[ Lea ]
Estaba agotada. Era un desastre, estaba recostada en la cama, pero mi mente no se detenía. Estaba pasando, lo inevitable, estaba pasando.
Suelto una respiración temblorosa, dándome media vuelta, dejando de ver a mis hijos y con mi vista ahora fija en la pared. Felicidad era la palabra perfecta que podría describir su estado de ánimo justo ahora. Ambos habían estado sintiendo brillantemente mientras se preparaban para dormir, sin dejar de hablar acerca de su padre.
Sonrío a medias. Antes de que mis labios vuelvan a juntarse en una fina línea. Aunque ellos estaban felices, no podía decir lo mismo de mí.
—Nunca te perdonaré.
Sus palabras, tan frías, tan crueles, tan distantes - se repetían en mi mente como un disco rayado. Cierro mis ojos fuertemente, inhalando. Seguía sin poder creer que todo esto estaba pasando.
Mil ochocientos veinticinco días. Un gran número. Todos esos días habían pasado desde la última vez que había visto a Justin. Demasiados días, muchas semanas, meses y años. Y todo eso había dado como resultado a él lleno de odio hacia mí.
Mi garganta se cerró y mi corazón patio con fuerza mientras recordaba su rostro cuando él me decía todas esas palabras salir de sus rellenos y rosados labios. Una lágrima se desliza por mi mejilla y cae contra la almohada.
Sorbo mi nariz y limpio las lágrimas. Quito la colcha sobre mí y me levanto, bajando la mirada a mis hijos para verlos a ambos profundamente dormidos.
—Estoy haciendo esto por ustedes. Sólo por ustedes dos.– susurro hacia ellos. Trago el nudo en mi garganta y me levanto de la cama, paso una mano por mi rostro, sin querer que otra lágrima se deslice.
Sacudo mi cabeza, llevando una mano a mi cabello para atarlo en una cola de caballo. Suspiro, caminando hasta la pared.
No estaba lo suficientemente cansado como para dormir. Después de todo lo que había pasado hoy, no estaba ni cerca de estar agotada. Muerdo mi labio inferior, pensando en qué hacer. Podría ir de nuevo a la cama e intentar dormir, o ir abajo a tomar un poco de leche caliente o agua.
Después de pensar un poco me decidí por la segunda opción. Iría por algo de beber ya que mi garganta estaba un poco seca. Bajo con calma las escaleras, no queriendo despertar a nadie. Después de todo, solo era una invitada en esta casa.
Sacudo mis pensamientos, sintiéndome incómoda.
Definitivamente me sentiría mejor con un vaso de agua.
Entro en la cocina, encontrando las luces encendidas, pero no hay nadie. Frunzo el ceño, paseando mi mirada por la habitación, buscando. Encojo mis hombros y camino hasta el refrigerador.
Tomo un vaso del gabinete, tratando de no rodar mis ojos hacia la caja de "fina china" que hay al final. Lleno el vaso de leche, torpemente se me cae al suelo.
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Bound [ spanish version ]
FanfictionEl tiempo tiene el poder de cambiar a las personas. Él ya no era el hombre que alguna vez había sido y ella ya no era más aquella ingenua chica que había sido. Había sido inevitable que algo pasara entre ellos dos. Después de todo, el famoso CEO y l...