Solo Tu》OMEGAVERSE《

C A P I T U L O 26

P.o.v Onodera

"La tía de labios rojos me había ido buscar al hospital. Yo era el único que había sobrevivido al incendio: había salido flotando milagrosamente fuera de la casa, llevado por fuerzas ocultas y me habían encontrado acurrucado en el césped húmedo por el rocío.

Vivíamos en un apartamento. Era muy pequeño todavía no alcanzaba los picaportes de las puertas.

En la sala principal sonaba música a todo volumen, me había  escondido en el vestíbulo, pues me habían dicho que me mantuviera fuera de vista.

--¡No me mires así! -- era nuevamente el hombre que conducía el automóvil. Esta vez, estaba con un señor más joven que el y gordo, pero su mirada denotaba maldad al igual que su aura. Como no me moví con la suficiente rapidez, me lanzo una patada.

--¡Ugh!--me queje.Me arrastre hacia atrás y me apretó contra la pared, tratando de fingir que no me encontraba ahí.

Lo observe mientras le alcanzaba algo al otro hombre y recibía dinero a cambio.

--Te engañó--susurré.

El segundo hombre se detuvo y se arrodillo junto a mi. Su aliento era horrendo, como de cebolla frita.

--¿Que dijiste, muñequito?--

--Mintió. Esta contento de haberte estafado-- me balanceé de un lado a otro sabiendo que recibiría un castigo pero, por lo menos el también.

--¡Viejo!--Exclamó el con sonrisa falsa-. Es un puto omega que recogió mi novia,no le vas a prestar atención a un omega. Eres un alpha ¿Qué puede saber el?

El otro señor me miró de arriba abajo, mi apariencia daba mucho de que hablar, camiseta holgada y sucia y unos Short's en el mismo estado.

Borrada la sonrisa, el hombre con olor a cebolla extrajo el paquete del bolsillo  y lo sostuvo entre sus dedos.

--¿Es Pura?--

--Cien por cien. Te doy mi palabra.

--Está mintiendo--Afirme. Los colores del hombre  eran de color amarillo pálido.

El Sr.Cebolla estiró la mano con el paquete.

--Gracias, muñequito. Eres omega pero tu don vale oro. Quiero que me devuelvas mi dinero, tu palabra no vale ni cincuenta libras.

El hombre la acepto mientras juraba que era inocente.

Luego llegó el dolor, golpes en todo mi cuerpo, no podía resistir más,  apenas un tenia tres años. Era debil, un golpe en mi cabeza llego y de ahí todo se volvió oscuro.

Más tarde, escuche que él le decía al doctor que me había caído las escaleras.

Pero eso yo no recuerdo,  tampoco sabía que hacía en el hospital.