2.9

2.4K 211 40
                                    

Meses después...

Apago mi computadora y las luces del salón se vuelve a encender, me tomo un tiempo para limpiar mis lentes y mirar a mis alumnos. Algunos bostezan, pero la mayoría esta anotando aún.

-- Y bueno.... -me siento sobre el escritorio y miro al salón entero.- Que tal? Espero les haya servido de algo -escucho risas.- No voy a cuestionar lo que ustedes entendieron. A mi hoy no me interesa, me interesa la semana que viene cuando entreguen el informe final. -los veo suspirar aliviados, ¿que tan pesima estala educación que los alumnos temen responder cuando no estan 100% seguros?.- Ya les he dicho que esto no es la secundaria, es mas, ustedes estan en 3er año, ya saben como funciona esto... -señalo a mi alrededor.- No nos interesa saber cuanto saben hoy, me interesa que ustedes se interesen por lo que hacen, van a ver que cuando uno estudia lo que realmente nos interesa... es mucho mas facil. La pasión hace que todo se vuelva un poco mas liviano.

-- Se puede aplicar a lo personal? -me pregunta un chico y yo me encojo de hombros.- A relaciones....?

-- El amor es amor... hacia una carrera, hacia una persona... hacia un animal de estimación. No existe una nivelación del amor... es de igual intensidad. -mi mente no puede no recordar a Jeffrey. El pensar que hace 2 días fue su casamiento allá en Los Angeles. Mi corazón duele.-

-- Cree usted que el Dante ama con la misma intensidad que hacemos nosotros? -el chico vuelve a preguntar y lo pienso.-

-- Primero que es ficción... es decir, hay una cierta exageración. Y segundo, en caso de que fuese real... ¿acaso nosotros conocemos el verdadero amor? -miro mi reloj.- Les dejo esa cuestion para que la piense todo el fin de semana -me doy media vuelta.- Nos vemos el viernes que viene.
Empiezo a arreglar mis cosas para el próximo grupo y veo como todos los alumnos van saliendo de a poco. Queda un silencio mortal en el salón. Segundos después escucho unos pasos, cuando miro hacia atrás mi cuerpo se congela. Es él.
Mi cara debe ser un poema, porque Jeffrey rie y acorta la distancia entre nosotros, quedando a un metro de mi. Mi cerebro no puede hacer una conexión, quiero reír pero a la vez preguntar que hace acá y a la vez insultarlo. No quería verlo mas.
— Que haces aquí? -las palabras salen de mi boca sin pensarlo, el ladea la cabeza.-
— Por ti.
— Jeffrey...
— Llegue ayer... -mira alrededor.- Una persona me has dicho que estabas aquí en Londres...
— Y Margaret? -pregunto confusa.-
— En Los Angeles.
— Pero no se supone que te ibas a cas...
— No me he casado. Le he dicho que no. -QUÉ?!. Abro la boca para decir algo, pero no se que, se supone que debo quedar feliz? Pues ese sentimiento es el que menos aflora en mi.-
— Qué? Com... pero por qué?! -lo cuestiono y el alza las cejas.-
— Pensé que quedarías feliz. -se encoge de hombros.- Me he dado cuenta un poco tarde que no era la mujer de mi vida... y que no la amaba lo suficiente.
— Pero esta embarazada Jeffrey! Le has cagado la vid... -el estampa sus labios con los míos y yo me aparto enseguida.- Que haces?!
— La he dejado porque te amo a ti Kate... me he dado cuenta demasiado tarde, pero deje todo atrás para empezar contigo de cero. La he cagado mil veces, pero estoy aquí para pedirte perdón -pone una rodilla en el suelo y saca un anillo.- Por favor... acepta empezar de cero conmigo, sin secretos, sin nada... solo nosotros, una relación común y corriente, como siempre soñaste. Siento que es lo mínimo que puedo hacer por ti... te juro...
— No. Que te crees? -alzo las cejas. Sonrío.- Crees que desistiendo de tu casamiento y cruzando el océano con un anillo vas a conquistarme? Voy a volver arrastrándome a ti? -sin poder evitar rio.- No seas imbecil. Levántate y vete que llega mi segundo grupo y no quiero que mis alumnos vean esta escena lamentable.

Profesor. || Jeffrey D. MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora