Dentro del coma:
Pov Lidia:
Ayer había sido un día bastante completito, entre el casi beso con Ethan y la llegada de Hayle. En fin hoy es un nuevo día, quién sabe lo que pasará.
Me levanto y hago mi rutina diaria, me dispongo a bajar cuando Abigail entra en la habitación, observa como Kat sigue durmiendo, hace una mueca de asco y regresa su mirada hacia mí.
-¿Qué harás hoy? - me dice apoyándose en el marco de la puerta, mostrando una amable sonrisa.
-Voy a seguir ayudando a Ethan con su trabajo para la clase de coreografía - le digo dándome la vuelta para coger el pijama y guardarlo en la cómoda.
-Ah, eh, Lidia no es de ser chismosa ni nada pero -me giro para verla, ella parece nerviosa.
-Abigail suéltalo -le digo sonriendo tranquilamente.
-He escuchado a Ethan hablar con algunos de sus amigos - le hago un gesto para que continúe - Ellos le habían preguntado sobre cómo llevaba el trabajo con el que tú le estabas ayudando - yo sonrío pero mi sonrisa no dura mucho al escuchar esas palabras- Dijo que le iba genial que Kat lo estaba ayudando.
Yo me quedo en silencio y miro a Kat que se está despertando y nos mira a las dos con una cara somnolienta. En cuanto se espabila un poco, observa mi cara con detenimiento y hace una mueca de pena a la vez que suelta un suspiro y dice:
-Ya lo sabes ¿verdad? - no me da tiempo a contestarle, ya que ella se levanta rápidamente y coge mis manos y dice -Lidia lo siento mucho de verdad, yo no quiero robarte tu puesto ni nada parecido, pero Ethan me lo pidió, y yo creí que había hablado contigo....- se detiene cuando yo hablo.
-Kat no pasa nada, no tienes que darme ninguna explicación- digo respirando hondo- El que me tiene que dar varias explicaciones es - respiro hondo una vez más intentando tranquilizarme, no hay cosa que más odie que la gente que hace cosas a mi espalda, no sirve una mierda porque abro la puerta y salgo gritando - ¡Ethan Karamakov! ¿Dónde coño estás? - seguí gritando dando vueltas por toda la residencia, no me importaba en ese momento que la gente pensase que era una loca.
Cansada de gritar, me dirigí al primer chico que se cruzó en mi camino, le cogí del brazo y le pregunté intentando sonar tranquila:
-¿Has visto a Ethan Karamakov?
-Sí, está en el jardín de atrás.
-Gracias -no espere ni una milésima de segundo y salí disparada hacia el lugar que el chico me había indicado.
En cuanto llegué a ese lugar, lo vi solo, tan relajado, todo lo contrario a lo que yo estaba, que tenía ganas de matarle.
-Ethan -dije con voz enojada, él se sorprendió y dio un pequeño bote en el lugar dónde estaba, aquello casi hace que se me pasase el enfado, pero casi, porque me mira con una cara de que ya sabe por lo que estoy aquí- ¿Por qué no has sido capaz de decirme en la cara que ya no querías que te ayudase?
Me mira sin ninguna expresión y eso hace que me cabree más.
-¿No vas a responderme nada? - sigue sin contestarme, avanzo y me pongo delante de él - Mírame, dime algo Ethan- le digo y esas palabras salen de mí como una súplica.
Eso hace que me mire por fin, parece que va a hablar pero se lo piensa mejor.
Eso me decepciona por lo que hago una muñeca que exprese lo que siento y me doy la vuelta, no llego a dar solo unos pasos cuando él alarga su brazo y atrapa mi muñeca. Aún así no me doy la vuelta.
-Para por favor, quiero hablar contigo.
-No has hablado cuando te he dado la oportunidad - le digo sin girarme - ¿Si no querías que te ayudase porque me lo pediste desde un principio?
-No es eso, mírame - me dice acariciando mi muñeca.
Esa acaricia hace que me debilite un poco, y le hago caso. Su mirada me debilita aún más que su caricia, pero me obligo a mantenerme firme.
-¿Por qué? - le digo en un susurro.
Él agacha la cabeza, y yo no sé porqué pero le acaricio la mejilla con la mano que tengo libre.
-Dímelo porfa - le digo susurrando.
Él levanta la mirada, y lo que veo en sus ojos hace que me quede petrificada, veo un sentimiento en ellos que no me esperaba para nada.
-Porque quizás al pasar tanto tiempo con un ángel como tú, puede que me esté enamorando -se calla cuando ve que no reacciono - No te asustes por favor, no te estoy diciendo esto para que tu sientas lo mismo que yo, y sé que acabas de terminar con tu novio, pero no lo he podido evitar sentirme así -no siguió porque tapé su boca con mi mano. Él me miró sorprendido.
-Y si te dijera que puede que a mi me esté pasando lo mismo - le dije, sus ojos se abrieron todavía aún más, si eso fuese posible -¿Tanto te sorprende que te diga lo que siento por ti? -quito mi mano de su boca, pero él la sujeta con su mano.
-¿De verdad? - me pregunta sorprendido.
-¿Por qué debería mentirte? - le digo acariciando su mano.
-¿Entonces tengo una oportunidad? - me dice con una sonrisa grande.
-¿Tú que crees? -le dije correspondiéndole la sonrisa - No solo tienes una, tienes las oportunidades que tú quieras, mientras no me rompas el corazón.
Él sólo siguió sonriendo y se acercó a besarme, y yo gustosa le correspondí.
ESTÁS LEYENDO
La última voluntad
Teen FictionElla una chica amable, buena persona, inocente y sensible. Un accidente que descolocara la vida de los de su entorno, le proporcionará el beneficio de poder realizar su sueño. Aunque, ¿despertará para ver si puede lograrlo o se sumirá en el sueño et...