Adaptarse a su nueva vida en Hogwarts estaba resultando más difícil de lo que esperaba. Hermione no perdía la esperanza de que las cosas mejorarían, pero conforme pasaban los días poco a poco descubría lo ingenua que había sido. Nunca espero convertirse en una de las chicas populares, pero tampoco en la burla de algunos compañeros.
A pesar de que Harry era amable y educado, había escuchado su conversación con Ronald. Podía llegar a ser perfeccionista en lo que hacía, pero nunca lo vio como algo molesto, sino como una motivación. Pero al parecer los dos niños no pensaban lo mismo, y por mucho que Hermione quisiera ignorar la tristeza que provocaron sus palabras, no podía. Fue por eso que había terminado llorando en el baño de niñas sin apetito alguno. No quería ver a nadie, mucho menos a sus compañeros.
La apertura de la puerta rompió la tranquilidad del lugar y Hermione se apresuró a limpiar sus ojos. El sonido de pasos lentamente fue acercándose hasta detenerse frente al cubículo donde se encontraba. Su corazón empezó a latir apresuradamente, pensando por primera vez en las consecuencias que podría tener el faltar a la cena.
¿Iban a restarle puntos? ¿McGonagall la castigaría?
Su tren de pensamientos se interrumpió cuando la cerradura comenzó a abrirse. La castaña contuvo un sollozo y se resignó a lo que sucedería. Sin embargo, lo último que esperaba era que Pansy fuera la causante de su preocupación.
La niña la contemplaba con su habitual mueca de disgusto y brazos cruzados contra su pecho. Hermione no entendía lo que sucedida, o más bien, lo que Pansy acababa de hacer.
— Tu lista de defectos comienza alargarse, Granger. — Espeto sin dejar de observarla. — Eres patética también.
Algo dentro de la castaña se rompió al escucharla, la niña de ojos verdes no era nadie para juzgarla y ella no iba a permitir que se saliera con la suya.
— ¿Y tú no lo eres? Mírate, has venido hasta aquí solo para...
—...Comprobar por mí misma lo que todos están diciendo, y vaya que lo he hecho.
— ¿Qué quieres decir? — Cuestiono Hermione apretando su mandíbula.
Pansy sonrió y giro sobre sus talones para quedar frente al reflejo del lavamanos.
— Eres la burla de todo Hogwarts. — Contesto con diversión en su tono de voz. — La patética sabelotodo Granger que está llorando en el baño de niñas... ¿De verdad te importa tanto lo que la comadreja te diga?
Con un nudo en la garganta provocado por las primeras palabras de Pansy, la niña de cabello rizado contemplo el suelo húmedo del lugar. El valor y enojo la habían abandonado desde el momento en que las palabras de la otra chica resonaron en su cabeza con certeza.
—Tomare tu silencio como un deprimente sí. — Continúo la ojiverde tocando el borde del lavamanos. — Pero creí que eras más inteligente que eso.
— Tú no me conoces. — Afirmo Hermione apretando sus puños.
— Tal vez, pero eres demasiado ingenua por confiar en las personas. Weasley no es nadie importante, solo un chico inmaduro y mediocre que te pudo hacer llorar.... Ellos no son los únicos que pueden ser tus amigos, Granger.
Una risa irónica escapo de los labios de la niña castaña mientras sacudía su cabeza.
— Soy la burla de Hogwarts, ¿recuerdas? ¿Quién querría pasar su tiempo conmigo? — Pregunto con un dejo de tristeza.
— Podrías sorprenderte si te doy una respuesta ahora... — Contesto Pansy empezando a caminar hacia la puerta. — Lo mejor es que tú misma lo descubras.
Sin esperar respuesta alguna, la niña de cabello negro abandono el lugar dejando tras ella a una Hermione totalmente sorprendida.
— ¿Qué diablos estabas pensando? — Exclamo Pansy con ira. — Cuando dije que lo descubrieras tu sola no me refería a cometer locuras. Pensé que eras más inteligente, Granger... ¡Por dios!
— Parkinson, tienes que calmarte y dejar de gritar sino alguien...
— ¡Tu no me tienes que decir lo que debo hacer, muggle! — Interrumpió la Slytherin caminando de un lado a otro. — No después de las estupideces que has hecho con tus amigos tontos. Primero un troll, después de un perro de tres cabezas y no conforme a eso van a meterse a un lazo del diablo... vaya compañías con las que te gusta pasar el tiempo, acabaras muerta un día de estos...
La castaña exhalo con frustración mientras escuchaba la diatraba de Pansy sin cesar. Tan solo una semana antes la misma niña que la había alentado a no darse por vencida ahora estaba a punto de asesinarla.
—... y McGonagall se jacta de decir que eres inteligente, aplicada y toda una buena alumna.
— Pansy, agradezco tu preocupación pero estoy bien.
Casi como hubiera recibido un balde de agua fría, la niña de ojos verdes detuvo pasos y la contemplo con su rostro inexpresivo.
— Yo no me preocupo por ti, Granger. No me importa lo que te suceda.
— ¿Enserio? ¿Entonces por qué estás aquí? — Cuestiono la joven con diversión.
— Yo... Yo tengo que irme. — Apresuro a decir sin mirarla. — Draco debe estar buscándome.
— Espera Pansy no te vayas.
ESTÁS LEYENDO
Round & Round
RomanceHermione descubrió demasiado pronto que quizás se había equivocado y esa chica no iba a ser una amiga. No en ese momento, ni en otro cercano porque Pansy... Pansy Parkinson, era una de las estudiantes provenientes de las familias más poderosas y rec...