Capítulo 17

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-Llámala, Sara -dice la señora Hastings preocupada.

-Voy, mamá - le contesta sacando su teléfono, marca el número de su hermana y enseguida se escucha en el piso de arriba el tono de llamada del móvil de Lidia.

-Genial, ha dejado el móvil en su habitación - dice su madre golpeando la mesa - Espero que tu padre la encuentre - le dice a Sara.

-Ana, por Dios relájate un poco - le dice la matriarca de la familia a su hija.

-No puedo mamá, ya verá ese Bastian, lo voy a matar por lo que le ha hecho a mi niña - dice con la voz temblorosa.

-Llama a tu padre Sara - dice la abuela - Avísale que tu hermana no tiene el móvil encima.

-Sí, abuela - dice Sara haciendo lo que le ha ordenado. En ese momento suena el teléfono fijo de la casa, el primero en contestar es el abuelo.

-Diga - dice cuándo descuelga el teléfono.

-Señor Lovelace - dice Bastian saludando al abuelo - Soy Bastian.

-Sé quién eres hijo de puta - le corta inmediatamente - No te da vergüenza llamar a esta casa después de lo que le has hecho a mi nieta.

-Yo puedo explicarle... por favor déjeme hablar con Lidia - dice entrecortadamente Bastian.

-Y una mierda, mi nieta ha salido, así que no vas a poder hablar con ella. Y aunque estuviese aquí tampoco ibas a hablar con ella.

-Ya abuelo, no le des tantas explicaciones - dice Sara acercándose para quitarle el teléfono a su abuelo - Y tú escúchame maldito idiota. No vuelvas a llamar a esta casa, mi hermana no quiere saber nada de ti, te lo ha dejado bastante claro. Además, ¿qué piensas que puedes lograr que mi hermana te perdone? - dice Sara sin dejar que Bastian se explique.

-Sara, por favor, habla con tu hermana - dice Bastian estando en altavoz.

-Mi hija no va a volver a hablar contigo y da gracias a Dios que no estás aquí porque si estuvieras aquí ya estarías muerto -dice Ana enfadada.

-Ana, por favor, escúcheme, deja que le explique cómo fue que sucedieron las cosas -dice Bastian, pero es interrumpido por la abuela de Lidia.

-Mira, a nosotros no nos tienes que explicar cómo sucedieron las cosas, y a mi nieta no se la vas a explicar, porque no quiere saber nada de ti. Y ahora deja de llamarnos y a ella déjala en paz, o te denunciaré por acoso - dijo con toda la frialdad que pudo y colgó el teléfono -Ahora vamos a esperar a que mi yerno venga con mi nieta.

En cuánto a su yerno, corría y corría preguntando a las pocas personas que había en la calle si habían visto a su hija. Paró un momento para recuperar el aire y escuchó un sollozo, siguió el sollozo para comprobar si pertenecía a su hija. Y efectivamente tenía razón, al final de la calle sentada en un banco estaba su hija llorando.

Caminó despacio y se sentó a su lado, pasó su brazo por los hombros de su hija y la atrajo hacia su pecho

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Caminó despacio y se sentó a su lado, pasó su brazo por los hombros de su hija y la atrajo hacia su pecho. Ella siguió llorando mientras él la abrazaba. 

Ella se separó un poco y le dijo:

-Papá, ¿por qué tengo tanta mala suerte?¿Por qué lo hizo?

Ver a su hija así le partió el corazón, él no sabía que responderle a su hija, no tenía ninguna respuesta a sus dos preguntas.

Así que la miró directamente a sus ojos y le dijo con toda la dulzura del mundo:

-No sé, mi vida, pero te puedo asegurar que el dolor se irá. Y yo estaré cuidándote siempre.

-Gracias papá - le contestó abrazándole de nuevo. Su padre pasó los brazos por la cintura de su hija y ella emitió un ruidito de dolor.

-¿Qué te pasa, Lidia? - le preguntó preocupado.

-Nada grave, papá. Cuándo venía hacia acá , tropecé con unos muchachos que llevaban un espejo hacia una casa y a uno de los dos se le resbaló el espejo y se quedó con un trozo en la mano y al pasar por su lado me corté en la barriga.

Su padre la miró seriamente y le dijo: ¿Y eso para ti no es grave? Vamos al médico.

-Vale papá.

-Pero antes voy a decirle a tu madre que te he encontrado.

-Vale.

Y con eso, padre e hija fueron al hospital para que revisaran a Lidia.

Que extraña coincidencia, si esta Lidia se hace daño, la que está en coma también sufre el mismo daño.


La última voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora