capítulo diez

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[ Lea ]

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La mañana siguiente llegó más rápido de lo que pensé. Mientras estaba recostada en mi antigua cama, con Drew y Sophia a mi lado, mi mente no podía detenerse. Estaba pensando en todo, pero en especial, pensaba en si esta había sido la decisión correcta.

Seguía sin poder creer que todo esto era real. Y no un sueño.

No sabía cómo sentirme al respecto. Después de lo que Justin me había dicho, me había hecho sentir culpable y egoísta. Él tenía razón. Pero al mismo tiempo estaba equivocado. Lo que él intentaba decir era que yo no debí de haberme marchado. Pero lo necesitaba. Necesitaba un nuevo comienzo.

Incluso estaba pensando de nuevo, en tomar mis cosas y marcharme en silencio.

Pero solo cuando ví las brillantes sonrisas en los rostros de mis hijos, cuando llegué a una conclusión. Volver había sido lo correcto. Esto era solo por un mes. Después de esto Justin podría seguir en contacto con Sophia y Drew. Sin importar lo difícil que eso llegara a ser para mí.

Cuando desperté en la mañana, me encontré con una sorpresa. La cama estaba vacía, estaba yo sola. Supongo que Drew y Sophia estaban realmente emocionados de poder conocer a su padre. Suspiro, levantándome de la cómoda cama y arreglandola. Entonces, suaves golpes se escuchan contra la puerta.

—Adelante– aclaro mi garganta seca. La puerta se abre lentamente y ahí aparece una mujer mayor desconocida para mí. Entra despacio en la habitación y observo su atuendo, que es muy común en las sirvientas, ella me mira con nerviosismo.

—¿Puedo ayudarle?– le pregunto con una pequeña sonrisa. Ella apunta a la cama, mientras traga saliva.

—Estoy aquí para tender la cama– me dice, y entra por completo en la habitación con una caja que no había notado, llena de productos para la limpieza.

—Oh, esta bien, yo ya lo he hecho– le sonrío con calma. Sus ojos se abren con sorpresa y asiente.

—Oh, esta bien, señorita. ¿Puedo hacer algo por usted? ¿Limpiar algo? ¿Ropa?– pregunta, puedo notar que su acento español quiere salir. Sacudo mi cabeza, sonriendo.

—No, pero gracias por preguntar– declino amablemente. Ella asiente, toma la caja y después sale. Respiro profundamente.

No sabía que ellos tenían una sirvienta.

Supongo que muchas cosas habían cambiado...

Después de eso, me di un baño y me cambié por ropa limpia. Mientras arreglaba mi cabello, me di cuenta de que ya necesitaba un corte. Estaba pensando en cortarlo hasta mis hombros, pero de inmediato eliminé ese pensamiento.

Fue cuando estaba bajando las escaleras que sentí como una burbuja de nerviosismo aparecía en mi estómago. Hoy vería de nuevo a Justin. Pero contaba con nueva información. Él me odia. Todo estaba claro en su rostro. Y en sus ojos.

Bound [ spanish version ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora