Capítulo 16

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— ¿Fumas? No sé qué rayos le ven las personas a ese veneno comercial. No te ofendas, pero voy a bajar los vidrios, por cierto, Mitchel también odia el cigarro – Balbuceó Alma, su cabello estaba desarreglado y se veía algo fuera de sí.

Jannik cerró los ojos, no se sentía muy paciente en ese momento, a pesar de darse gusto con el cigarro.

— Deje de dar vueltas ¿Quién era ese tal Erick? ¿Qué es lo que le pasó a Mitchel? y ¿Qué hay con él ahora? ¿Cuál es su condición? – Preguntó directo.

Alma frunció los labios, dudosa. Jannik lo notó porque Mitchel solía hacer el mismo gesto cuando se sentía acorralado.

— El chico, Erick, era su mejor amigo y... ¿Su primer amor quizás? – Aventuró a decir Alma, sinceramente no sabía cómo clasificar a Erick, era complicado.

El despertar de la homosexualidad en Mitchel estuvo envuelto en una espesa capa de prejuicios, desde el principio el chico había sentido sobre sus hombros una pesada capa de culpabilidad debido a su crianza y lo estrictamente religiosos que eran sus padres, sobre todo su madre, que formaba parte de una exclusiva congregación.

— ¿Fue su novio? – Especificó Jannik, estaba muy interesado en conocer su respuesta. Era tan poco lo que sabía de la vida personal de Mitchel que cada pieza de información era valiosa, aunque la idea de imaginar a su pelinegro siendo tocado por ese rubio infame era suficiente para hacerle rechinar sus dientes.

— ¿Fue o no lo fue? – Debatió Alma pensativa.

Jannik sintió una molestia que se le hizo familiar.

— ¿Está bromeando conmigo doctora? – Cuestionó malhumorado.

«Ah, claro, empiezo a entender por qué la mujer me exaspera, se parece a Aribba»

Una Aribba en su vida era más que suficiente.

— No, no. Para nada. Ahora que lo pienso, no creo que pueda ser llamado su novio... A ver ¿Por dónde empiezo? – Le dijo ella, poniendo en orden sus ideas – Esos dos tendrían 13 años más o menos cuando se dieron cuenta que no les interesaban las chicas como a los otros y que preferían estar con el otro, o por lo menos fue a los 13 para Mitchel, después de todo lo ocurrido podríamos intuir que para Erick pudo ser un poco antes. Sinceramente creo que para Mitchel era algo meramente platónico, como el sentimiento de alguien enteramente inocente que no sabe lo que implica el estar enamorado y ser correspondido – Alma explicó lentamente – Esto también es solo una presunción, pero concluyo que para Erick era un tanto diferente. Siempre hay niños más precoces que otros, a los 14 años su curiosidad sexual estaba despertando y su atracción por Mitchel demandaba más de esa relación platónica, así que primeramente lo puso en palabras. Para Mitchel fue confuso escuchar que su mejor amigo lo "quería" de una forma inusual. Sin embargo y debido a que no tenía ninguna malicia, reconoció que a él le pasaba igual. En ese momento no lo discutió con nadie, pero instintivamente sabía que no era lo más común – Señaló Alma.

Jannik no podía decir que lo entendiera del todo, pero imaginarse a un pequeño Mitchel en esa situación sin tener con quien hablar, sin ninguna persona que le explicara su situación, resultaba desesperante.

— Pero algo más pasó – Jannik se adelantó sombrío.

Alma inspiró, como tomando impulso para lo siguiente.

—Como dije, Mitchel estaba muy envuelto en todo lo que tenía que ver con esta corriente religiosa en la que lo habían criado. Así que, en el mismo círculo preguntó por aquí y por allá sobre el tema y lo único que le quedó claro es que el hecho de que un hombre quisiera a otro hombre era algo antinatural, que las personas que sentían y actuaban así estaban en pecado mortal e irían al infierno – Relató con desaprobación.

La excepción a la reglaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora