capítulo veintiséis

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—Ya me he encargado de todo– Justin anuncia, una sonrisa apareciendo en sus labios. Suelto una profunda respiración temblorosa.

—¿De todo?– pregunto con esperanza. Asiente.

—De todo - no tienes nada de que preocuparte– me asegura. Me tomo un momento, pensando.

Estaba oficialmente dejando atrás mi vida en Oklahoma, para empezar de nuevo aquí en Denver. Justin se había encargado de llamar a mi jefe para informarle de todo. También a la escuela de los niños, informando que los gemelos ya ni asistirían ahí.

Incluso había mandado a traer nuestras pertenencias restantes del apartamento. Todo estaba listo. Era oficial que iba a volver... aquí.

La manera en la que me sentía con respecto a esta situación era; confundida. Una parte de mí estaba feliz, emocionada porque los niños serían capaces de compartir mucho tiempo junto a su padre. Pero además, esto significaba mucho para mí. Yo había pasado mucho tiempo aquí, era como un hogar.

Pero había otra parte que se sentía de manera completamente opuesta. Estaba asustada. Asustada de acabar con el corazón roto de nuevo. Mientras pasara el tiempo, me enfrentaría a situaciones entre Justin y Janice, situaciones que me podrían herir.

Tendría que pasar cada día de mi vida, siendo un testigo de su relación. Y no creo ser lo suficientemente fuerte como para soportar eso. Pero la única cosa que me motivaba a seguir con esto, era la felicidad de mis hijos. Y la suya.

—Gracias por encargarte de todo– le digo, suavemente. Asiente, dándome una pequeña sonrisa.

—De nada. Pero, gracias... Gracias por haber aceptado quedarte– susurra. Mi corazón se acelera y doy un paso más cerca, tomando su mano. Sus ojos van a los míos por esa acción.

—Haría cualquier cosa por ti... Y por la felicidad de los gemelos. Sí el hecho de que nos quedemos te hace feliz, entonces lo haremos– le digo en voz baja. Sus ojos nunca dejan los míos, y observo como cientos de emociones brillan en ellos.

—Vamos, hay que decirle a los niños. Estoy seguro que se van a emocionar demasiado– doy un paso atrás, soltando su mano. Aclara su garganta, y asiente. Tomo una respiración profunda, sintiendo aún el cosquilleo en mi mano debido a su toque.

Con una sonrisa en mis labios, entro en la sala de estar, lugar donde estaban los niños. Cimo había pensando, ellos estaban sentados en el suelo, coloreando.

—Niños– llamo, buscando su atención. Sus cabezas se levantan en mi dirección, con una sonrisa. Justin se queda de pie detrás de mí.

—Nosotros... Nosotros tenemos una importante noticia para compartir con ustedes– anuncio. Miro a Justin, quien tenía una pequeña sonrisa en sus labios. Asiente hacia mí, pidiéndome que siga.

Bound [ spanish version ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora