Capítulo 13

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Pansy exhalo lentamente intentando controlar sus lágrimas y sollozos. Ella no esperaba menos, de hecho, sabía que su infierno apenas comenzaba. La valentía que había sentido parecía empezar a convertirse en culpa y resentimiento, ¿Cómo es que había sido tan ingenua?

Las manos de la ojiverde manos se mantuvieron aferradas a la orilla del tocador como si su vida dependiera de ello.

La chica apretó la mandíbula mientras observaba su reflejo. Una marca roja sobre su mejilla derecha era evidente, y su maquillaje se había convertido en un desastre. Pansy sonrió entre lágrimas, sintiendo cada vez más fuerte la opresión en su pecho.

No podía hacerlo, no debía.... Por su bien y sobretodo el de ella. Pero era tan difícil no pensar en sus palabras: "...Cualquier cosa, buena o mala, aquí puedes localizarme". La ojiverde en aquel momento decidió no darle tanta importancia a los actos de la castaña, sabía que las cosas no serían fáciles, sino complicadas y aparentemente imposibles, pero jamás imagino el dolor que eso implicaba.

-Pansy, por favor, regresa al comedor. -Ordeno la voz de su madre al otro lado de la puerta.

No debería sentir tristeza, mucho menos decepción. Siempre había sido así. A pesar de que su padre solía optar más por el maltrato emocional, en esta ocasión había perdido el control.

Ella nunca justificaría las agresiones de sus padres, por más que estos insistieran en que era su culpa. Pansy no era tonta, pero de nada servía tratar de ser fuerte, valiente y diferente. Una frase cruel, un golpe doloroso o hasta una maldición susurrada, siempre terminaban por destrozarla.

Otro golpe rompió el silencio haciéndola estremecer. Su madre aún estaba al otro la de la puerta esperándola con impaciencia.

-Dame unos minutos, necesito...- Su voz lentamente se desvaneció, y las lágrimas volvieron a inundar sus ojos.

-No tardes demasiado. -Sentencio.

Tan pronto como el sonido de sus tacones alejándose le indico su ausencia, la joven inhalo profundamente y trato de recuperar su compostura. Todo resulto ser peor que lo que imagino.




Hermione contemplo los rascacielos desde la ventana. Desde esa altura todas las personas que transitaban por la Quinta Avenida se veían diminutas, pero ella sabía que no lo eran. Sus padres estaban emocionados por visitar una vez más el país americano, Hermione no recordaba cuantas veces habían estado aquí antes pero parecían muy familiarizados con todo.

-Cariño, ¿puedes ayudarme a poner la mesa?

La petición de su madre la volvió a la realidad. Ella asintió y la siguió hacia la cocina del apartamento. Si, ellos no habían reservado una habitación de hotel sino un cómodo apartamento en el centro de la ciudad. Hermione, aunque no conocía el barrio, deducía que era un sitio para gente de clase alta.

-Tu padre volverá en cualquier momento y...

-Mamá, ¿Por qué estamos aquí? -Su interrupción había tomado por sorpresa a la mujer. No se trataba de unas simples vacaciones; algo sucedía. - ¿Por qué...?

-¡Espera! Vale. Sabía que tarde o temprano lo notarias, pero te aseguro que todo está bien. No tienes nada de qué preocuparte.

-¿Preocuparme? Sabes que no puedo evitarlo. Pero sé que si no fuera algo bueno no estaríamos aquí...

Jane le sonrió y termino por colocar la mesa

-Tu padre y yo debemos darte una noticia. Planeábamos hacerlo el día de navidad pero al parecer eso no funcionara.

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