Capítulo 6

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(Fuera del coma)

Pov Narradora

-¿Cómo es posible que esto haya pasado?, se suponía que no era tan grave- gritaba María mientras giraba para volver a dónde estaban sus amigas. - ¡No me lo creo!¡Exijo verla ahora mismo!¡Si nos están haciendo una maldita broma no tiene gracia!

Mientras ella gritaba, sus amigas se encogían en sus asientos todavía en shock y miraban muy a menudo dónde estaba la familia de su amiga Lidia.

Ángela estaba callada, de hecho, no había cogido el móvil para responderle a su novio que le había pedido que si había alguna novedad sobre su amiga que se lo dijese a él que se encargaría de contárselo a todos los demás. Laura de vez en cuando miraba a María y le pedía con voz quebrada que se relajase que estaba alterando a la familia de Lidia. Inma no pestañeaba siquiera, y hacía un gran esfuerzo por no salir corriendo a llorar al baño. Lidia había estado con ella en los peores momentos de su vida y era una parte fundamental de su vida.

-¡Tenemos que entrar! No me lo pienso creer hasta que no la vea, ¡venga levantarse! - les dijo mientras tiraba de ellas- vamos a ver porque tardan tanto, en salir los médicos de su habitación.

Las chicas se levantaron y se dirigieron hacia una de las tías de Lidia. La que habló fue Laura que era la única que podría hablar sin gritar o llorar:

-Perdona, pero ¿por qué tardan tanto?

-Oh cariño, no sabemos, pero en cuánto salga podréis entrar a verla, ya todos la hemos visto y vamos a aprovechar para que sus padres coman algo y los niños se distraigan. Mi hija Anabel no deja de preguntar y no quiero que vea a su prima así.

-Muchas gracias- le respondieron las cuatro amigas.

En cuanto se dieron la vuelta para volver a sus asientos, la puerta de la habitación 2003 fue abierta. Todos corrieron hacia la puerta en menos de 1 segundo. El médico llevaba los guantes puestos y se los estaba quitando, levantó la cabeza y los vio a todos ahí esperando que él hablara.

-Por favor salgan- le pidió el médico a todos los enfermeros que estaban con él en la habitación. Soltó un suspiro bastante largo y miró cómo todos lo dejaban con la familia y con los amigos de su paciente.- No les voy a mentir, Lidia ha entrado en parada, y hemos pensado que en cualquier momento se nos iba- al escuchar esto todas las mujeres pegaron un pequeño grito y soltaron algunas lágrimas, los hombres pusieron una cara de espanto ante tales palabras - Por suerte hemos logrado estabilizarla, no ha sido fácil y por eso les pido que entren de dos en dos a la habitación. Volveré cuándo podamos hacerle unas pruebas. Si me disculpan - dijo apartándose de la puerta.

Los primeros en entrar fueron sus padres, no pasaron ni 2 segundos para escuchar cómo la madre gritaba de dolor al ver a su hija así, su marido la abrazó y la sacó de la habitación también llorando. Ante tal reacción la familia se acercó a la puerta procurando que tapaban lo suficiente para que los más pequeños no viesen nada.

Todos quedaron horrorizados al ver así a su sobrina, prima, hermana o nieta. Inmediatamente cogieron a los niños y se fueron a buscar un café, después de eso lo necesitarían.

-Bueno ¿quién entra primero? - preguntó Ángela al ver que solo quedaban ellas y una amiga de Lidia.

Las 2 que dieron un paso adelante fueron la amiga de Lidia, Melanie y la pobre de Inma. No se llevaban muy bien que digamos, pero entraron las 2 juntas agarradas de la mano.

En cuanto pusieron un pie en la habitación desearon no haberlo hecho, su amiga estaba enchufada a muchos tubos que estaban conectados a una máquina que parecía que la ayudaba a respirar. Su latido era muy débil o eso vieron en el electrocardiógrafo. Y a pesar de ello, Lidia tenía su pelo castaño esparcido por la cama y seguía teniendo ese aspecto tranquilo.

Melanie se acercó a la cama y le cogió la mano mientras lloraba, casi la suelta, estaba fría como un témpano. Inma también lloraba cuándo se acercó a la cama para acariciar el pelo de su amiga. Parecía haber pasado una eternidad desde que habían entrado, cuándo Inma rompió el silencio diciendo:

-Es mi mejor amiga, ¿sabes?, hemos estado siempre juntas. No recuerdo ni un solo momento en el que ella no haya estado.

-La mía también, siempre ha estado ahí, haciéndome reír cuándo tenía un problema y escuchándome.

-Siento haberte tratado mal en alguna ocasión- le dijo Inma a la vez que las dos se miraban- Pero no quería que te la llevarás de mi lado.

-Tranquila está todo perdonado, y no hubiese podido, ella os quiere mucho.

-Nosotras también la queremos mucho.

-Sería mejor si dejamos que las demás entren a verla- dijo Melanie dejando la mano de su amiga en la cama.

-Sí- le echó un último vistazo y salió junto a Melanie.

Puede que no sean las mejores amigas, pero algo las ha unido, el miedo de perder a su mejor amiga.

Y así terminó el primer día de muchos que le esperaban en ese hospital para Lidia. En algún momento de la noche, cuándo todos se marcharon a regañadientes por órdenes del médico, el chico de prácticas que estuvo a cargo de Lidia como enfermero, se coló en la habitación y la observó. No sabía por qué, pero verla así le dolía tanto cómo a los familiares de ella. No había hablado ni una sola vez con ella, pero eso no impidió que él supiese muchas cosas de la vida de Lidia.

Lo último que recordó aquella noche fue como el sueño le vencía y escuchaba una voz preciosa llamándole por su nombre completo, Noel Smith.


La última voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora