8° Te Odio

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— ¿Quién te invitó? ¿Un amigo cercano? — Cuestiona Jiyong mientras bajamos de su lamborghini blanco. Asiento mientras busco con la mirada a mi pequeño Min, hasta que lo veo correr hacia mi.

— ¡JongHoon! —  Me grita Sungmin, se ve feliz. Se ve guapo, ahora con el cabello cobrizo, y el mismo arete que yo en la oreja izquierda. Ese que nos hicimos juntos en símbolo de amistad. — ¿Jiyong?

— El que viste y calza, conejo rabioso. — Sonrie de lado antes de saludarlo de mano y con un choque de hombros.

Sungmin nos mira, primero a él, luego a mí, y de regreso.
— Ja! Disculpame. No creí que ustedes dos…

— Sólo somos amigos. — Aclaramos al mismo tiempo.

— ¿Cómo se conocen? — Les pregunto con algo de curiosidad, si bien sé que Ryeowook tuvo algo con él, no creí que se lo presentara a alguien de una manera más… Formal.

— Ryeowook me lo presentó hace mucho tiempo. Pero bueno, eso ya es historia, ¿verdad? — Su sonrisa va dirigida a Jiyong.

— Por supuesto.— Responde orgulloso mientras me abraza a la cintura.

— ¡Entren! — Nos invita a seguirlo.

La casa de Sungmin está a reventar.
Chicos y chicas bailan en toda la gran casa que está exactamente frente a la playa. Es hermosa, grande y no puedo creer que sea de Min.
Hace calor, es verano, hay mucho alcohol, música y personas bailando una pegajosa tonada electro.
Visualizo a Heechul y nos dirigimos hacia él.

— Heechul. —  Lo llamo. Se gira a verme con cara de espantado, incluso derrama un poco de su cóctel sobre la mesita.

— Ho- Hola… ¿Finalmente a quien trajiste? Dime que al abogado. — Pregunta apresurado.

— ¿Qué? No! Yunho está en un congreso hasta las próximas dos semanas. Vine con Jiyong.

—  Ah pues también está bien. — Sonríe no muy convencido. Decido ignorar su extraño comportamiento.

— Heechul. ¿Recuerdas el antro que te conté? — Él niega rápidamente.—  Del que me fue a sacar a jalones el idiota de Kyuhyun.

Parece reaccionar y asiente.

— Sí.

— Creo que no lo vas a creer, te dará algo… Es de Jiyong.

Se queda pasmado un par de segundos, pone a un lado su copa.

— No juegues. Si ese lugar es… Casi imposible.

— Pues es suyo.

Heechul relaja sus facciones y hasta le da un buen sorbo a su extraño coctel bicolor.

— Ya decía yo que ese automovil no era de un simple tatuador.— Sonríe un poco más alegre.

— ¿Por qué estás aquí? Tan apagado… Ya deberías estarte ligando a la mitad de los hombres que hay.

— No. — Niega y por alguna extraña razón siento que me cambiaron a mi amigo por otra persona.

— ¿No será que Siwon te advirtió algo?

— No, no para nada. Sabes que por mucho que me lleve con él y seamos cercanos no hemos declarado una relación oficial.

— ¿Entonces?

— Hablé con Hangeng. — Suelta, cabizbajo, medio triste.

— ¡Hangeng! ¿Y qué tal ha estado?

— Muy bien… Quedamos en que pronto deberíamos vernos.

Noto sus ojos un poco rojizos, tal vez le pegó haber hablado con él.

SOMOS - (KyuSung) EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora