Capítulo 5

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Pov Lidia
Bastian no tardó demasiado en venir a buscarme. En cuanto aparcó, se bajó del coche me dio un beso y me abrió la puerta del copiloto. Ya dentro puse la radio en un volumen aceptable para que pudiésemos hablar. Lo había extrañado tanto aunque solo hubiese pasado un día. Me preguntó por cómo me había ido en el primer día de clases, las personas que había conocido y si algún chico se había acercado a mi con otras intenciones. Por supuesto le dije que no, Bastian suele ser muy celoso. Además era la verdad, nadie se había acercado a hablarme más de dos palabras, sin contar a Abigail.

En cuánto llegamos a casa, mamá y abuela ya habían puesto la mesa y estaban en la cocina, papá y abuelo estaban viendo el partido de fútbol, pero en cuánto entramos papá despegó la mirada de la tele y le pidió a Bastian que se uniese a ver el partido. Sara estaba arriba con el móvil. Yo subí para buscar más bolsos de ropa, para llevarme a la residencia.

Ya estando sentados todos en la mesa, mamá me preguntó si había hecho algunas amigas y que me había parecido la academia. Le respondí mientras me secaba la boca:

-La verdad es bastante grande y es un edificio muy bonito, y con respecto a las chicas he conocido a una chica bastante agradable, se llama Abigail, es una lástima que no comparta habitación con ella.

-¿Y eso mi vida?- me dice abuela.

-Ella ya comparte habitación con otra chica. Además todavía no he conocido a mi compañera de habitación, se llama Katrina Karamakov.

-¡Katrina Karamakov!- dice Sara muy sorprendida

-Si, eso he dicho- le respondo un poco extrañada de que esté tan sorprendida- ¿La conoces?

-Por supuesto que si, ya he investigado a los famosos de este continente, al parecer es una de los hijos de una gran bailarina del ballet nacional, se llamaba Natasha y su marido es un coreógrafo.

-Interesante- digo pensativa.

-Eres una pequeña espía Sarita- dice Bastian mientras se ríe.

Después de la cena, Bastian empezó a ayudar a abuela y a mamá a recoger las cosas. E incluso lavó los platos, todos lo quieren mucho. Así que nos dejaron solos mientras se preparaban para ir a la cama.

-Ha sido genial volver a verte tan pronto no hubiese aguantado hasta navidades sin verte- me dijo mientras me abrazaba.

-Oh eres más tierno- le dije mientras le agarraba las mejillas, para atraerlo hacia mi y besarlo.- Venga vámonos, dentro de muy poco tiempo cierran las puertas de la residencia.

-Vale, pero ¿no te despides de tu familia?

-Familia, nos vamos- grito.

Pov Katrina Karamakov

Regreso a mi habitación después de un largo y estresante día en la academia. Llegando a la residencia me encuentro con la dueña y directora que me avisa que mi compañera ya ha dejado alguna de sus cosas.

-¿De casualidad no sabrá quién es?- le pregunté con curiosidad mientras me ponía bien la tira del bolso que llevaba colgando.

-Claro que sí, es la nueva, la recién llegada- me dijo mientras revisaba su fichero.

"Estupendo para mí, la nueva mejor amiga de Abigail Amstrong" pensé con ironía. "Bueno podría haber sido peor para mí, si Abigail hubiese compartido habitación conmigo"

Dejé la mochila nada más entrar en la habitación, y no pude evitar mirar la mochila de la nueva en la otra cama.

"Por echar un vistacito no pasará nada ¿o sí?" pensé rápidamente pero no pude seguir pensando eso porque la razón vino a mí, "además seguro que nada más tiene cosas de baile y poco más".

"No puedo seguir así, la duda me está matando". Me acerqué y la abrí, efectivamente tenía razón, lo único que pude sacar en concreto es que la familia de ella debería estar bien económicamente son prendas de una buena marca de deporte. Dejé todo como estaba y cerré la mochila.

Después de averiguar todas las cosas posibles en su mochila, quise investigar en internet quién era ella. Por lo que pude ver es una gran bailarina y ha ganado muchos premios, en algunos de sus vídeos en los que recoge los premios aparece su familia. Tiene demasiada familia, en algunas aparece con sus padres, su hermana y sus abuelos. Y el chico que vino hoy en la moto y la besó delante de todos. Pude ver cómo eso hizo que mi hermano dejase a la chica en paz.

Creo que podría llegar a ser la única amiga que no se liará con mi hermano, puesto que ya tiene novio y mi hermano parece haber perdido el interés.

Pov Lidia

Ya hemos vuelto a la residencia con las maletas, Bastian me va a ayudar a llevarlas al dormitorio. He cogido una maleta pequeña que lleva mis zapatos y Bastian lleva dos maletas más grandes que lleva mi ropa. Por suerte la habitación era lo suficientemente grande y teníamos cada una un armario y una cómoda, además de un zapatero.

Llegué a la habitación con la maleta y Bastian siguiéndome con las dos maletas, usé mi llave y me llevé la sorpresa de ver a mi compañera ya allí con el ordenador. Me quedé en el marco de la puerta y dije: - Hola, soy Lidia.

Ella me observó inmediatamente que hablé. Dejó el ordenador y se puso en pie para saludarme. Ella era de mi altura, rubia y de ojos azules.

-Hola, yo soy Katrina- me dijo al corresponderme el saludo.

-Bueno voy a instalarme, Bastian pasa cielo- le dije- Él es mi novio ha venido a ayudarme a subir las maletas, déjalas ahí al lado de mi cama, yo las desembalaré. Gracias por ayudarme.

-De nada, nena, bueno me tengo que ir, nos vemos en navidades mi vida, te amo- me dijo mientras se acercaba a mí y me daba un gran beso.

-Nos vemos en navidades, yo también te amo.

-Adiós mi vida, un gusto en conocerte Katrina.

-Adiós- respondimos las dos a la vez.

-Vaya novio, ¿de dónde lo sacaste?- me dijo Katrina a la vez que se reía.

-Ni yo misma lo sé- le dije mientras reía y empezaba a deshacer las maletas.

-¿Si quieres te puedo ayudar?, yo ya he terminado de guardar mis cosas- me dijo amablemente.

-Gracias, la verdad la ayuda no me vendría nada mal. Si lo hago yo sola no dormiré en toda la noche- le contesté.

-¿Por dónde empiezo, por los zapatos?- me preguntó.

-Sí, están en la maleta más pequeña- le dije, ya sacando los vestidos y la ropa casual si saliese del puerto. También guardé otros atuendos más formales.

-Yo voy a guardar la ropa de esta maleta en el ropero- le dije a Katrina.

-De acuerdo.

Comencé a sacar los vestidos y a colocarlos en perchas y también guardé pantalones que utilizo normalmente para salir, y las faldas, además de alguna que otra blusa. Cuando terminé con el armario. Katrina había terminado con los zapatos y había comenzado a abrir la otra maleta.

-Creo que voy a guardar algunos jeans en el último cajón de la cómoda- le dije, esta tenía tres cajones. 

-Vale yo guardaré en el segundo cajón, la ropa de baile, ¿te parece bien?- me preguntó.

-Ni yo misma, lo podría haber hecho mejor- le dije ya que me había adivinado el pensamiento.

 En el cajón de los jeans también puse algunas blusas más adecuadas para el día a día.

Lo último que guardé fueron algunos pijamas y batas. Parte de mi ropa interior ocupo uno de los dos cajones de la mesita de noche y la otra parte en el mismo cajón de la cómoda que mis pijamas. El otro cajón de la mesita de noche fue destinado para algunas pulseras y collares, regalos de Bastian y de mi familia. Arriba de la mesita puse algunos libros, los cuáles eran mis favoritos y mi bolsa de aseo junto a mi maquillaje.

No hablamos mucho aquella noche, puesto que comprendió que estaba exhausta por todo lo ocurrido este primer día, cogí un pijama y mi bolsa de aseo y fui al baño. Cuándo volví Katrina estaba escuchando música con sus auriculares puestos, leí un poco y poco a poco me quedé dormida.

La última voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora