21° Promesa

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Bueno, Cho me ha ayudado a empacar varias cosas, pero aún hay algo en el rincón del closet, algo que dudo en sacar por miedo a la reacción que tendrá.
Tal vez sea buena.
Tal vez melancólica.
Tal vez… De duda.

— Falta algo. — Acto seguido, avanzo hasta la parte inferior del mueble. Y después, de tres años, tomo entre mis manos una sudadera gris. Llena de recuerdos, de un aroma a maravillosos momentos.
Voy hasta Kyuhyun, y la extiendo para que la tome.

— La... tienes.— Su rostro denota sorpresa una ligera sonrisa y los ojos bien abiertos me indican algo bueno.

— Sí… también tus guantes, la foto. Todo está en perfecto estado.

Suelta una risita alegre, me toma de la mano y me jala hasta que quedo entre sus brazos. Me llena de besos la frente.

Creo que lo ha tomado muy bien.

— ¿Jongjin volverá? — Pregunta curioso.

— Dijo que yo lo llamara. ¿Por qué?

Me mira con una ceja levantada, se muerde el labio inferior y pega mi cadera a la suya.

Ya entendí.

°•°•°•°•°

Sobre la misma cama que estuvimos por última vez hace años, meneo mis caderas contra las suyas. Lo hago lento mientras siento su cuerpo temblar entre mis piernas.

Un castaño que creí imposible está desnudo gimiendo mi nombre, está dentro de mi ser haciéndome perder la cordura y la noción del tiempo mientras que mi cuerpo únicamente cubierto por su sudadera, se agita.

Llegamos al mismo tiempo, ha sido tierno, pero candente. Me dejó caer a su lado, pero ahora es él quien se coloca arriba de mi colando sus manos entre la sudadera subiendola, me acaricia los costados.

— Siempre amé esta sudadera.

Dice a la vez que me la quita por completo, sus ojos me observan totalmente hasta dar en un sólo lugar.

— ¿Qué dice tu tatuaje? — Pregunta bastante curioso, pasando los dedos por las letras que forman la frase plasmada.

— De las lágrimas evoluciona el alma.— Vuelve a mirarme incrédulo.— Llegue al punto donde sabía que llorar ya no era necesario, ni suficiente. Sabía que llorar no nos iba a juntar otra vez, no ibas a volver y no servía de nada en mi vida. Creo que a base de eso maduré en muchos aspectos, así que mirar a mi alrededor y darme cuenta de todo lo que perdía por estar sufriendo, lo considero un paso importante.

De queda en silencio, sólo observa mi costado con el tatuaje, pasa los dedos y suelta un pesado suspiro.

— ¿Te acuerdas que la ultima vez que lo hicimos estábamos aquí también?

— Sí. —Contesta un tanto apagado.

— Era el momento perfecto para que me lo contaras todo.

— Lo hice parcialmente. Te dije que no pasaríamos el verano juntos. — Pongo los ojos en blanco.

— Después de tres años pasamos un verano juntos.

— Y nos quedan muchos más.— Dice besando mis labios con ternura.— Fue totalmente mi culpa todo esto, si te lo hubiera dicho, tal vez hubiéramos llegado a un acuerdo para vernos, y sin embargo, me fui como un cobarde…
Se incorpora, cabizbajo.

— Lo cruel fue decir que ya no me amabas, si hubieras terminado todo antes, nos habríamos ahorrado muchos problemas. — Paseo mis dedos por su cabello.

SOMOS - (KyuSung) EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora