Capítulo 16

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(Dentro del coma)

Pov Lidia:

Desperté porque me estaba agitando la pierna, abrí poco a poco mis ojos, y lo primero que observé fue el reloj que estaba encima de la mesilla de noche. Y me sorprendí al ver que ya era hora de cenar.

-Al fin te despiertas, llevo media hora escuchando cómo mamá te llama para bajar a ayudar. Y cómo no contestabas vino a buscarme a mi para que te llamara.

-Vale, ya voy- le dije a Sara. Esperaba que se diera la vuelta y saliera sin esperarme. Pero no, se quedó ahí mirándome, y me puso un poco nerviosa - ¿Qué te pasa, Sara?

-Te ha pasado algo, vamos dilo -dijo Sara. No puedo, no puedo decirle que Bastian me ha puesto los cuernos, no quiero que me mire cómo diciendo te lo dije, ella sabía o tenía el presentimiento de que él me iba a hacer daño. Bastian se llevaba bien con toda mi familia, pero con Sara era algo totalmente diferente. -Te quedas callada, sí que es grave, pero si no quieres decirlo ahora lo voy a respetar, ya lo vas a decir y diría por mi intuición que no falta mucho para que lo sueltes- me dijo con una sonrisa sabionda.

-No estoy de humor, Sara, vete- le dije todavía tumbada en mi cama. Sorprendentemente me hizo caso y se fue. Bueno Lidia, vamos no puedes dejar que te vean mal por culpa de Bastian dijo mi consciencia intentando animarme.

Me levanté intentando olvidar todo lo de Bastian. Y fui hacia las escaleras, esperé antes de bajar y me di ánimos para enfrentarlos a todos por si llegasen a preguntar por Bastian.

-Al fin apareces - me dice mamá- ¿dónde estabas?

-Durmiendo, ¿pasó algo? - le dije.

-No, bueno, Bastian volvió a llamar- dijo papá.

Me golpeé, mentalmente, este estúpido no le hizo caso al mensaje que le envié a su hermana.

-Ya lo llamaré - le contesté a mi padre.

Me miró serio y abrió la boca para decir algo, pero lo cortó abuela diciendo:

Me miró serio y abrió la boca para decir algo, pero lo cortó abuela diciendo:

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-Vamos a comer, luego llamas a Bastian.

Estuvimos sólo 5 minutos en silencio, sólo escuchando cómo los cubiertos chocaban con los platos.

-Lidia- me llamó abuela- ¿Te pasa algo?

-No, abuela, no me pasa nada - le dije con una sonrisa, un poco forzada.

-¡BASTA! , deja de mentir- me dijo Sara sentada a mi lado.

-¿De qué está hablando tu hermana, Lidia? -me preguntó mamá.

-De nada - le dije a mi madre, fulminando a Sara con la mirada.

-Bien, entonces hablemos de Bastian- dijo Sara mirándome burlonamente- Fue muy lindo que viniese a verte desde América, ¿verdad mamá?

-La verdad es que sí, siempre es tan lindo, cuidándote. Y muy simpático...- me dijo mamá.

-La verdad es que es un buen chico - dijo abuelo.

-Sí, juega al pádel también y ve los partidos conmigo, tienes que buscarte un novio así Sara - dice papá.

A partir de ahí dejé de escuchar no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado con Bastian y lo que había hecho, dañándome sin medir ninguna consecuencia. Estaba empezando a echar aire por la nariz como si fuese un toro enfadado.

-¡BASTA! - grite enfadada. Todos se callaron mirándome sorprendidos - No hablen más de Bastian, no es el muchacho bueno que todos piensan -dije ya llorando de rabia. Me levanté.

-¿Qué te pasa, hija? - me dijo papá viéndome confundido.

-Pasa que estoy harta de que digan lo mucho que Bastian, pero en la vida real; dónde yo vivo y dónde vosotros parecéis no estar, Bastian me engañó. Bastian me ha puesto los cuernos. Unos cuernos tan grandes que no pueden llegar a competir con los de un ciervo. -les dije por fin, me giré hacia Sara y le dije - Venga, di te lo dije, di que soy una ingenua por no creerte.

No alcanzó a decir nada, porque no esperé, salí corriendo del comedor y abrí la puerta de la calle y me fui. No tenía idea de dónde podría ir, lo único que sabía es que no quería soportar esas miradas de lástima que tendrían todos al estar enterados de todo lo que había pasado con Bastian.

Sólo quería estar sola sin que nada a mi alrededor me recordase a Bastian.



La última voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora