Bound [ spanish version ]

capítulo cuarenta

[ Lea ]

Aunque el cura estada recitando frases y oraciones, mis ojos estaban fijamente concentrados en el hombre junto a mí. Sus ojos brillaban de una manera que nunca antes había visto. Me atrapaba, intrigaba y me hacía enamorarme incluso más de él.

Sus manos apretaron suavemente las mías, una sonrisa haciendo su camino. Devolví ambos gestos. Era como si se pudiera dar cuenta de mis nervios con la manera en la que estaba intentando hacerme sentir mejor.

—Ahora haremos el intercambio de anillos —el cura anunció. Fruncí mis cejas con sorpresa al mirar a Drew cargando con el pequeño cojín donde estaban unos hermosos anillos. Él me sonrió, extendiendo el cojín hacia Justin.

Con una pequeña sonrisa, Justin soltó mi mano y tomó un anillo de plata con un hermoso diamante. Mi corazón se encogió cuando me di cuenta que se trataba del mismo que había usado cinco años atrás. Lo puso con suavidad en mi dedo, sorprendiendome cuando dejó un beso en mi mano.

Los presentes hicieron sonidos de adoración. Mis mejillas se tornaron rosadas, tomé el otro anillo. Era una banda plateada, similar a la que había puesto en su dedo la primera vez que nos casamos. Con una sonrisa, se la puse.

—¡Cinco minutos antes de año nuevo! —alguien gritó. Mis ojos dejaron a Justin sólo por un segundo. Su mirada tenía una chispa de diversión mientras sacudía la cabeza.

—De acuerdo, ¿alguno de ustedes tiene sus votos? —el cura preguntó. Mordí mi labio inferior con nerviosismo, sacudiendo mi cabeza.

—Yo —Justin dijo, tomándome por sorpresa. Arqueé una ceja, mirando sus brillantes ojos.

—No hay nada como nosotros. Te amo, Lea —susurró con sinceridad. Mi corazón saltó. Fue como si el mundo entero se detuviera por un minuto, y yo estuviera simplemente soñando.

Él me amaba.

No sabía cómo reaccionar, así que sólo respondí a sus palabras.

—También te amo, Justin —las palabras salieron temblorosas, pero eran sinceras.

—¡¿Pueden ustedes dos solo besarse ya?! —la familiar voz de Jaxon gritó. Me sonrojé, mirando al suelo.

—¡Sólo digan que aceptan! —alguien más gritó. El cura suspiró, murmurando algo para sí mismo.

—Justin Drew Bieber, ¿aceptas a Lea como tu esposa? —preguntó simplemente.

—Acepto —respondió con orgullo, sonriéndome. Mi corazón se saltó un latido.

—Y tú, Lea Fajemsin, ¿aceptas a Justin como tu esposo?

—Acepto —susurré, sintiendo como apretaba mis manos de nuevo.

—Entonces los declaro marido y...

—¡Quedan un minuto! —la misma persona gritó. Todos se levantaron de sus asientos para acercarse más a sus familias.