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Dias antes...
Jeffrey.
Juego con las mangas de mi traje y miro alrededor una vez mas, buscándola.
Que idiota soy en siquiera pensar que ella vendría a mi casamiento. Me odia. Le rompí el corazón.
Y me desarme por completo, no se que quiero, ya no se lo que es correcto hoy. Casarme con Margaret ya no me parece una excelente idea, parece que de un dia para el otro deje de quererla. O tal vez nunca lo hice, solo forcé ese sentimiento para poder olvidarme de una cierta persona de nacionalidad rusa. La quiero a ella. La extraño. No quiero volver a perderla... aunque ya es tarde, la he dejado ir una vez mas y no se si tendré suerte de volver a cruzarme una vez mas con ella.
La vida no te da 3 oportunidades.
— No pareces nervioso -comenta Andy, mi mejor amigo.- es mas, pareces pensativo.
— No estoy nervioso. Solo... -miro la iglesia una vez mas y me callo. No estare pecando al estar por casarme y por mi mente solo pasa la rusa en mi cama? Necesito controlarme.-
— No estarás pensando en desistir...
— No! -susurro un poco indignado.- Solo me acorde de... -el alza las cejas.- de la rusa.
— Oh mierda! -Andy rie, es el único que sabe de toda mi historia con la rusa, y de lo que verdaderamente siento por ella. Desde la primera vez que nos besamos le he contado; el es subdirector de la universidad y un par de veces me pillo viendo la rusa, tuve que decirle la verdad.- estas jodido Morgan.
— Muy jodido.
— Igual sab... -el se ve interrumpido por una voz femenina, me giro inmediatamente encontrándome con Selena y otra chica.-
— Hola Jeffrey -me saluda.- Ella es Carol, la cuñada de Kate. -aclara Selena y la rusa vuelve a dominar mi mente.-
— Un placer -aprieto su mano.-
— Vine a entregarte esto -me da un sobre.- Lo he encontrado hace 6 meses atras -da a entender que fue cuando Katherin se fue.- y dude mucho en entregarte o no. Has dejado mi amiga devastada, has sido una verdadera mierda... pero creo que las cosas aun tienen tiempo de cambiar -abro el sobre y puedo deducir que es una carta.- Creo que deberías revisarla de inmediato... puede que después que digas si, eso ya no signifique nada.
— Ah, y la rusa esta viviendo en Londres -comenta su cuñada, me guiña el ojo y las dos chicas abandonan el altar cuando veo que todos se paran y las puertas de la iglesia se abren. Respiro profundamente y guardo la carta y el sobre en mi bolsillo; cuando miro a Andy el alza las cejas y niega riendo, sabe que estoy en un conflicto interno gigante.
La música típica de casamiento comienza a sonar y Margaret entra junto a su padre, el la guia hasta mi. Ella me mira con lagrimas en los ojos y yo no puedo expresar nada, lo único que pasa por mi cabeza es que carajos esta escrito en esa carta.
Los minutos pasan y yo no puedo dejar de pensar en eso, siento que estoy en las nubes... pero no, estoy casándome, la puta mierda. Miro a Margaret.
— Margaret Rose Lambert ¿Quieres recibir a Jeffrey Dean Morgan como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
— Si -dice ella y me mira con una sonrisa, mi corazón se aprieta.-
— Jeffrey Dean Morgan ¿Quieres recibir a Margaret Rose Lambert como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarla y respetarla todos los días de tu vida? -pregunta el sacerdote y por mi cabeza solo pasan imágenes de la rusa, mi rusa. Imágenes de ella riendo, en clases, estudiando, comiendo, en la ducha, chupandome la polla, en mi cama durmiendo, debajo de mi gimiendo de placer, montándome y disfrutando. Estos pensamientos estan lejos de ser los que debería tener en este instante... en una iglesia.- Señor...
— No. -digo y escucho las voces de nuestros familiares, miro a Andy quien me mira riendo. Miro a Margaret que frunce el ceño confusa.- Lo siento, pero no puedo... no puedo casarme contigo. -beso sus labios y salgo lo mas rápido que puedo de alli, Andy sale detrás de mi y vamos directo a su auto. Cuando entro saco la carta del bolsillo y empiezo a leerla.

"No se quien leerá esto, pero quiero contarle como yo: Katherin Venezia Alekseeva, la rusa, conocí al amor de mi vida en la universidad...

Profesor. || Jeffrey D. MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora