Capítulo 14

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Pov Ethan:

En este momento me dirijo a la habitación de Kat, rezando para que Lidia no esté en la habitación. La suerte está de mi lado, cuándo Kat abre la puerta y me indica con la cabeza que pase nada más ver mi cara.

Si Lidia hubiese estado, hubiese cerrado la puerta y me hubiese cogido del brazo para hablar en otra parte.

-Cuéntame, ¿qué te pasa? - me dijo Kat sentándose en su cama. Al ver que no me sentaba y no hablaba, suspiró y dijo - Vaya, es importante. Venga, suéltalo.

-Vale, es que no sé cómo decírtelo- le dije un poco incómodo.

-Dímelo ya, Ethan- dijo un poco cansada.

-Me gusta mucho, Lidia, tu amiga Lidia - le dije.

-Eso ya lo sé - me dijo siendo obvia- cuéntame algo que no sepa.

-No sé si sabes que Lidia ha roto con su novio - dije empezando.

-Sí, ¿qué pasa con ello? - me dijo intentando saber que era lo que pasaba.

-Después de seguirla cuándo salió llorando, intenté calmarla, pero no se tranquilizaba y estaba dándole un ataque de ansiedad. Así que la besé - le solté del tirón.

-Wau, no sé que más decirte. ¿Cómo reaccionó ella?

-Me siguió un poco el beso, pero luego hizo como si nada. Y hoy casi la beso de nuevo.

-¿Cómo que casi? - me preguntó un poco desconcertada.

-Estábamos bromeando y la cogí como si fuese un saco de patatas, dándome por cierto una vista bastante buena...

-¡Para! Eso no necesitaba saberlo. Pero sigue.

-La bajé, y quedamos muy cerca, y ella me acarició la mejilla, yo me fui acercando más, pero recordé que había roto con su novio apenas hace unas horas.

-Ha sido eso muy noble, Ethan. Y tan caballeroso. Creo que debes dejar que pase un poco de tiempo, como has dicho no hace ni un día que ha roto con su novio, después de tantos años...va a ser difícil estar sola por un tiempo.

-Gracias Kat, creo que por ahora puedo conformarme con ser su amigo. Oye, una pregunta, ¿dónde está ella ahora?

-Pues vino a buscarla su madre para pasar lo que quedaba de finde en su casa. Aunque creo que también se ha ido para pensar.

-Sí, es lo mejor, no quiero precipitarme y que ella no esté preparada. Bueno me voy hermanita, gracias por escucharme - le dije abriendo la puerta.

-El próximo consejo o cita para escucharte te lo cobro que no voy a estar regalando mi sabiduría- me dijo gritando un poco.

-Si, si lo que tú digas - dije riéndome.

Pov Lidia:

Mamá vino a buscarme y en el camino a casa me estuvo preguntando por Bastian y yo no supe que responderle, así que le dije que había hablado con él ayer. Y eso bastó para que siguiera parloteando de lo buen muchacho que era, lo mucho que me quería...

En esa frase, mi conciencia se rio sarcásticamente y dijo: Claro me quiere tanto que me pone los cuernos.

Pero seguí concentrada en el paisaje que veía por mi ventana. En cuánto aparcó delante de la puerta de casa, salí del coche y corrí hacia la puerta. Toqué el timbre y mi madre iba hacia mi diciendo:

-No toques, que llevo las llaves.

-Ya es tarde, además así se levanta mi padre - dije haciéndome la graciosa.

Y tuve razón, mi padre había abierto la puerta.

-Lidia - dijo sorprendido.

-Hola, papá- dije ya pasando.

-He oído alguien decir el nombre de mi nieta- dijo acercándose a mí, mi abuelo con ese andar tan gracioso.

-He oído alguien decir el nombre de mi nieta- dijo acercándose a mí, mi abuelo con ese andar tan gracioso

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-Hola abuelo.

-¿Cómo estás cariño? - me dijo después de abrazarme.

-Bien, abuelo. ¿Y abuela dónde está?

-Poniendo una lavadora. - y con eso dicho se sentó en el sofá viendo la tele.

-Bueno voy a mi habitación - dije sin dirigirme a nadie. Llevaba la mitad de las escaleras subidas cuándo escuché a mi padre decir:

-Bastian ha estado llamando desde ayer a casa, ¿ha pasado algo Lidia?

-Ayer hablamos, dijo que me volvería a llamar, pero cómo salí a dar una vuelta no le presté mucha atención al móvil. Y hoy he estado ensayando y no me ha dado tiempo llamarlo.

-Bueno llámalo cuándo puedas - me dijo mi padre volviendo su atención al partido de fútbol.

-Sí, papá.

Y eso fue lo último que escuché y dije antes de encerrarme en mi habitación y sacar mi móvil a la vez que me sentaba en la cama. Le envié un mensaje a Clarise que decía:

"Clarise por favor dile a tu hermano que no me llame más ni a mi casa, no quiero decirles a mis padres que el chico que tan bien les caía y que era mi novio, me ha engañado."

Después de eso, sólo me tumbé en mi cama y miré el techo, como si eso me solucionase los problemas. Y el cansancio físico y mental me llevó al mundo de los sueños.

La última voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora