Hay momentos de tu vida que guardaras siempre en tu memoria porque son tan mágicos que no se pueden tener en fotografía. El día que Rachel conoció a Emma fue uno de esos.
Sabía que debía ir a hablar con ella, después de todo fue mi novia y le debía una explicación, tal vez no habíamos terminado de la mejor manera, pero eso no quiere decir que no la quiera.
Ya habían pasado cuatro días, pero aquí estaba afuera de su departamento tratando de tomar valor para tocar esa puerta en la que tantas veces había pasado. Después de diez minutos pude tocar. Se me hizo una eternidad, pensé que nadie abriría hasta que la vi frente a mí con la nariz un poco roja y los ojos hinchados. Me sentí mal al saber qué tal vez yo podía ser la causante de eso.
—¿Qué haces aquí? —fue lo primero que ella dijo.
—¿Puedo pasar? —le pregunté viéndola directo a los ojos que alguna vez fueron mi perdición.
—Pasa —me dice luego de un tiempo en silencio.
—Lamento la forma en que te enteraste de que me iría —le digo y con eso ella no soporta más y empieza a llorar partiendo mi corazón.
—¿Por qué te vas? — me preguntó sollozando.
—Me han ofrecido una beca en UCLA. —contesté.
—Cuando estuvimos juntas nunca mencionaste nada, ¿lo hiciste a escondidas? —me pregunta con cierta molestia.
—No, claro que no, yo iba a presentar examen a una universidad de aquí o tal vez fuera del estado, pero luego terminamos y yo estaba muy lastimada, sé que no fue tu culpa, pero quería estar lejos de ti —al decir eso ella empieza a llorar más fuerte.
—Lamentó todo lo qué pasó —no soporto verla de esa manera así que le doy un fuerte abrazo mientras ella se recuesta sobre mi hombro.
—Tranquila —digo con lágrimas apunto de deslizarse en mis mejillas —Me diste una linda historia, no tuvimos un final feliz, pero si tuvimos una gran historia.
—Nunca te pude explicar todo —me dice viéndome directamente a los ojos.
—¿Quieres explicarme ahora? —asiente con la cabeza.
—Sí.
—Vamos a tu habitación para poder acostarnos mientras me explicas —ella asiente. Sé que está muy débil así que la levanto mientras ella se abraza a mi cadera como sus piernas, llegamos a la habitación y la recuesto para después acostarme a su lado.
—El día que me viste besándome con John, ¿lo recuerdas?
—Cómo olvidarlo —respondo simplemente.
Flashback 2 meses atrás
Hoy cumplo tres meses junto a Lucy. Salíamos en secreto debido a que ella es mi maestra. Tenemos una hermosa relación, ella me respeta mucho. Ninguno de mis amigos sabe que salgo con Lucy porque puede ser peligroso.
No sabía que regalarle así que me decidí por un oso y un ramo de flores. Se me hacían bonitos así que esperaba y le gustara.
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Bajé de mi auto con los regalos, ella no sabía que iría a su departamento porque quería que fuera una sorpresa. Eran las diez de la mañana, pero ella por lo general se despierta tarde cuando no hay clases, así que aprovecharía el momento.
Entre a su departamento con la llave que ella me dio hace unos días que casi no usaba porque siempre entraba junto con ella, pero este era un caso especial, la quería ver despertar. Iba camino a su habitación cuando pasé por la cocina. Como deseé no haber visto eso nunca. Lucy besándose con un hombre, me acabó de destruir. Ella se separó cuando escucho el ruido de las cosas caer.
—Rachel —dijo asustada —te lo puedo explicar.
—Felices tres meses, amor —digo con ironía mientras me marcho con lágrimas descendiendo.
—Rachel, por favor escúchame —me pide.
—Ya no hay nada que hablar Lucy, fue un gusto conocerte —me subo a mi auto mientras manejo a toda velocidad deseando desaparecer.
Fui al único lugar que sabía que me iban a recibir sin preguntar. A los brazos de mi mejor amiga Valerie. Mientras lloraba le explique un poco de lo que sucedía y ella simplemente me abrazo dándome la seguridad que necesitaba.
Lucy trato de comunicarse conmigo como fuera posible, pero simplemente la rechazaba. Un día en internet observé que había publicidad sobre Los Ángeles, me llamó la atención y busqué universidades, apliqué para una beca, aunque no era seguro quedar, sería un lugar seguro para huir dejando mis sentimientos atrás.
Fin del flashback
—Bueno ese día quería darte una sorpresa por nuestro tercer mes juntas, así que me desperté temprano para poder prepararte la sorpresa, tenía todo planeado te iba a preparar tu comida favorita y luego pasaríamos viendo películas todo el día. Estaba empezando a buscar las cosas cuando escuché que tocaron la puerta, pensé que eras tú, pero me equivoqué, era mi ex-novio. —dice y aprieto la mandíbula.
—Ajá —ella pasa una mano sobre mi mejilla para relajarme un poco.
—Me pidió una segunda oportunidad la cual rechacé obviamente y le ofrecí un café porque había venido desde otro estado solo para eso, y mientras estaba distraída el simplemente me besó, traté de apartarlo, pero no pude él es más fuerte que yo —exclama con lágrimas en los ojos.
—Pero lo que yo vi es que le estabas correspondiendo el beso —digo con tristeza.
—Es cierto, no sé qué me pasó, pero te juro que no hay un día en el que no me arrepienta —exclama sollozando.
—Pequeña, no llores por favor—la abrazo —mi amor, ya no llores.
—Extrañaba que me dijeras así —me dice con una pequeña sonrisa.
—Nuestra historia fue muy difícil, eres una persona maravillosa, lo juro. Me enseñaste tantas cosas, pero cuando te vi con el supe que no eras para mí, vi una conexión que tenías con él, algo que no tenías conmigo y a mí se me hizo más fácil dejarte ir.
—Yo... —no la deje hablar.
—Entiendo porque todas las veces que intenté hacerte el amor no podías, no estabas destinada para mí y así como yo no lo estoy para ti, pero ten por seguro que nunca te olvidaré. —me abraza fuertemente.
—No te vayas.
—Me tengo que ir, princesa, sé que es lo mejor —le digo mientras ella se recuesta contra mi pecho.
—No me vayas a olvidar, por favor —dice en un susurro.
—Nunca te olvidaré, recuerda que siempre serás mi sexy profesora de cálculo —digo con una sonrisa de lado.
—¿Te puedo besar una última vez? —pregunta nerviosa.
—Todas las veces que necesites. —respondo muy coqueta. Ella suelta una risita y me besa hasta que el cansancio llego a nosotras y nos quedamos dormidas.
A la mañana siguiente despertamos y fue muy difícil decir adiós, nos dimos un último beso con el que dijimos todo, y entendí que no la amaba, pero si la quería mucho.
Fin del flashback
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