Capítulo 15

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(Fuera del coma)

Pov Noel:

Otra semana igual, nada parece despertar a Lidia. Mi rutina sigue siendo la misma. Trabajo por la tarde y por la noche voy a visitarla. Mike había quedado en pasar esta tarde con la excusa de  ver a su hermano; aunque yo sé muy bien que viene a ver a Sara. Bueno, en realidad todo el mundo. Fuimos un poco cortos al darnos cuenta de que llevaba embobado, por la hermana de Lidia, más de 2 años.

Ay, todavía recuerdo aquel momento en que miré por primera vez sus preciosos ojos. Fue hace 3 años, en nuestra piscina. Yo acababa de llegar y estaba buscando las sillas de playa de mis padres. En cuánto las localicé, me senté en una de ellas. En el momento de sentarme, bajé la vista y mi mirada chocó con la de esa chica, que me ha robado el pensamiento y el corazón desde ese instante.

Ella estaba tumbada en una toalla, con su móvil en su mano y sus auriculares puestos. Fue un segundo en el que mantuvimos el contacto, ella bajó su mirada a su móvil, y yo seguí mirándola sin que ella se diera cuenta.

Recuerdo que ese pelo castaño estaba mojado, por lo cuál se veía casi negro. Las gotas se escurrían por su cuerpo, a lo largo de su espalda. Llevaba un biquini, con la parte de arriba de flores y la parte de debajo de color rosa.

Estaba tan metido en mis recuerdos, que no sentí en qué momento llegó Mike. Hasta el momento en el que grita en mi oído diciendo: -Corre, que Lidia quiere verte.

En cuánto termina me pongo una mano en el oído mientras le fulmino con la mirada y él comienza a reírse.

-Hazlo otra vez y te cortaré la lengua- le dije amenazadoramente, y él se sigue riendo.

-Ay...hermanito, debiste haber visto tu cara, digna de fotografiar- me dijo ya calmándose.

-No creo que se compare a la tuya cuando miras a su hermana -le devolví la indirecta que me mandó, aunque más que indirecta era una clara directa.

-Ja, ja, ja, que gracioso hermanito - me contestó riendo falsamente y haciéndose el irónico. Me iba a contestar otra cosa, cuándo miró detrás de mi y abrió mucho los ojos.

-Perdona, nos dijeron que te buscáramos a ti - dijeron a mi espalda.

Me giré y cuándo miré quién me había hablado, casi me caigo de espaldas. Eran los padres de Lidia. Tragué saliva antes de hablar.

-Díganme, ¿en qué puedo ayudarles? -dije con toda la tranquilidad que pude.

-Mi hija Lidia, de la habitación 2003, tenía una herida en el abdomen, se la cerraron, pero se ha vuelto a abrir- me dijo su madre con preocupación en la voz.

-Mi hija Lidia, de la habitación 2003, tenía una herida en el abdomen, se la cerraron, pero se ha vuelto a abrir- me dijo su madre con preocupación en la voz

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En cuanto dijo esas palabras me alarmé y salí corriendo hacia la habitación. Al entrar me dirigí a ella y aparté las sábanas, aunque no hacía falta para ver que la herida se había abierto. Levanté el camisón que llevaba, al observarla de cerca pude ver que se habían quitado los puntos  que le había puesto yo mismo.

Le pedí a una enfermera que traiga aguja e hilo para volver a coserla. Entre tanto me quedé con los padres de Lidia en la habitación.

-No tengo idea de porqué se ha vuelto a abrir, estaba cosida perfectamente. Aunque pienso averiguarlo esto es muy extraño. - le dije a sus padres. Ellos se miraron preocupados y yo dirigí mi mirada a Lidia- Demasiado, diría yo.

La última voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora