capítulo nueve

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[ Justin ]

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[ Justin ]

Me paseo alrededor de mi oficina, respirando pesadamente mientras mis ojos están en la lámpara rota. No podía explicar todas esas emociones que estaban revoloteando en mi mente. Dentro de mí.

El regalo de Dios había vuelto a mí, pero con dos pequeños milagros más. Nuestra creación. Mi corazón se estruja al pensar en mis hijos. Un niño y una niña, tan hermosos creados por el mismo Dios.

Mi estómago se anuda y lo mismo pasa con mi garganta. Cinco años. Me tomó cinco putos años conocerlos. Y todo era por culpa de una persona egoísta. Frunzo el ceño mientras sus palabras vuelven a mi mente.

—T-tu no entiendes por qué me fui, Justin.

Aprieto mis manos, lamiendo mis labios y rechinando mis dientes con furia.

—No hay nadie que sea jodidamente necesario de entender.– trago saliva, sintiendo un dolor en mi corazón. Mi cabeza estaba retumbando con un fuerte dolor de cabeza y no se había detenido desde la llegada de esos tres.

Mi tensión estaba toda acumulada en mis puños, toda la furia y la frustración lista para salir en cuestión de tiempo. Y como si mi mente amara jugar conmigo, comenzó a reproducir pequeños flashes de ella. Sus inocentes y azules ojos, capturando mi atención.

—¿Por qué, Lea? ¿Por qué tuviste que haber vuelto?– siseo lleno de frustración. Al principio, había querido, deseado que ella regresara y que tal vez se arrepintiera de haberse ido. Pero ella ya había dicho que lo lamentaba, pero sabía que no se arrepentía de su error.

Tenía excusas, 'razones' por haberme dejado solo por cinco años. Cuando me dijo que lo había hecho por su propio bien, no pude evitar pensar en lo egoísta que era. La única pizca de simpatía que tenía hacia ella, salió cuando ella mencionó mi boda con Janice.

Ella habló de mí como el hombre al que amaba. No sabía cómo sentirme respecto a eso. No fue en sentencia del presente, sino más bien como algo del pasado. Eso significaba... ¿Que ella no me amaba más? ¿O no quería admitirlo? Un viejo sentimiento se instaló en mi estómago, y me sentí incluso más frustrado.

Mujer, ellos podrían estar tan confundidos.

Pero ese no era el punto. La única cosa importante aquí era que ella se había marchado cinco años atrás, y había separado a mis hijos de mí. Sólo pensar en todas las cosas que me había perdido hacia que sintiera que estaba a punto de perder la cabeza.

Lanzo con rapidez uno de mis puños y este golpea contra la pared. El dolor estaba presente, al igual que ese extraño sentimiento de relajación. Respiro pesadamente mientras intento calmarme.

Siento mis ojos picar por las lágrimas que se comienzan a acumular.

—¿Por qué, Lea? ¿Por qué?– suelto.

Bound [ spanish version ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora