Clean

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"La sequía fue la peor
Cuando las flores con las que habíamos crecido juntos murieron de sed
Pasaron meses y meses de idas y vueltas
Sigues siendo todo sobre mí

Bajé la cabeza mientras perdía la guerra
Y el cielo se puso negro, como una tormenta perfecta

La lluvia llegó inundándonos
Cuando me estaba ahogando, ahí fue cuando finalmente pude respirar
Y en la mañana, atrás quedó algún rastro de ti
Creo que finalmente estoy limpia

No había nada más que hacer
Cuando las mariposas se volvieron polvo 
Que cubrieron toda mi habitación
Así que hice un agujero en el techo
Dejé que la inundación lleve todas mis fotos de ti
El agua llenó mis pulmones, grité tan fuerte
Pero nadie oyó nada..."



Siempre es gracioso que una persona diga que no le duele cuando al decirlo su corazón se oprime, es curioso que digan que no les afecta cuando claramente es todo lo contrario, a pesar de eso y del tiempo que haya pasado desde la última vez que lágrimas fueron derramadas, el rastro seco de ellas es una clara evidencia.

Podrán pasar días, semanas, meses y años pero los ojos reflejan aquella tristeza que una vez nos daño tanto que el iris lo deja ver hasta en la oscuridad.

La depresión se puede sentir en el aire; la decepción se puede representar en las distintas formas de ser y reaccionar de los demás; los sollozos se pueden escuchar inclusive si se llora en el interior.

Aunque Bill lo negara y dijera que todo quedaba en el pasado mentía a todos y a el mismo. Toda su familia y quienes le rodearon se esteraron de lo sucedido, no decían nada pero sus miradas llenas de pena lo decían todo.

El se sentía bien pero había momentos en lo que se mostraba indefenso y débil, no es fácil querer seguir adelante cuando hay algo que ronda tu cabeza día, tarde y noche, era como si sus pesadillas le perseguían hasta en la mismísima realidad.

Seguía hablando con Alida, habían tenido una conversación un poco más civilizada que la última vez. Habían tenido un mutuo acuerdo como los adultos que eran; ella viajaría en su auto un día sábado para recoger sus cosas, hablarían un poco y sé despedirían dando por terminado el lazo que seguía uniéndolos, sonará frío pero así era como las cosas iban a ser.

De alguna forma u otra quiso convencerla sutilmente de cambiar de opinión pero tanto ella como el eran difíciles, por nada del mundo dejarían que otros se interpusieran en sus decisiones.

Tuvo la loca idea de faltar a la universidad pero su propia conciencia junto a su mejor amigo le hicieron entender que nada ni nadie debían provocarle tomar tal decisión que iba a traerle consecuencias en sus notas.

—¿Cómo te has sentido con todo este tema?-.Alex tomó lugar a su lado en el sofá.

Bill con sus gafas miraba concentrado un libro, al parecer era de una de las clases puesto que mientras leía tomaba notas y buscaba en el diccionario ciertas palabras con su respectivo significado.

—Te mentiría diciéndote que excelentemente bien pero no, así que intento repasar los temas que vemos en el día para mantener mi mente ocupada. -.Despegó su vista del libro para concentrarla en el.
—No hemos comenzado con la búsqueda de la chica.
—Lo sé...—suspiró y quitó sus gafas—Cuándo pase todo esto de Alida lo haremos, ahora no tengo cabeza para estar con dos cosas a la vez.
—¿Cuándo se supone que viene?-.Preguntó y volteó a mirar una foto de ella en un mueble pegado en la esquina de la sala.
—Dijo que un día sábado, no especificó pero llamará con anterioridad.
—¿Será de pasó o se quedara?, lo digo por si quieren que me vaya para dejarles privacidad.
—Viene de pasó, aun no he guardado sus cosas y sé lo dije.-Llevó sus manos a su rostro y restregó sus ojos.—Me niego a aceptar que ella ya no estará aquí.
—Tarde o temprano tendrás que aceptarlo, no puedes separarla de lo que le gusta y hace feliz.-.Con una mano sobre su hombro comenzó a palmearlo al igual que su espalda.
—Ya lo sé Axel, pero hemos estado juntos durante dos años, hicimos planes juntos.-.Con enfado cerró los libros que estaban en sus piernas y los dejó en el suelo.
—Ella tiene veintiséis años Skarsgård, a esa edad una mujer ya quiere casarse y tener hijos, dudó que pueda esperar hasta que te gradúes y tengas un trabajo independiente.
—Tengo trabajo, ayudo a mi padre, también planeo tener mi propio negocio.
—Ella se cansó de esperar, toda mujer llega a un edad en la que tiene la necesidad de contraer matrimonio y concebir.
—Pudo hacérmelo saber, no soy adivino.
—Creo que fuiste el único que no se dió cuenta de las señales.
—¿Qué señales?—lo miró confundido—
—Siempre que veía a una familia o a una madre con sus hijos sonreía e incluso se acercaba a cargar a los bebés.
—Siendo sincero, si lo notaba pero me parece demasiado rápido para mi edad ese tipo de cosas, es decir, tengo veintiún años.-.Sus manos sostuvieron su cabeza con desesperación una vez que suspiró con pesadez.
—Eres muy joven para eso, espera, ¿Cuándo cumpliste años?-.Lo miró confundido con el ceño fruncido.—Siguiendo con el tema, pero a ella se le esta pasando el tiempo.
¿Le dirás sobre la pequeña?
—Cumplí el fin de semana que lo pasé con mi madre, eso ya no importa, le dije que lo pasáramos bien, cómo un día normal, con lo de Alida, se lo diré si ella me dice si hay alguien que le atrae o sí están saliendo. -.Llevó una mano a su nuca haciendo una mueca.—Nos tenemos confianza así que no dudara en decirme.
—Dejemos que eso se dé pero si dejas que el tiempo transcurra en  cuanto te lo esperes ella hará venido y no habrás hecho lo que tenias que hacer.
—Empacar sus cosas, lo sé.-.Se levantó de la comodidad del sofá.—¿Quieres ayudarme?
—Lo haría pero no quisiera ver ninguna de las pertenecias de ella, ni su ropa y esas cosas, seria extraño, mejor me quedo acá y comeré algo.-.Se levantó y sin dudarlo salio corriendo a la cocina.
—¡Cobarde! —río negando divertido—

Había subido a la habitación con un par de cajas y papel de burbujas, por fortuna ya estaba arreglada y el espejo ya había sido reemplazado, sus nudillos mejoraron pero seguían un poco delicados.

Camino al armario y a los cajones de la habitación y comenzó a sacar ropa; la dobló y guardo, se tomó su tiempo, no había prisa pero mientras más rápido lo hiciera menos difícil iba a ser para el.

Mentalmente se daba fuerza de voluntad, por un momento creía que lloraría pero no lo hizo, comenzaba a superar y aceptar el hecho de que se iban a separar e ir por caminos distintos.

El estaba listo de dejarla caminar sin el a su lado.



Nota de la autora:
¡Capítulo número diecinueve!, ya pronto se viene lo otro que tanto han estado esperando en la historia.

¡Gracias por leer!

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