Bound [ spanish version ]

capítulo diecinueve

[ Lea ]

Al día siguiente, hubo un pensamiento que no abandonó mi mente en ningún momento. La pelea entre Justin y Janice siguió fresca, y me mente me estaba confundiendo. En la mañana, durante el desayuno, aún se podía sentir la tensión entre ellos, y trate con todas mis fuerzas en no hacer ningún comentario al respecto.

Paso lo mismo durante el almuerzo, y sólo podía pedir que no se pasará eso en la cena. O me concentraría en buscar la razón del porqué estaban así. No me gustaba ver a Justin con esa expresión de cansancio, y listo para explorar en cualquier segundo. Y trate de mantenerme lo más alejada de él.

No quería que desatara eso contra mí.

Después de todo, habíamos progresado muy poco.

No quería arruinar eso.

Entro en la sala de estar, encontrándome con los niños riendo con Justin. Algo que ellos habían hecho mucho estando a su alrededor. Una sonrisa apareció en mis labios y cruzo mis brazos sobre mi pecho, mirándolos.

—Hola, mamá– Drew me sonríe. Río, arreglando mi blusa. Por alguna extraña razón se había vuelto un poco más ajustada desde la última vez que la había lavado. Creo que Justin también se había dado cuenta de eso, sus ojos estaban pegados a mis pechos. Un pequeño sonrojo me invadió.

—Hola, Drew– murmuro, ignorando la mirada de Justin.

Como si se diera cuenta de lo que estaba haciendo, sacude su cabeza y aclara su garganta. Exhalo, tomando asiento junto a Sophia. Ésta se encontraba coloreando en un libro. Sonrío.

—Mami, ¡mira lo que he hecho!– Sophia dice, mirándome. Finjo un jadeo, tomando su dibujo en mis manos.

—Wow, es muy bonito– asiento. Ella ríe y sigue coloreando. Las voces de Justin y Drew entran por mis oídos.

—¿Nunca han nadado?– la ronca voz de Justin le pregunta, llena de confusión. Siento mi garganta hacerse nudos.

—Bueno, una vez en la escuela, pero a mamá no le gusta llevarnos– Drew se encoge de hombros.

—Drew– lo llamo firmemente. Él tenía la tendencia de hablar de más algunas veces. El tema de la natación era algo sobre lo que no me gustaba hablar. De hecho, era algo incómodo para mí.

Siento los ojos de Justin en mí, haciéndome suspirar y comenzar a jugar con mi blusa.

—¿Por qué no?– presiona. Lo miro, sé que está hablando con Drew, pero sus ojos están en mí.

—No... No lo sé. Pero me encantaría ir, papá. Dijiste que tenías una piscina, ¿cierto?– Drew dice con una risita.

—Así es. Y yo me encargaré de enseñarles– ofrece. Jadeos de emoción salen de los labios de los niños, frunzo el ceño, jugando con uno de los colores de Sophia.