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— Creo que me mal enseñas mucho -digo riendo cuando entro al apartamento de Jeffrey y el me da un vaso lleno de dulces. Hoy era viernes, se habian pasado 4 dias de nuestro encuentro fogoso en el aula. Me ha dejado con muchisimas ganas... y bueno, estoy aqui.
— Eres como una niña con los dulces... me gusta.
— Siempre puedo ser tu baby girl -beso su menton y el mete sus manos bajo mi falda. Sus dedos rozan mis bragas, empapadas.- Y tu mi daddy.
— Te excita eso? De roles? -me toma de la cintura y yo envuelvo mis piernas al rededor de su cintura, su miembro roza contra mi entrepierna, gimo sobre sus labios.-
— Me excita usted. -cuando el me deja sobre la cama, me encojo de hombros y saco su camiseta, para despues bajarle los pantalones.- Me gusta probar cosas nuevas...
— Me excita que no me tutees -saca mi vestido. Primera vez que ambos nos vemos 100% desnudos.- Aunque...
— Aqui es raro -el asiente.- Es mas excitante en la facultad, cuando eres el Sr. Morgan. Aqui eres solo Jeffrey. -el asiente una vez mas, confirmando lo que digo y luego me besa. Sus manos aprietan mis senos y yo si  poder evitar bajo mi mano hasta su miembro, vaya que es un tamaño interesante. Pero mas alla del tamaño, este hombre lo sabe usar malditamente bien. 

Abro mis ojos e inmediatamente reconozco donde estoy, el perfume de la camiseta que estoy vistiendo hace recordar la noche anterior. Fue la mejor noche del año, nos sacamos todas las ganas, de todo. En una noche Jeffrey conocio mi cuerpo mas que cualquier ex novio que tuve. Mi entrepierna llega a tener cierta incomodidad. Cielos, que hombre que sabe como satisfacer una mujer.
— Te veo feliz -su voz ronca hace que ria alto, el sonríe y entra a la habitación.- La he pasado muy bien, muy muy bien.
— Yo igual -me siento en la cama.- que hora es?
— Las 10:30. Tu amiga se acaba de ir, te he preparado el desayuno. Ven -yo me levanto y me pongo uno de sus calzoncillos, cuando llego a la cocina veo como una señora me sonríe.- Ella es Beth, mi cocinera. -señala a la señora.- Ella es Katherin.
— Buenos dias, los dejo desayunar tranquilamente. -se retira de la cocina y yo me siento en la mesa.-
— Ella no se queda por la noche, no? -pregunto preocupada y Jeffrey carcajea, suena el timbre pero el no se mueve. Sigo con la mirada a Beth que va hacia la puerta, cuando abre una mujer entra a la sala. Inmediatamente me doy cuenta que es Maggie. Mierda.-
— Quédate tranquila que llego hoy por la mañana -rie y se da la vuelta. Ahí es cuando me doy cuenta que el mueble que separa la cocina de la sala, tiene un espejo en la parte media, haciendo que Maggie de su lado vea solo de mi busto para abajo. Respiro aliviada, te todas formas me callo.- Oh, señorita Lambert? Necesita algo?
— Me he olvidado de las llaves de mi auto -Jeffrey mira al rededor y yo tomo las llaves que están en una de las sillas y le alcanzo. El se para y camina hasta la sala.- Gracias, y perdón por molestar. -en menos de 2 segundos se va y yo vuelvo a respirar.-
— Eso fue por muy poco -le digo y el rie.- No se de que te reís!
— No entiendo porque esconder esto. No va a pasar nada grave si nos descubren, cuando mucho una notificación. -se encoge de hombros y señala el desayuno.- Desayuna rápido que te llevo a tu casa y de paso conoces mi tienda de dulces.

Profesor. || Jeffrey D. MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora