Como ya era costumbre, tomaron una manta y tras colocarla en la arena, se recostaron uno al lado del otro para observar la inmensidad del cielo nocturno y sus estrellas. Al principio había sido un poco reacio de instalarse en Busan, pero ahora que estaba entre la brisa del océano y el aire puro no podía negar lo contento que se sentía.
Hoseok tanteó la oscuridad para tomarle la mano. Ahora que ya no tenía muchos motivos para arreglarse tanto, andaba por ahí con su cabello castaño oscuro alborotado y ondulado. Pero se veía tan hermoso como siempre, sin duda alguna.
—¿Recuerdas las noches en la base, cuando éramos críos? —susurró Hoseok sin mirarlo. Las estrellas se reflejaban en sus ojos mientras hablaba.
—Le debemos mucho a 085, nos dejaba salir de la base casi todas las noches.
—Teníamos ¿cuánto? ¿dieciséis y diecisiete años? Y salíamos a tener citas en la ciudad más cercana o buscábamos dónde enrollarnos en paz.
—Enrollarnos suena bastante sucio. Como si lo hubiéramos hecho solo por calentura —objetó Yoongi haciéndose el ofendido.
Hoseok rodó sobre su costado y reposó la cabeza en su palma para observar mejor al mayor. Como siempre, la sonrisa en forma de corazón del chico estaba radiante, incluso cuando Yoongi estaba en pleno mohín. Quizás por eso era que eran tan compatibles, porque equilibraban al otro con lo que tenían.
—Sabes a lo que me refiero, no eras solo un polvo —aclaró el menor aunque no fuera realmente necesario. Yoongi lo sabía—, estaba locamente enamorado de ti.
—¿Estabas? —repitió con una medio sonrisa. Ya solo quería molestarlo.
—Deja de ser tan problemático, Min Yoongi.
Con Hoseok siempre era así, molestarse y bromear, para después desgastar todas sus energías en el otro. Era algo así como el status quo, el orden natural de las cosas y a él le encantaba. Lo agarró del borde de la camiseta y lo jaló para que se ubicara sobre él y pudiera besarlo con más comodidad.
Ellos nunca hacían ese tipo de cosas con tranquilidad, pues Hoseok buscaba pasión y Yoongi hacer todo el contacto posible. Si tan solo no estuvieran al aire libre y a poca distancia del resto de los ocupantes de la casa en la playa, quizás hubieran subido muchos niveles más y se hubieran deshecho de la ropa; sin embargo, en cuanto sintió la mano de Hoseok adentrándose en sus pantalones, lo apartó un poco.
El aire le faltaba, pero era una sensación buena.
El rostro agitado y evidentemente extasiado de Hoseok solo hizo que el cosquilleo en su vientre se sintiera como alguien desgarrándolo por dentro. Sentía un hambre terrible del menor, pero también era consciente de que no era el momento ni el lugar para saciarse.
Hoseok dejó caer la cabeza sobre su pecho, ahora su sonrisa era traviesa.
—¿En qué piensas, ángel? —preguntó Yoongi apartándole el cabello de los ojos—. Puedo ver cosas malas en tu mirada.
—Solo pensaba en salir a dar un paseo —respondió entre risas. Eso sería algo de lo más inofensivo y normal si no fuera por...
—Seokjin nos dijo que por un tiempo es mejor que no salgamos a menos de que sea necesario, ¿lo recuerdas?
—¿Y desde cuándo te importa lo que diga Seokjin? —interrogó Hoseok ahora siendo él quien sonaba ofendido—. Vamos, Yoon, será como en los viejos tiempos. No tardaremos mucho, solo daremos una vuelta y estaremos aquí antes de que alguien lo note, lo prometo.
—Hoseokie, no me pongas ojos de cachorrito porque...
Muy tarde.
Lo más silenciosamente que fueron capaces, se prepararon y salieron de la casa de playa riendo como si volvieran a ser adolescentes, corriendo por la calle tomados de las manos y sintiendo la adrenalina que llevaban tiempo sin sentir en su relación. Era adrenalina buena, una que no incluía a nadie siendo amenazado con una pistola.
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Binary Code || JinNam
Romance"¿Qué quieres de mí?" "Es muy sencillo. Necesito que hackees su computadora." En donde Kim Namjoon es un hacker experto y Kim Seokjin es un barista con demasiados secretos. {Secuelas} • Operation: Decode. • Code Breaker.