque, ¿despertará para ver si puede lograrlo o se sumirá en el sueño et...