Cuando tenia 12 años descubrí que no me atraían los niños y lo admití, me acepte tal y como era, si, en algunos momentos no era fácil pero seguí adelante. Cuando tenia 18 tuve una relación pasajera que fue importante para mi, cuando llegue a Los Ángeles a la misma edad conocí a la mujer que cambio mi vida, de una buena manera claro. Ahora es todo para mi, mi novia, mi confidente, mi amiga, la mujer que más amo.
Hemos pasado muchas cosas desde momentos románticos hasta peleas por celos, pero al final solucionábamos todo. Y lo mejor de todo siempre son las reconciliaciones de eso no hay duda alguna.
Emma y yo habíamos hecho una promesa, una promesa de amor, de eso ya hace dos años, éramos la pareja más estable de la universidad, los papás de mi chica me trataban como parte de la familia, mis vacaciones las pasaba con ellos. Con respecto a mi madre ella había aceptado mi relación y se llevaba estupendo con mi chica, no podría estar más feliz.
En cuanto a la universidad cursábamos ciertas materias juntas pero lo importante es que seguíamos durmiendo en la misma habitación, y era perfecto, muchos decían que como no nos aburríamos de estar siempre juntas pero es que nosotras sabíamos cómo mantener una estabilidad en nuestra relación, habían días en que ella hacía pijamadas con sus amigas y me invitaban pero yo decidía darles ese espacio, en cambio yo me iba con Nat y zoey, aveces se nos unía Hailee, éramos un grupo muy genial.
Estoy apunto de entrar a mi último año de universidad y estaba nerviosa pues al terminar la escuela mi visa expiraría y me tendría que regresar a México y yo no me quería ir sin mi novia. Un día el señor Thompson hablo conmigo sobre eso y el me dijo que podría conseguirme una visa de trabajo y todo se solucionó.
Hoy hacía mi tercer aniversario con Emma y estaba demasiado feliz, estaba en nuestra casa de playa que se había vuelto nuestro escondite perfecto, hace unas semanas acababa de comprar la casa y hoy le diría a Emma, sería como un regalo para ambas porque ahí podríamos vivir en un futuro, había estado ahorrado dinero por tres años que la suma que tenía en el banco parecía ridícula, nunca creí que tendría tanto dinero.
Estaba terminando de arreglar todo cuando mi celular sonó
—Hola princesa— contesto al ver el identificador de llamadas—
—Hola amor— me saluda alegremente— se me hizo un poco tarde estaba con mi papá, solo voy con el a mi casa por unas cosas, tomo mi auto y voy para allá.— su papá para su cumpleaños 21 le había regalado un nuevo auto, era un Porsche negro muy bonito.
—Está bien princesa, maneja con cuidado— es tan raro que ella maneje, porque desde que salimos yo manejo.
—Te amo— dice y se que está sonriendo—
—Te amo— contesto y finaliza la llamada.
El tiempo empezó a pasar y ella no llegaba, sentía esa presión en el pecho, como si algo estuviera mal, estaba preocupada y Emma no me contestaba las llamadas.
—Emma cuando escuches esto llámame estoy preocupada, tal vez te atrasaste más pero por favor comunícate conmigo, te amo— era el mensaje número diez que dejaba en su buzón de voz. Tenía una copa de vino en mi mano mientras esperaba, estaba apunto de dar un sorbo cuando el teléfono sonó
—Buenas tardes Samantha— contestó pues se que es su mamá
—Rachel— ella solloza y siento un frío recorrer mi cuerpo.
—¿Samantha? ¿Que sucede?— pregunto de manera preocupada.
—Es que...— no puede continuar y continúa sollozando.
—Tranquilícese por favor— trato de hablar de manera calmada, tras unos minutos ella habla.
—Tuvieron un accidente— siento como mi corazón se aprieta al escuchar su palabras el vaso se resbala de entre mis manos quebrándose y el líquido esparciéndose en el suelo, sintiendo el tiempo detenerse y como si hueco se abriera en el suelo— ellos tuvieron un accidente.
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Me enamoré de ella
Teen FictionHay momentos de tu vida que guardaras siempre en tu memoria porque son tan mágicos que no se pueden tener en fotografía. El día que Rachel conoció a Emma fue uno de esos.