There's Nothing Holding Me Back

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"Quiero seguirla a donde va
Pienso en ella y ella lo sabe
Quiero dejarla que tome control
Porque cada vez que se me acerca mas
Ella me adentra mas para seguirme preguntando
Y tal vez debería parar y empezar a confesar

Oh, he estado temblando
Amo cuando te alocas
Me quitas toda inhibicion
Nena, no hay nada que me detenga
Me llevas a lugares que arrebatan mi reputación
Manipulas mi decisión
Nena, no hay nada que me detenga
No hay nada que me detenga

Ella dice que nunca tiene miedo
Solo se imagina a todos desnudos
A ella realmente no le gusta esperar
No duda para nada
Ella me adentra mas para seguirme preguntando
Y tal vez debería parar y empezar a confesar

Porque si perdemos nuestras mentes y lo llevamos todo muy lejos
Se que estaríamos bien, se que estaríamos bien
Si estas a mi lado y pisamos en la oscuridad
Se que estaríamos bien, se que estaríamos bien

Nena, no hay nada que me detenga
No hay nada que me detenga..."


Los dos tórtolos se encontraban patinando juntos por el enorme lago Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir después de la escuela, todo estaba tranquilo y apoyo para la ocasión.

—¡Espera Bill, voy a caer!—gritó a sus espaldas—

Rápidamente el joven retrocedió para ponerse a su lado y tomarla de las manos y qué ella pudiera sostenerse y ponerse recta.

—Te tengo bebé.—dijo Bill—

Escucharlo la hacía feliz, el la hacía feliz, verlo, estar a su lado, abrazarlo y besarlo, estaba enamorada del mismo chico que conoció hace casi dos años y qué ahora estaba frente a ella.

—Me tienes junto a mi corazón.—respondió ella—
—Como tu a mi.—agregó el joven—

Y entonces sus labios se unieron en un pequeño pero tierno y delicado beso, por mas que quieran evitar hacerlo les era imposible, siempre habría una ocasión que les provocaba hacerlo.

Sus manos estaban entrelazadas y juntos continuaron recorriendo el camino, a un par de metros adelante y otros atrás personas se encontraban haciendo lo mismo por lo que procuraban no estorbar.

—Pequeña.—llamó su atención—
—¿Si pequeño?—preguntó curiosa—
—Hemos estado saliendo, puedo decir que conozco lo suficiente de ti, eres una chica muy especial, maravillosa y excepcional, y me volveré loco si no hago esto ahora.—finalizó mirándola—

Lo siguiente que hizo fue ponerse sobre una de sus rodillas al mismo tiempo en que tomaba sus manos, las besó y mirando continuó con lo que decía.

—Pequeña, mi pequeña, ¿Me harías el honor de aceptar ser mi novia?—suspiró—

En cuestión de segundos demasiados pensamientos, emociones y sentimientos comenzaron a invadirla, estaba muda, como si su alma hubiera viajado a un lugar dejando si cuerpo.

Al darse cuenta de que su silencio fue suficiente como para tomarlo en forma de respuesta no dudó en levantarse con evidente tristeza y decepción para después continuar patinando.

Y de un momento a otro tomaron su brazo para evitar que se moviera y volviera a donde anteriormente estaba parado; sus miradas se cruzaron y acarició su rostro lentamente causando que el cerrará sus ojos.

—Acepto ser tu novia, rey de mi corazón.—murmuró sobre sus labios—

Se concedieron otro beso mas cerrando aquella proposición que fue aceptada sin dudarlo, ella le quería, quería estar con el, lamentaba causarle una enorme tristeza por su silencio pero no sé esperaba que le hiciera la pregunta en ese momento.

—Te adoro tanto.-.La tomó por la cintura para abrazarla contra su cuerpo.

Pasaron las horas y ellos continuaban en su mundo, estaban felices de que lo suyo ya tuviera un título, un nombre que oficilizara el amor que se tenían mutuamente.

—No sabes lo mucho que quiero ir ante nuestros padres para hacerles saber que estamos juntos.—comentó sonriente—
—Yo también quisiera hacer eso, lamentablemente los míos son muy.., especiales.—agregó con desagrado—¿Sabes?, algunas veces quisiera tomar mis cosas e irme, pero no lo hago porque dependo de ellos.
—No lo hagas, a pesar de la forma en que son, tienen sus razones, eres su única hija y temen perderte, en especial si es con un idiota coma yo.—soltó entre risitas—
—No digas eso, no eres un idiota, eres tantas cosas para mi pero no de esa clase. Supongo que lo que ellos quieren es verme soltera y sin hijos porque una vez independiente no estaré como ahora.
—En mi familia es distinto, a mis padres les urge que mis hermanos mayores se casen y tengan hijos, tal vez y lo hagan cuando tengan ochenta años.

Eso último causó que ellos reirán al mismo tiempo, se escuchaba algo cruel pero ciertamente estaba en lo correcto y no había manera de contradecirlo.

Quitaron sus patines y los devolvieron al lugar en donde fueron a rentarlos; sus pies dolían pero valió la pena pasar un buen rato rodeando el parque.

—No te vayas, no me dejes solo aquí, quédate conmigo.—rogó en voz baja—¿Y si me secuestran y no estas para salvarme?
—Solo cinco minutos, es lo máximo que puedo agregar.

Ya era hora de que se separaran para volver a su rutina diaria, aquella en la que continuaban sus vidas como si no sé conocieran para evitar los problemas que amenazaban con originarse si los descubrían.

—Ahora si debo irme, cariño, no hagas eso.—pidió al verlo decepcionado—
—De acuerdo, nos veremos en nuestra próxima cita, te voy a extrañar mucho.-.Se acercó a ella y dejó un beso en su frente.

—Hasta entonces novio.-.Dejó un corto beso en sus labios y se separó.

Fue tan rápida al subir a su autobús que no le dió tiempo para poder responderle, pero pudo cumplir con su propósito y ese era dejarlo sonreír como un bobo enamorado.


Nota de la autora:
¡Capítulo treinta y tres!
¡Disfruten de los siguientes que hacen falta!

A Love Based On SongsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora