Capítulo 15

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Lunes por la mañana y Hermione se dirigía con una sonrisa hacia un destino en particular. Harry y Ron seguramente la alcanzarían en el comedor dentro de poco, por lo que ella tenía que apresurarse a llegar a su encuentro. El trayecto familiar provoco una oleada de mariposas en su estómago, y por inercia, su mano se desplazó hacia el bolsillo de su túnica

Encogido y empacado meticulosamente, así yacía el obsequio que días atrás había elegido para su ojiverde. No era tan bello como el collar que tenía puesto, pero esperaba que le gustara. Había sido casi el motivo de una crisis romántica existencial, provocado por una simple pregunta:

¿Qué le gusta a Pansy?

Hermione inmediatamente recordó sus bromas, disgustos y palabras crueles, pero aquello lejos de brindarle una pista la llevo a imaginar lo que sucedería si elegía el regalo equivocado. Al parecer era más fácil saber lo que a su novia NO le gustaba, y por desgracia eso no significaba algo bueno.

La inquietud debió haber sido obvia en su rostro, o sus padres la habían estado analizando por varios minutos ya. Ambas, en realidad. Su madre aseguro conocer el lugar indicado para que encontrara el regalo ideal, un escalofrió estremeció a la castaña tan pronto como la había escuchado: ¿ideal? ¿Indicado? ... Ella no sabía que era para Pansy, ¿verdad?

No, Jane estaba equivocada. Su ayuda no fue tanta, aunque no podía quejarse, había encontrado un Jersey para Ginny, una bola de cristal para Harry y una especie de lámpara de lava para Ronald, el pelirrojo seguramente se infartaría con el artefacto. Sin embargo, su principal preocupación aun no terminaba.

Y entonces ocurrió, mientras caminaba por delante de sus padres observando a su alrededor. Ahí, al otro lado de una vitrina de cristal se exhibía su regalo ideal. Sus padres no la cuestionaron ni siguieron hasta el interior de la tienda, iba de entrada y salida. Rápida. Decidida.

Por desgracia aquel sentimiento no parecía percibirlo al ver la figura solitaria de Pansy en esos momentos. Su corazón latía apresuradamente pero aun así consiguió sonreír, abriendo sus brazos en par para recibirla entre ellos con cariño. La Slytherin deposito un corto beso en sus labios y oculto su rostro en su cuello, la sintió inhalar profundamente hasta que decidió apartarse momentos después.

— Empezaba a pensar que no llegarías. — Confeso la chica con un pequeño puchero.

La respiración de Hermione se engancho al ver ese gesto tan tierno e inocente. Pansy no tardo en notar su reacción e inmediatamente trato de evitar sonrojarse, si, lo había hecho intencionalmente pero no pensó en la vergüenza que después la invadiría.

—¿Y bien? — Exclamo, tratando de dejar atrás el episodio incómodo.

Hermione sonrió ante la actitud defensiva de su pareja. Definitivamente la ojiverde la tenía alrededor de su dedo, o mejor dicho, puchero.

—¡Calma mujer! Mi cerebro dejo de funcionar por unos segundos, necesita recuperarse.

—¡Tú no eres mi novia! ¿Qué clase de monstruo eres?

Menos mal que cuando amas, de antemano siempre conoces y sabes a lo que te enfrentaras si decides empezar a salir con alguien. Y Hermione no era excepción, acababa de comprobarlo.

— Uno que acaba de descubrir lo adorable que eres.

— Lo sé, y no tienes idea de lo agotador que es. — Replico su novia dramáticamente, señalándose a sí misma. — Mírame.

Hermione sacudió su cabeza con una sonrisa y apresuro a llevar su mano al bolsillo de su túnica. De nuevo sintió los nervios empezar agobiarla y poco antes de exhibir el pequeño obsequio obligo a Pansy a cerrar sus ojos. La Slytherin protesto negándose hacerlo, pero la castaña no cedería con facilidad esta vez.

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