Capítulo 6

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Hermione suspiro contemplando el paisaje parisino. La figura de la torre Eiffel a la distancia con cientos y cientos de personas rodeándola provoco una pequeña tensión. Sus padres caminaban frente a ella con emoción, señalando y observando todo con entusiasmo.

La castaña trato de sonreír e ignorar la incomodidad que la invadía, pero resultaba más difícil de lo que imagino. Las voces y mezclas de acentos, aunando los aromas de las personas que junto a ella transitaban, provoco que se detuviera abruptamente. Su madre la observo sobre su hombro con preocupación, pero la castaña hizo rápidamente un ademan hacia las bancas que a unos metros se encontraban.

- Estaré bien. No se preocupen. - Aseguro con una sonrisa.

- Vamos Jean, no tardaremos. - Dijo su padre guiñándole un ojo juguetonamente.

Hermione sacudió su cabeza con un poco de diversión ante las travesuras de su padre y destapo la botella de agua que cargaba. A pesar de que el clima no estaba tan intenso como imaginaba, el calor le resultaba un poco molesto. Su mirada vago alrededor con curiosidad y sin poder evitarlo se detuvo en una peculiar pareja a unos metros.

Las sonrisas y toques coquetos eran evidentes, incluso desde donde estaba. La castaña trago saliva sintiéndose de pronto nerviosa y desvió su atención hacia el pavimento bajo sus zapatos. Con los latidos de su corazón acelerado y una curiosidad incontenible, Hermione volvió a alzar la mirada y con sorpresa observo a las dos mujeres besarse. La botella entre sus manos se deslizo mientras el calor en su rostro se incrementaba.

La joven se puso de pie con vergüenza y tomo su envase medio vacío luchando por no mirar hacia la pareja. Era la primera vez que presenciaba algo así y lo más impactante aun es que a nadie más parecía importarle. Hermione se reusaba a creer en los clichés y rumores, pero al parecer no era mentira que los franceses eran personas de mente abierta. Todavía con la vergüenza invadiendo su rostro y una torpeza repentinamente extraña, Hermione se puso de pie para intentar alcanzar a sus padres.

La imagen permaneció en su mente y se contuvo de hacer algún comentario al respecto con ellos, si bien nunca habían hecho un comentario homofóbico, eso no le garantizaba que fueran a tener una buena reacción.

- Hermione, ¿te sientes bien? - Pregunto su padre observándola fijamente.

- Sí, ¿Por qué no habría de estarlo? - Respondió automáticamente despertando aún más la preocupación de sus padres. - Quise decir... estoy bien. No sucede nada.

Su madre arqueo una ceja con intriga y la contemplo por unos momentos hasta que su esposo coloco una de sus manos sobre su hombro.

- Está feliz de que muy pronto se reunirá con sus amigos, ¿verdad? - Dijo su padre con complicidad. Hermione asintió antes de tomar su vaso y dar un sorbo.

- Vale, lo entiendo.

La castaña le sonrió a su padre con agradecimiento y muy pronto decidieron que era hora de volver al hotel. Hermione debía acomodar sus cosas ya que al día siguiente se marcharía de vuelta a Londres.

- Siempre estaremos para ti, cariño. - Le susurro su madre antes de besar su sien.

- Gracias mamá.

Esa noche en medio de sueños y recuerdos, Hermione revivió el extraño momento que Pansy había protagonizado poco antes de despedirse de ella.

Merodear por el castillo era parte de su rutina algunos días, más aun cuando las vacaciones de verano se acercaban y los pendientes eran ya inexistentes. Hermione disfrutaba del silencio y del paisaje que el lago le ofrecía, por lo que solía recostarse contra su árbol favorito y leer hasta cansarse. Sin embargo, ese día en particular con el viento fresco y el canto de algunos pájaros, Hermione dormito.

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